Desde la madrugada de este viernes, se dio la alerta de que parte de México, sobre el Océano Pacifico, está en peligro ante la inminente llegada del huracán Patricia de categoría 5 en la escala Saffir-Simpson, la categoría más alta y destructiva que se le puede asignar a un fenómeno de este tipo.
Patricia es considerado el fenómeno meteorológico más intenso al que se ha enfrentado México en los últimos 50 años, de ahí que las alertas estén encendidas. A las 16 horas (23.00 en España), el huracán se encontraba a 56 kilómetros al suroeste de Manzanillo, Colima, con vientos máximos sostenidos de 355 km/h, rachas de hasta 450 km/h y un desplazamiento con dirección norte a 22 km/h.
Pero ¿cómo sabemos todo esto?, ¿quiénes son los encargados de pronosticar, monitorizar y alertar?.
Una titánica tarea en conjunto
En 1950, la Organización de las Naciones Unidas creó la Organización Meteorológica Mundial (OMM), organismo encargado de asegurar y facilitar la cooperación entre los servicios meteorológicos internacionales, coordinando el intercambio de información, base fundamental para la elaboración de boletines y avisos hacia toda la población.
La OMM posee sedes regionales en puntos estratégicos, principalmente aquellos afectados por ciclones tropicales, quienes son las encargadas de dar seguimiento, pronóstico y alertas para todos estos fenómenos. Para el caso de México, el Centro Nacional de Huracanes (NHC) es la oficina encargada de esta tarea, quien cubre toda la zona Océano Atlántico Norte y Océano Pacífico Noreste, las dos zonas con mayor densidad y actividad en el mundo, y México está entre ambas zonas.
Pero esto no termina, ya que la NHC depende de la Administración Nacional del Océano y la Atmósfera (NOAA), perteneciente al Gobierno Federal de los Estados Unidos, que también forma parte del Centro de Pronóstico Tropical.
Para el caso concreto de México, la NHC se mantiene en contacto con el Servicio Meteorológico Nacional (SMN), organismo dependiente de la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA). Es así como la NHC es la primera en lanzar un aviso por la presencia de un fenómeno y posteriormente es responsabilidad del SMN de emitir las alertas y dar seguimiento a cualquier actualización.
¿Cuál es la tecnologia detrás de la predicción de huracanes?
Al día de hoy todavía no se entiende perfectamente cómo es que se forman los huracanes, siendo un tema de muchísimas investigaciones, de donde se han determinado seis puntos importantes, considerados las causas principales para su formación: Temperatura del agua, enfriamiento rápido con la altura, alta humedad, baja cizalladura vertical, la distancia al ecuador terrestre y el sistema de perturbación atmosférica preexistente.
Para medir todo esto, todas las organizaciones antes citadas, poseen una gran gama de dispositivos y sistemas, pero además echan mano de los pertenecientes a otras organizaciones, como por ejemplo de la NASA, creando así una gran red de información que trasmite en tiempo en real hasta el más mínimo indicio de un fenómeno terrestre.
Desde aproximadamente 20 años, las predicciones de ciclones tropicales se han vuelto extremadamente atinadas, esto debido a la gran cantidad de satélites geosíncronos, satélites meteorológicos, equipados con cámaras infrarrojas, radares y otros sensores, además de ordenadores de alta capacidad de proceso y sofisticados programas de simulación, que permiten producir modelos numéricos.
Estos modelos numéricos permiten predecir los posibles recorridos de un huracán, esto basado en la posición futura y fuerza de los sistemas de altas y bajas presiones, pero lamentablemente aún no hay manera de predecir la intensidad.
Los ciclones tropicales son los fenómenos oceánicos más peligrosos que existen, una vez formado su observación requiere tiempo, recursos y horas de estudio, siendo los de mayor intensidad un reto muy especial. Parte de su monitorización en tierra se hace a través de estaciones meteorológicas, que pueden ser de una amplia variedad de diseños y sirven para medir todo tipo de parámetros, desde la temperatura, presión atmosférica, cantidad de agua pluvial, humedad, radiación, velocidad y dirección del viento, hasta la altura de la nubes.
La ventaja de estas estaciones es que están automatizadas y requieren un mantenimiento mínimo. Pero las estaciones no son las únicas que ayudan con la observación, ya que también existen boyas meteorológicas situadas en mares y océanos, radares meteorológicos que miden la turbulencia atmosférica y la actividad de tormentas, además de globos sonda, perfiladores de viento, así como sistemas acústicos de sondeo de la estructura vertical de temperaturas.
En los observatorios meteorológicos sinópticos, encontramos personal que se encarga de recopilar los datos recogidos por todos estos dispositivos y es aquí donde se hacen las predicciones.
¿Qué sucede cuándo el huracán ya es una realidad?
Otra parte importante de la monitorización de los huracanes, es hacerlo in-situ y en tiempo real, para ello se tienen otras herramientas que ayudan con esta misión, ya que es necesario tener una visión amplia del fenómeno para poder actuar en consecuencia. Aquí tenemos aerosondas piloteadas remotamente, así como vuelos de reconocimiento especialmente equipados para introducirse en un huracán.
En estos vuelos se utilizan aviones C-130 Hércules y Orión WP-3D, los cuales vuelan directamente al huracán y realizan mediciones directas y remotas, también lanzan sondas GPS que miden temperatura, humedad, presión, velocidad del viento entre el nivel de vuelo y la superficie del océano.
Por otro lado, también se hace uso de los satélites meteorológicos, que una vez que ya se tiene localizado el fenómeno, se programan para que capturen imágenes visibles e infrarrojas en intervalos de quince a treinta minutos. Pero una vez que sabemos que el huracán tocará tierra, entra en acción el Radar Doppler, quien desempeña un trabajo muy importante al ser el encargado de reportar minuto a minuto, la intensidad, la trayectoria y la ubicación.
Hurricane #Patricia looks menacing from @space_station. Stay safe below, #Mexico. #YearInSpace pic.twitter.com/6LP2xCYcGD
— Scott Kelly (@StationCDRKelly) octubre 23, 2015
Por supuesto aún hay mucho por hacer, ya que a pesar de tener a nuestra disposición una amplia gama de herramientas, los investigadores siguen tratando de encontrar la razón de por qué se crean los huracanes, y aún más importante, predecir su intensidad, para que así los planes de prevención funcionen de una forma adecuada y se eviten en mayor medida la perdida de vidas humanas y daños materiales.
Parte de estos esfuerzos, ha llevado a desarrollar mecanismos, aún en pruebas, que permiten desplegar estaciones fortificadas capaces de resistir vientos huracanados, siendo el Programa de Monitorización de la Costa de Florida y el Wind Engineering Mobile Instrumented Tower Experiment, dos de las iniciativas más importantes en este campo al día de hoy.
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