El profesor explica y un alumno toma apuntes, para luego ganar dinero en internet con ellos. Es lo que permite la plataforma Wuolah, creada por cuatro universitarios sevillanos y que paga a los usuarios que suban apuntes en función de las descargas conseguidas. Con más de cuatro millones de documentos subidos y 500.000 usuarios, Wuolah se ha convertido en un portal muy popular entre los estudiantes. Una plataforma que paga una cantidad por compartir unos textos que al final se basan en la enseñanza de otros y pueden resultar incompletos.
"Algo falla si alguien hace negocio simplemente vendiendo lo que copia de quien produce y crea", asegura Jesús Pérez Gil, Decano de la Facultad de CC. Biológicas de la Universidad Complutense de Madrid. Wuolah hace negocio compartiendo los apuntes de clase, pero el dinero va a parar a los alumnos en vez de al profesor. Una desnivelada balanza que ha abierto el debate sobre la autoría de los apuntes, quién tiene derecho a cobrar por ellos y qué necesidad tienen los estudiantes de acceder a apuntes y resúmenes.
La diferencia entre un buen resumen y subir directamente un powerpoint
Wuolah permite generar ingresos por dos vías. Por un lado los usuarios pueden descargarse los apuntes sin publicidad realizando un pago o pueden hacerlo gratuitamente, pero se añaden anuncios en los apuntes. Miles de estudiantes han visto una oportunidad para monetizar su trabajo de resumen de las asignaturas. Sin embargo, también se está dando el caso de alumnos que directamente suben a la plataforma los powerpoint o textos del profesor, sin ninguna modificación y con la intención añadida de ganar dinero con el trabajo de su profesor.
En estos casos, desde Wuolah son bastante claros y se opta por eliminar los apuntes copiados. La plataforma explica que no se pueden subir documentos obtenidos sin consentimiento, pero en la práctica es fácil encontrar decenas de apuntes obtenidos de los profesores. Un hecho que ha generado la queja de algunos docentes, que ven que sus alumnos están ganando dinero por un trabajo que no les corresponde y están compartiendo documentos que no siempre son suficientes para aprender la materia.
Y los profes que hemos generado esos contenidos, ¿no pillamos?
— Jesus Perez Gil (@birloque) June 5, 2021
En serio, esto merece un debate. En la era digital, de la docencia virtual, de la difusión de materiales didácticos... algo falla si alguien hace negocio simplemente vendiendo lo que COPIA de quien produce y crea... pic.twitter.com/IYcpdntI81
Lo de las plataformas de apuntes no es algo nuevo. Desde Patatabrava hasta El Rincón del Vago, pasando también por iniciativas de grandes empresas como Classmates de LinkedIn o LifeStage de Facebook. Desde hace años internet ofrece a los estudiantes una vía para organizarse y compartir apuntes. En el caso de Wuolah se añade la monetización de los apuntes que obtengan más descargas, algo que está atrayendo a muchos universitarios pero también ha generado quejas entre los profesores que ven como se están lucrando por sus enseñanzas y optando por vías ajenas a la propia universidad.
El papel del profesor va más allá de los apuntes
No se trata del factor económico, los profesores ponen el foco en la asistencia a clase y la capacidad de entender realmente estos apuntes. La labor del profesor va mucho más allá de la creación de apuntes y con Wuolah en ocasiones algunos estudiantes pueden tener la (errónea) idea de que ya tienen suficiente.
En respuesta a Xataka, Jesús Pérez Gil apunta que "se está poniendo demasiado énfasis en el dinero que se pueda sacar por la cesión de apuntes", cuando es muy relevante "el reconocimiento de la propiedad intelectual de muchos materiales que se difunden en esas plataformas sin consentimiento".
"Los estudiantes han estado compartiendo sus apuntes toda la vida. Aunque en estos tiempos se hace a otra escala", apunta el profesor. "Habrá profesores que den mejores apuntes y otros peores, se generaliza de una forma muy gratuita". La percepción de los alumnos en función de los apuntes que da el profesor es muy distinta, dándose el caso de aquellos profesores con apuntes muy claros, con mejores valoraciones y donde los profesores que dan apuntes esquemáticos y optan porque el alumno haga su parte, están peor vistos.
"Los apuntes son lo de menos, hay clases grabadas de los mejores profesores de las mejores universidades del mundo", explica Pérez Gil. "Lo mejor sería cambiar a un modelo donde venir a clase sea un trabajo complementario, que los alumnos hayan podido trabajar antes. Aquí cada vez tenemos más claro, que el trabajo con los alumnos es ayudarles a que buceen, se muevan y discriminen fuentes".
En plataformas como Wuolah pueden haber apuntes no contrastados o desactualizados. Pérez Gil recuerda una época donde los estudiantes tomaban la Wikipedia como fuente única y fiable de información. "Ahora ha mejorado mucho, pero durante años nos hemos hartado de alertar de que había que contrastar la información. Hay tanta facilidad para encontrar materiales buenos, como para materiales confusos. Y si no se tienen los criterios suficientes para contrastar, el resultado final en el aprendizaje puede ser más caótico. La labor del profesor presencial es muy importante, es la referencia a la que los estudiantes deben ir".
Lluís Montoliu, presidente del Comité de Ética del CSIC, daba su visión sobre el asunto. "Entiendo que la diapositiva debe siempre ayudar al discurso, no al revés", explica el doctor en biología. Tener los powerpoints o textos no ayuda si no se ha asistido a clase. Por ello, Montoliu diferencia entre los apuntes donde se ha sintetizado lo explicado en clase, transformados en un texto de nueva creación y los documentos que directamente son copia de las presentaciones.
El trabajo de síntesis no es único de los alumnos. También hay profesores que más allá de lo explicado en clase, posteriormente cuelgan en el campus virtual resúmenes y documentos adicionales para facilitar el seguimiento de la asignatura. Unos textos que también se han visto publicados en Wuolah sin el consentimiento del profesor, lo que recordemos está en contra de las normas de la plataforma.
Dónde está la línea para conocer la autoría de unos apuntes
Wuolah coloca en el centro el debate sobre la autoría de unos apuntes. Hasta qué punto pertenecen al profesor que explica la lección y hasta qué punto son un resumen suficiente elaborado como para poder subirlo y pedir una suma de dinero. Esta fina línea es importante definirla, pues entran en juego las leyes de propiedad intelectual.
Desde la plataforma explican que no se pueden subir aquellos documentos de un solo uso, como un cuaderno de ejercicios. Tampoco los manuales universitarios o las compilaciones de fragmentos de obras. Sin la autorización del autor, no se podrá subir una obra completo, dos o más capítulos de un libro, más del 10% del total de una obra, un artículo científico completo, material realizado por academias o archivos originales de los Campus Virtual.
¿Cómo se limita la originalidad de una obra? "La originalidad se entiende desde la perspectiva objetiva que se trate de una creación nueva, que no existiese hasta entonces y subjetiva donde se expresa la personalidad del autor a través de la creación de una obra sin copiar otra anterior", define el artículo 10 de la Ley de Propiedad Intelectual. Es decir, los apuntes subidos deben gozar de suficiente "trabajo propio" como para que en un posible juicio se pudiera determinar que no es una copia.
En la universidad, los profesores también son investigadores, recuerda Pérez Gil: "También son creadores. Parte de la información la están creando y la están dando con una visión que complementan con su propia experiencia. Todo eso son contribuciones que los estudiantes no siempre están preparados para valorar".
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