Cafeína sí, cafeína no. El debate en clave científica sobre los beneficios y perjuicios para nuestro organismo de una sustancia que consumimos millones de personas cada día no termina nunca. Ojo, con cafeína lo primero que nos viene a la mente es el café, pero no hay que olvidar que es la fórmula mágica de otras tantas bebidas carbonatas. Un último estudio viene a confirmar algo que seguramente pensaste.
El estudio. Una investigación publicada en Nature llevada a cabo entre científicos de la Universidad de Basilea en Suiza y del Instituto de Neurociencia y Medicina del Forschungszentrum Jülich en Alemania, ha descubierto que la cafeína puede exacerbar los efectos negativos de la restricción crónica del sueño en la materia gris del cerebro.
En esencia, descubrieron que las personas que consumieron cafeína durante un período de restricción del sueño mostraban reducciones más significativas en el volumen de materia gris, en comparación con aquellos que no consumieron cafeína.
Resolviendo la gran duda. Los científicos iniciaron su trabajo con una de esas cuestiones que nunca ha llegado a responderse. La cafeína es la sustancia psicoactiva más consumida a nivel mundial, reconocida por su capacidad para mejorar el estado de alerta y aliviar el deterioro cognitivo causado por la falta de sueño. Sin embargo, la pérdida del mismo y la ingesta de dosis diarias parecían ir de la mano o, al menos, había una sombra de duda.
Para ser más exactos, buscaban averiguar su importancia en la reducción del volumen de materia gris, un componente clave del cerebro involucrado en el procesamiento de información y la regulación de diversas funciones cognitivas. Al estudiar la interacción entre la restricción crónica del sueño y la ingesta diaria de cafeína, intentaron descubrir si el consumo de esta durante períodos de falta de sueño conduciría a mayores reducciones en el volumen de materia gris.
Adenosina y cafeína. Ya hemos hablado antes de ella. La adenosina es un neurotransmisor que promueve el sueño y la relajación al unirse a sus receptores en el cerebro, disminuyendo la actividad neuronal. La cafeína, al consumirla, actúa como un antagonista competitivo de estos receptores de adenosina, bloqueando su efecto y provocando una disminución de la somnolencia y un aumento del estado de alerta y energía. Esta interacción explica por qué la cafeína es tan efectiva para combatir el cansancio y mejorar el rendimiento cognitivo y físico a corto plazo.
Partiendo de ello, el estudio buscó explorar el papel del sistema de adenosina, particularmente la disponibilidad de los receptores de adenosina A1, en la mediación de la respuesta del cerebro a la cafeína y la pérdida de sueño.
La pista de un trabajo anterior. En el pasado, otro estudio había encontrado una disminución de la materia gris dependiente de la concentración de cafeína después de una ingesta controlada de cafeína durante 10 días, una que "era independiente de la vasoconstricción inducida por la cafeína y solo se mitigó parcialmente después de 36 horas". Este fue el punto de partida.
Nueve días con cafeína. El estudio se llevó a cabo en las instalaciones de investigación del Centro Aeroespacial Alemán en Colonia con 36 participantes adultos sanos, 15 mujeres y 21 hombres, de alrededor de 29 años. Los participantes fueron seleccionados en función de su baja ingesta habitual de cafeína (menos de 450 mg por día) y su condición de no fumadores.
Se dividieron en dos grupos: uno recibió café que contenía cafeína (el grupo CAFF), mientras que el otro recibió café descafeinado (grupo DECAF). El experimento controlado duró nueve días. Comenzó con un día de adaptación, seguido de dos días de referencia donde dormían 8 horas por noche.
A esto le siguieron cinco días de restricción crónica del sueño, en los que se limitaron a 5 horas de sueño por noche y concluyeron con un día de recuperación de 8 horas de sueño. Durante la fase de restricción crónica del mismo, el grupo CAFF recibió 200 mg de cafeína por la mañana y 100 mg por la tarde, mientras que el grupo DECAF recibió volúmenes equivalentes de café descafeinado.
MRI y PET. Para medir los efectos sobre el volumen de materia gris, los voluntarios se sometieron a exploraciones por resonancia magnética (MRI) y tomografías por emisión de positrones (PET) en tres fases: tras los días iniciales, después de la fase de restricción crónica del sueño y después del día de recuperación. Luego se recogieron muestras de saliva con regularidad para controlar los niveles de cafeína, asegurando un seguimiento preciso de la ingesta de cafeína y sus efectos fisiológicos.
Resultados. Encontraron que la presencia de cafeína tenía un efecto significativo sobre el volumen de materia gris durante la restricción crónica del sueño, lo que también afectó al grupo DECAF. El estudio encontró que la presencia de personas con deficiencia de cafeína durante la restricción del sueño mostraba un aumento de la materia gris en múltiples áreas del cerebro, incluida la corteza prefrontal, la corteza temporal-occipital y el tálamo. Se cree que estas regiones tienen un mecanismo compensatorio para ayudar la pérdida de sueño.
Aumento de la materia gris. Tal y como han indicado, resultó una sorpresa descubrir que los participantes del grupo DECAF tuvieran una materia gris diferente después de largos períodos de restricción del sueño. De hecho, el trabajo sugiere que la respuesta a ello podría estar en un estudio previo de 2018 que propuso una explicación diferente.
A este respecto, indicaron que “un estudio anterior arrojó luz sobre una posible explicación. Entonces se examinó los cambios en la materia gris a lo largo del transcurso entre 20 y 36 horas de vigilia, y encontraron que múltiples regiones del cerebro, de hecho, comenzaron a mostrar un aumento en la etapa inicial (20 horas) y se convirtieron en una reducción más tarde (36 horas)”.
Disminución de la materia gris. Por el otro lado, los participantes que consumieron cafeína (grupo CAFF) durante la fase de restricción del sueño mostraron una disminución en el volumen de materia gris en las mismas regiones. Esto, según sugieren, indica que la cafeína puede inhibir los mecanismos compensatorios del cerebro durante períodos de sueño insuficiente, lo que podría exacerbar el impacto negativo de la falta de sueño en la estructura del cerebro.
Relación adenosina y materia gris. Por último, encontraron que las personas que consumieron cafeína durante la restricción del sueño “y tenían una menor disponibilidad inicial de receptores de adenosina subcorticales" experimentaron una materia gris más reducida. Dicho de otra forma, esto indicaría que la actividad del receptor de adenosina es un factor clave en la mediación de los efectos de la falta de sueño y la cafeína en la estructura del cerebro.
Conclusión. Los investigadores finalizan el trabajo indicando que la ingesta de cafeína puede contrarrestar la somnolencia “al influir en la plasticidad cerebral causada por la pérdida de sueño”. Sin embargo, y esto es igual de importante, la cafeína no parece suprimir ni normalizar directamente los cambios en la materia gris en la dirección opuesta, y tampoco está claro cómo esto puede afectar los niveles cognitivo-conductuales.
Imagen | PXHere, Jlhinton, RawPixel
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