Elon Musk cada vez se parece más a un villano de película y su última ocurrencia le acerca un poco más a ese perfil. El asunto no pasaría de ser eso, una ocurrencia, si no fuera porque el milmillonario podría haber utilizado fondos de Tesla para presuntamente financiar una edificación e incurrir en varios delitos contra el fisco estadounidense.
Sigue el rastro del dinero. Como si se tratara de un episodio de Jack Ryan, en las oficinas contables de Tesla saltó una alarma cuando, bajo el nombre de Project 42, se aprobó el pedido de una gran cantidad de paneles de cristal para construcción con unas características muy concretas para usarse en el recubrimiento de fachadas. La remesa sumaba un importe de varios millones de dólares a cargo de la compañía.
Buscando el rastro. El rastro del dinero llevó a los responsables hasta la factoría de Tesla en Austin y descubrieron que, tras Project 42, se planteaba la construcción de un edificio hexagonal de cristal similar a la Apple Store de la Quinta Avenida de Nueva York. La construcción estaba prevista en unos terrenos cercanos a la factoría de Tesla.
Según fuentes de The Wall Street Journal, el edificio parecía estar destinado al uso como vivienda ya que se habían proyectado distintos dormitorios y cuartos de baño. Esto hizo levantar sospechas sobre el verdadero destino de la construcción.
Las pistas apuntan a Mr.X. El rastro del dinero llevó a los investigadores internos hasta Omead Afshar, hombre de confianza de Elon Musk al frente del equipo de dirección de la factoría que Tesla Motors tiene en Austin. El medio estadounidense Insider informa de que a consecuencia de esta investigación interna, varios miembros del equipo de Afshar habrían sido despedidos, y se está cerrando el cerco en torno al hombre fuerte de Musk.
Paralelismos. Pese a que las pesquisas de los investigadores se centran en Omead como principal responsable de la aprobación del presupuesto para la construcción de la mansión de cristal al más puro estilo del villano de 'Puñales por la espalda 2: el misterio de Glass Onion', en el fondo, las sospechas recaen sobre la presunta existencia de un “Mr. X” en la sombra que encaja con la figura de Elon Musk como posible inquilino final para el proyecto.
Fraude a los accionistas y al fisco. Resultaría paradójico que, con una fortuna estimada de 180.000 millones de dólares, el polémico magnate hubiera optado por utilizar los recursos de Tesla para financiar la construcción de su peculiar guarida al estilo de los villanos del cine.
Con ese movimiento, Elon Musk, y por extensión los responsables de Tesla, supuestamente habrían incurrido en delitos de malversación de fondos, fraude a los accionistas de la compañía y defraudación de impuestos estatales, al estar usando fondos de una empresa con participación bursátil para fines personales.
Fuentes de Bloomberg apuntan a que la agencia Internal Revenue Service (IRS por sus siglas en inglés), equivalente a la Agencia Tributaria en España, estaría investigando la financiación de este proyecto de Tesla por si hubiera indicios de delito fiscal.
El sueño de Elon: construir una ciudad. No es la primera vez que Elon Musk coquetea con la idea de construir cerca de la gigantesca factoría en Texas. La prensa local informaba a principios de año sobre la compra de 3.500 acres (unas 1.405 hectáreas) de terreno cerca de la factoría con la intención de construir una pequeña ciudad para los empleados de las distintas compañías que Elon Musk ha asentado en la zona (The Boring Company, Tesla, Space X, etc.).
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