Para muchos filipinos la de Axie Infinity es una crónica de grandes esperanzas y mayores chascos. En su día se lanzaron al videojuego y la filosofía play-to-earn (P2E) con la esperanza de ganar dinero de una forma divertida y "sencilla" y, de paso, complementar así sus delicadas economías domésticas; pero al menos parte de ellos acabaron perdiendo su tiempo y ahorros.
La historia la relata en detalle TIME. El juego, muy similar en ciertos aspectos a Pokémon, lo desarrolló Sky Mavis, una startup vietnamita, y si bien en 2018 experimentó ya sus primeros éxitos gracias al auge de las criptomonedas, se hizo realmente popular en 2021. Para empezar a usarlo los jugadores deben comprar tres mascotas digitales, los Axies, asociadas a sus propios NFT.
La dinámica es más o menos sencilla.
Los usuarios se hacen con los Axies, los entrenan, juegan y compiten con ellos. Axie Infinity combina un modo aventura con misiones diarias, luchas con otros miembros y recolección de monedas. A lo largo del proceso pueden hacerse con la moneda del juego, que dispone de AXS ('Axie Infinity Shards') y Smooth Love Potion (SLP), intercambiable a su vez por otras criptomonedas.
Ganar jugando... O no
Los personajes también se pueden vender, operaciones a las que se aplica una comisión. Sus perspectivas eran tan prometedoras que en octubre había recaudado más de 150 millones de dólares de diferentes inversores, incluida alguna firma de capital de cierta relevancia.
La posibilidad de ganar dinero con un videojuego no tardó en captar el interés de filipinos como Samerson Orias, un cocinero veinteañero que vio la posibilidad de completar el dinero que le daba su negocio —no llegaba al salario mínimo— y reunir fondos para cuidar de su madre y pagar facturas.
Y le funcionó.
Durante un tiempo, al menos, ganó criptomonedas que luego convertía en dinero convencional. Según precisa TIME, el juego captó la atención de miles de filipinos que durante el apogeo de las criptomonedas, en 2021, lograban beneficiarse gracias a Axie del sistema P2E.
Se calcula que Filipinas llegó a concentrar cerca del 40% de los usuarios de Axie. En un país con un porcentaje considerable de población por debajo del umbral de la pobreza y muy dependiente de las remesas de dinero que envían los emigrantes, una vía de ingresos mermada durante la pandemia, jóvenes como Orias descubrieron en el juego una oportunidad para hacer dinero.
Con el paso del tiempo se constataron dos características de Axie: su dependencia de la llegada de nuevos jugadores y el alza del valor de SLP. Tanto llegó a subir que muchos aspirantes a jugadores sencillamente no podían hacer frente al desembolso que exigía comprar los personajes iniciales. En julio de 2021 el más económico costaba 0,1 ETH, lo que equivalía a casi 200 dólares.
Que el coste de los Axies pasase a convertirse en una barrera para nuevos usuarios abrió una oportunidad a los conocidos como “managers”, gente que compraba criaturas y se las pasaba luego a “scholars”, jugadores con menos recursos que se encargaban de mejorarlas y ganar criptomonedas con ellas. El gesto no era desinteresado, claro. A cambio se llevaban buena parte de las ganancias que el "scholar" lograba gracias a las macotas digitales: aproximadamente entre un 30 y 50%.
En el caso de Orias su "manager" estaba en Australia, le exigía ganar al menos 120 SLP al día y se embolsaba la mitad de lo que generaba. Consecuencia: el joven acabó dedicando horas al juego para que le resultara rentable, un tiempo que compaginaba con su propio empleo.
Convencidos de que era un negocio rentable, hubo incluso quienes pidieron cientos o incluso miles de dólares a amigos y familiares para pagar la inversión necesaria para empezar en Axie.
Con el tiempo sus expectativas acabaron frustradas: el valor real de la moneda del juego empezó a caer y el propio mercado de las criptomonedas pinchó. De los alrededor de 2,7 millones de usuarios activos diarios que contabilizaba el juego en noviembre ha pasado, a fecha de hoy, a 760.000.
A modo de broche, en marzo el juego sufrió un sonoro ataque de hackers que acabaron llevándose cerca de 600 millones en ETH y USDC. A principios de verano la compañía planeaba reembolsar el dinero a los usuarios que padecieron el ataque, si bien se verán afectados por la caída en el valor de las propias criptomonedas. El proceso no ha estado tampoco exento de polémicas: antes de revelar el hackeo, su CEO habría movido unos tres millones de dólares en tokens criptográficos.
Si en julio de 2021 el SLP alcanzó un valor de 0,34 dólares, ahora está por debajo del medio centavo. Los responsables del juego han aplicado de hecho cambios y acaban de eliminar las recompensas de SLP, forzando así a pasarse a los usuarios a un nuevo modo, Axie Infinity Origin.
Una historia de grandes expectativas que deja en el camino a usuarios desencantados, como Orias, o incluso, precisa TIME, otros que acabaron endeudándose para invertir en el juego.