Una propuesta firmada por 11 organizaciones nacionales europeas de investigación pretende dar el salto más grande jamás dado por la ciencia hacia la libertad del conocimiento. Según la iniciativa, denominada cOAlition S, todas las publicaciones que hayan sido subvencionadas con dinero público deberán estar publicadas en revistas especializadas Open Access, abiertas a todo el mundo y disponibles para el libre intercambio intelectual científico. España no se encuentra dentro de estas 11 organizaciones.
La ciencia libre, para 2020
"A partir del 1 de enero de 2020, las publicaciones científicas que resulten de investigaciones financiadas por subvenciones públicas proporcionadas por los consejos de investigación y organismos de financiación nacionales y europeos participantes deberán publicarse en revistas de acceso abierto compatibles o en Plataformas de acceso abierto".
Con esta afirmación, Marc Schiltz, presidente de Science Europe, la asociación de Organizaciones Europeas de Financiación de la Investigación (RFO) y Organizaciones de Producción de Investigaciones (RPO) más importante de Europa, con sede en Bruselas, dejaba clara las intenciones de cOAlition S: hacer realidad el Open Access de una vez por todas.
Esto supone abrirle las puertas al libre intercambio de conocimiento. En concreto, obligaría a los científicos a publicar sus artículos en revistas y plataformas de acceso abierto, sin barreras para su consulta y sin trabas sobre sus derechos. Actualmente, este es uno de los problemas más criticados dentro del sistema científico, ya que supone un impedimento para el progreso científico, según argumentan los defensores del Open Access.
Este proyecto ha sido firmado por 11 organizaciones procedentes de Austria, Francia, Irlanda, Italia, Luxemburgo, Países Bajos, Noruega, Polonia, Eslovenia, Suecia y Reino Unido. Resalta mucho la falta de países potentes en investigación como son Suiza, Alemania o, cómo no, España. Esta iniciativa, explicaba Schiltz, pretende ser el punto de inflexión, la punta de flecha que presione al resto del mundo científico a adoptar una política abierta de publicación.
"¡Activen el Plan S!"
La iniciativa cOAlition S tiene como objetivo acelerar la transición a un sistema científico público de acceso inmediato y abierto. Para ello se basa en lo que llaman Plan S, diez propuestas que marcan por completo el espíritu de este movimiento, lo que podría suponer un cambio radical de cómo "hacemos ciencia" en el futuro.
Dicho Plan S asegura, en primer lugar, que todos los artículos financiados con dinero público serán publicados en plataformas abiertas, que los autores conservarán su copyright sin restricciones y que su publicación quedará amparada bajo una licencia Creative Commons Attribution Licence CC BY. En el Plan S también se insta a los organismos a velar por publicaciones Open Accessale de calidad, asegurándose que cumplen con unos criterios robustos, creando o propiciando la creación de este tipo de publicaciones.
Toda la ciencia publicada bajo el "Plan S" tendrá una licencia Creative Commons Attribution Licence CC BY.
En caso de existir algún tipo de tasa de publicación, algo común en el mundo editorial científico, serán las organizaciones las encargadas de cubrirlos, y no los grupos de investigación. También se controlará el valor de estas tasas, para evitar la especulación y el negocio.
El sistema, explica el Plan S, habrá de contar con universidades nacionales, bibliotecas e instituciones. Para terminar, el Plan S especifica que el modelo "híbrido" empleado por algunas editoriales, en el que se paga para su publicación, por ejemplo, o para ciertos servicios, no es compatible con la iniciativa; y cualquier falta a estos principios podrá ser sancionada.
¿Qué es eso de 'Open Access'?
Para entender la importancia de esta iniciativa, hay que comprender cómo funciona el sistema científico actual. Para que algo se considere "ciencia" ha de pertenecer al corpus de conocimientos reconocidos por la comunidad científica. Para ello, la investigación y sus resultados ha de ser publicada en una revista especializada científica.
