Pocas industrias gozan de perspectivas de crecimiento tan favorables como el turismo. Los viajes internacionales se han multiplicado durante la última década gracias al abaratamiento de los vuelos y al surgimiento de clases medias en países antaño empobrecidos. Resultado: masificación, una compleja discusión sobre los límites del turismo y, ante todo, muchas oportunidades de negocio. Tanto que hay quien ya entreve el futuro: turismo... Médico.
¿Quién? Katelyn O'Shaughnessy, estadounidense y ex-agente de viajes. Es la fundadora de Doctour, una app que conecta a pacientes con médicos de todo el mundo. Su modelo de negocio es sencillo: los costes médicos en Estados Unidos son tan caros que, para una clase privilegiada, viajar a la otra punta del mundo resulta más barato que operarse en casa. ¿Por qué no atar las necesidades quirúrgicas al turismo? En un mismo viaje, te operas los pómulos y disfrutas de la playa.
¿Cómo? Doctour funciona como un enlace entre clínicas privadas y consumidores. Sus servicios, remarca O'Shaughnessy, no van más allá de facilitar información, de un modo similar al de Uber, conectando a transportista y pasajero, o AirBnb, conectando a huésped y anfitrión (ejem). La agenda de Doctour incluye a 330 médicos internacionales. Todos ellos han sido filtrados por la aplicación, tienen un perfil individual con su historial y trayectoria, y ofrecen sus propias tarifas.
¿Para quién? De momento, para los estadounidenses. O'Shaughnessy llegó a su idea cuando, veraneando en Irlanda, se dañó la rodilla tras una caída. El paso por urgencias tan sólo le costó unos 30€, algo impensable en EEUU. Los costes de muchas intervenciones son tan altos que viajar hasta Croacia o México merece la pena, en especial si el pack incluye rutas turísticas y estancias hoteleras. Un reemplazo de cadera oscila entre los 8.000€ y los 20.000€, en función del destino.
Entre un 30% y un 80% más barato que en EEUU.
¿Es mucho? Sí, pero también lo sería en casa. El gasto sanitario medio de un estadounidense es de $9.000 al año, muy por encima de cualquier país desarrollado. Medicamentos tan accesibles como la insulina sobrepasan los $700 por vial. Un tratamiento de cáncer supera los $90.000, suficiente para que el 42% de los enfermos se dejen los ahorros de toda una vida. Doctour se dirige a un público adinerado que puede pagarse los tratamientos. Simplemente le dice: ¿por qué no incluir una semana en Punta Cana por el mismo precio?
Creciente. Es una industria al alza. El turismo médico movió a más de 1,4 millones de estadounidenses sólo en 2017, y las perspectivas de crecimiento superan el 25%. De nuevo, se trata de convertir un consumo (quirúrjico) en una experiencia (retiro hedonista). Dadas las convalecencias, los viajeros-pacientes tienden a pasar más tiempo en sus lugares de destino, incurriendo en mayores beneficios para los hoteles y los operadores de la zona. Es decir, un chollo para las agencias.
Y también uno que denota la distópica realidad del sistema sanitario estadounidense, donde la esperanza de vida lleva tres años seguidos en caída libre.
Imagen: Elena Saharova