¿Cuánto hay de tangible en el eco mediático que rodea a la industria del cannabis? Según un informe elaborado por Leafly y Whitney Economics, más de 211.000 trabajadores repartidos a lo largo y ancho de Estados Unidos. La cifra puede parecer diminuta comparada con la de otros sectores, pero lo significativo es su evolución: ha aumentado un 44% de un año para otro (64.000 puestos más), convirtiendo a la marihuana en el vector laboral que más crece en EEUU.
¿Por qué? Por el impulso legalizador. Ya hay diez estados donde su comercialización recreativa está regulada por las autoridades, y al menos una veintena donde se permite su adquisición y consumo con finalidad médica. Colorado sigue siendo el estado pionero, pero California es el futuro: es la región más poblada y dinámica de todo el país, y se espera que incorpore alrededor de 10.000 trabajos en 2019.
¿Cómo? Tiene sentido. La marihuana requiere de un largo proceso de cultivo, procesamiento, distribución y venta en el que diversos especialistas y trabajadores se ven implicados. Un informe de Marijuana Policy Group desgranaba su reparto en Colorado: 4.400 empleados en las tiendas; 4.500 en tareas de contabilidad, finanzas y provisión; 2.000 en el procesamiento del producto; y 1.500 agricultores.
En total, 18.000 empleos entre directos e indirectos en un estado pequeño.
Contraste. Hay cierta fiebre por la marihuana, y eso contrasta con el magro crecimiento económico estadounidense del último año. El desempleo ha aumentado ligeramente durante los últimos meses, situándose en el 4%. Ciertos indicadores no invitan al optimismo: el consumo ha caído un 1,4% y el crecimiento se ha ralentizado (del 3,4% al 2,6% interanual). Es una tónica mundial: China atraviesa problemas de crecimiento aún más graves.
Lo mismo vale para la Unión Europea. El espectro de una recesión en 2020 es real. Frente a ella, el cannabis parece obviarlo.
Potencial. El sector opera en cierta nebulosa legal: sus cifras son estimativas, dado que la compra, venta o posesión de marihuana sigue siendo un delito federal. De ahí que se hable, ante todo, de potencial: el informe computa casi 300.000 puestos laborales nacionales entre empleos directos e indirectos, y su impacto económico se estima en unos $9.000 millones ($75.000 para 2030).
Comparación. Otros sectores comparten la perspectiva. Tanto las grandes tabacaleras como la industria del azúcar como la del alcohol ya han puesto sus miras en productos relacionados con el cannabis (aunque, por el momento, estén en una fase embrionaria). Una comparación: hay 131.000 chefs, 65.700 ingenieros especiales y 40.000 técnicos informáticos en todo EEUU. El cannabis ya da más trabajo. Siendo ilegal.
Mientras Canadá funciona como campo de experimentación, la industria de la marihuana parece una apuesta a futuro.
Imagen: Commons