Estos artículos pasan por un proceso de confirmación conocido como Peer Review o revisión por pares, que consiste en un análisis y validación por un par, es decir, un colega científico que se supone que sabe del tema del que va el artículo. Este comprueba que lo expuesto en el artículo es correcto. La editorial publica el artículo validado en la revisión por pares y es entonces cuando el descubrimiento o investigación pasa a considerarse como "ciencia" propiamente dicha.
Uno de los problemas de este sistema es que son las editoriales las que controlan la publicación. Por ejemplo, en muchos journals, que es como se conocen a estas revistas, se cobra por la publicación de un artículo. El precio para poder publicar puede ir desde los pocos cientos de euros hasta varios miles. Además, el acceso a los papers, los artículos, también es de pago, por lo que incluso el autor pierde el derecho de acceder libremente a su artículo si no paga las suscripciones, que suelen ser muy caras.
Como creo que divulgar ciencia también implica explicar aspectos del mundo de la investigación, voy a hablaros del negocio de las editoriales científicas.
— Pablo Barrecheguren (@pjbarrecheguren) 4 de septiembre de 2018
Por el contrario, y en rechazo a esta política en la que solo las editoriales ganan, surgió la iniciativa Open Access, allá por 1990, con la globalización de Internet. Este modelo permite a cualquiera publicar siguiendo el mismo patrón de revisión por pares, pero sin tasas (o con tasas reducidas para cubrir costes) y sin suscripciones.
Desde la aparición del Open Access, el paradigma de publicación, algo que ha dirigido el panorama científico en los últimos 60 años, está cambiando. Las grandes editoriales se muestran reticentes al cambio, poniendo impedimentos o denunciando una posible pérdida de calidad en la publicación científica. Sin embargo, los datos indican que, al contrario, el sistema Open Access ayuda a mejorar el intercambio de información y la calidad de la ciencia que hacemos.
¿Qué consecuencias tendrá? (No para España, claro)
Las consecuencias de esta iniciativa son claras: más y mejor ciencia. Al menos esa es la intención, porque el proyecto es a largo plazo, para permitir que toda la comunidad se adapte, aunque la primera fecha límite se ha dispuesto en dos años. Si todo va como se espera, en 2020 gran parte de la ciencia creada en estos 11 países será de dominio público y sin restricciones.
Pero entre dicha ciencia no estarán, al menos por el momento, la generada en los laboratorios públicos de España, por ejemplo (tampoco Alemania o Suiza, como decíamos). ¿Esto tendrá consecuencias? Probablemente, sí: si el nivel de acceso a las investigaciones que generamos en el país no está al nivel que el de los firmantes del acuerdo, corremos el riesgo de quedarnos atrás en citaciones y colaboraciones.
Esta es la base de la presión que los países pertenecientes a cOAlition S quieren ejercer en sus colegas. El proyecto tiene el apoyo tanto de la Comisión Europea como del Consejo Europeo de Investigación, aunque parece que la discusión sobre el Horizonte Europa, un marco de colaboración del programa europeo, estaría retrasando la firma del proyecto por parte de la Comisión.
Los tiempos, o el no obligar a los científicos a adoptar el modelo son las razones por las que Alemania o Suiza no se han unido a la iniciativa
¿Y por qué España y Alemania no han firmado todavía? Peter Strohschneider, presidente del consejo nacional de investigación de Alemania declaraba para Nature que no quieren obligar a sus investigadores a adoptar un modelo Open Access a la fuerza, y que deben haber otros caminos intermedios más apropiados. Para Suiza, por ejemplo, las razones se deberían a los plazos. En el caso de España, no han trascendido, pero sabemos que hay precursores nacionales de generar un sistema acceso abierto a la ciencia.
Por el momento, estamos fuera, aunque esto no ha hecho más que empezar. Los primeros pasos ya están dados, aunque las consecuencias son imprevisibles. A día de hoy las editoriales manejan sumas multimillonarias anuales, una jugosa parte de un pastel del que no todos disfrutan. ¿Estamos ante los primeros pasos de una ciencia abierta y libre de verdad? ¿O tendremos que seguir usando Sci-Hub?