Una usuaria española hace una encuesta en Twitter. ¿Cómo pensáis afrontar “lo final” de mañana? Ni que decir tiene a qué se refiere. Aunque un 70% de personas resisten ese sentimiento de urgencia seriéfila, un 9% de sus seguidores reconoce que trasnochará y hasta un 17% afirma que madrugará sólo para estar al día con los últimos acontecimientos de Poniente antes de entrar a la oficina. Se trata de un evento de urgencia ineludible. Que podría tener consecuencias para la productividad mundial.
Según una encuesta de Kronos realizada entre más de 1.000 estadounidenses antes de la emisión del capítulo Las Campanas, y preguntándoles sobre sus planes para la noche del 19 de mayo en la que se trasmitirá la final de Juego de Tronos, 27.2 millones de empleados afirma que modificará sus compromisos laborales.
La productividad que se quedó en los Siete Reinos
De ellos, muchos sentirán una ligera pérdida de productividad derivada de optar por el trabajo en remoto, cancelar reuniones o rendir algo menos de lo usual, pero 2.9 millones reconoce que llegará tarde al trabajo, y la nada desdeñable cifra de 10.7 millones de trabajadores se cogerá directamente el día libre para ver con calma los últimos estertores de la Guerra de los Cinco Reyes.
Si tenemos en cuenta las cifras de empleo completo y parcial del país americano, uno de cada seis trabajadores se rendirá ante la influencia social de esta ficción. Y eso si tenemos en cuenta los datos de esta última emisión, porque, según la encuesta de Kronos, otros 4.4 millones reconoce haber faltado a su trabajo por culpa de Juego de Tronos en algún momento de las últimas cinco semanas.
Para hacer su encuesta, la compañía ya ha corregido la desviación que podría provocar las ausencias de un lunes común en estas fechas, en el que otros 5.8 millones de empleados falta por días vacacionales, personales o enfermedad.
Es más difícil calcular el impacto económico de estos avatares, pero puede intentarse. Según estimaciones anteriores (también realizadas por Kronos), 17.2 millones de estadounidenses faltan al trabajo al día siguiente a la Super Bowl, un evento tan gigantesco que ya muchos ciudadanos piden que el día siguiente sea fiesta nacional. Los informes estiman que esos 17.2 millones de espectadores deportivos han podido costar unos 4.000 millones de dólares a la macroeconomía, así que, haciendo un cálculo rápido, la final de Juego de Tronos podría llevarse al menos otro pellizco aproximado de 3.209 millones de dólares.
¿Y el impacto en la economía mundial? Una cifra quimérica, más si tenemos en cuenta que a día de hoy seguimos sin saber cuánta gente ha visto realmente la serie de HBO. Mientras que en el estudio que indicábamos se estimaba que 27 millones de trabajadores (que no ciudadanos) decía que vería el final de la serie, según cifras de la cadena sólo se conectan a su emisión 17.8 millones de cuentas estadounidenses.
Los otros eventos que desaceleran (un poquito) el mundo
Vayamos a fuentes igualmente importantes: según la firma de monitoreo de descargas MUSO, 54 millones de almas se han ido descargando los episodios de la octava temporada sólo en las 24 primeras horas después de su emisión, cifras que incrementan a 90 millones de cuentas si alargamos el plazo a 72 horas. De todos ellos, al menos 15 millones de usuarios provenían de Estados Unidos. Si la Super Bowl la ven 100 millones de estadounidenses, Juego de Tronos no se ha podido quedar muy lejos. No cabe duda de que se ha tratado de la ficción televisiva más seguida de la última década.
Pero antes de que los jefes protesten, los encuestadores ofrecen también un efecto balsámico. Darle a los trabajadores mayor flexibilidad a la hora de configurar sus jornadas puede hacer que “disfruten de estos momentos importantes en sus vidas. No sea tímido y use el terreno común de la cultura pop para ampliar la camaradería entre empleados y gerentes”, dicen, así como recuerdan que el 33% de los trabajadores utilizan las series como herramientas de cohesión gremial.
La cifra trónica no es tan alarmante si la ponemos en perspectiva. Según la firma Challenger, Gray & Christmas, los estragos a la economía de Juego de Tronos palidecen al lado de otros acontecimientos masivos. Como decíamos, la Super Bowl puede suponer 4.000 millones de dólares, pero los torneos de marzo de la NCAA (baloncesto) arrastran pérdidas de 13.300 millones, la NFL (torneos de fútbol americano) 16.800 millones, la temporada de gripe 21.400 millones y las compras online de la temporada vacacional (desde el Black Friday hasta el final de Navidades) se llevan otros 35.400 millones.
