Es probable que miles de españoles hayan quedado varados en algún punto ignoto del continente europeo a causa de las restricciones de movilidad. La pandemia ha paralizado el tráfico transfronterizo, lo que obligará a un buen puñado del continente a pasar la Navidad en una cultura y en un idioma muy distinto al suyo. Esto les obligará a adaptarse a tradiciones y ritos, si bien cristianos y similares a los desplegados en los países católicos y mediterráneos, un tanto diversos.
Empezando por la mera felicitación. En español es común y todos la conocemos: "Feliz Navidad". ¿Pero qué hay del bretón, del letón o del albanés? En algunos casos la traducción puede resultar sorprendente, dado que no es literal (en italiano, sin ir más lejos, se desea "Buon Natale"), aunque en la mayoría de ocasiones el significado es idéntico. Para sacarnos de dudas, el célebre mapmaker Jakub Marian ha creado este estupendo mapa lingüístico de la Navidad.
Como es lógico, la mayoría de las felicitaciones se agrupan por similitud en torno a las grandes familias lingüísticas de Europa. En los países romances viajamos desde el "Feliz Natal" portugués hasta el "Bon Natale è pace è salute" de corso, pasando por el "Bon Nadal" catalán, el "Joyeux Noël" francés (una de las variantes más raras) o el "Bo Nadal" gallego. Mención aparte merece el euskera, lengua no indoeuropea: "Eguberri on".
La cosa se pone interesante ya en las islas británicas. Al "Merry Christmas" británico ("Happy Christmas" en Irlanda) hay que sumar las minoritarias lenguas gaélicas: "Nadolig Llawen" si paras por Gales; "Nollaig Chridheil" si acudes a las Hébridas escocesas; o "Nollaig Shona" si te toca disfrutarlas en Irlanda. Algo más al este, en los países nórdicos, la letanía es sencilla: "God jul" en Noruega y Suecia, "Glædelig jul" en Dinamarca.
Germanos y austriacos y chechos y eslovacos comparten felicitación ("Frohe Weihnachten" y "Veselé Vánoce" respectivamente), mientras que también son similares los buenos deseos estonios y fineses ("Häid jõule" y "Hyvää joulua", ambas lenguas son urálicas, no indoeuropeas, y están emparentadas). Rumanía se sale del registro romance ("Crăciun fericit") y Hungría, como siempre, lleva su propio ritmo ("Boldog karácsonyt").
En materia eslava la confusión es mucho mayor que en las familias latinas. En Polonia, por ejemplo, es o bien "Wesołych Świąt" o bien "Bożego Narodzenia". En serbio "Srećan Božić" o "Hristos se rodi", mientras que en croata y bosnio (virtualmente el mismo lenguaje, pese a que las diferencias se están acentuando) "Sretan Božić". También difieren el bielorruso, el ucraniano y el ruso: "з Божым Нараджэннем", "Христовим" y "с Рождеством".
Por último, tres particularidades lingüísticas: el lituano "Linksmų Kalėdų", el letón "Priecīgus Ziemassvētkus" y el albanés "Gëzuar Krishtlindjet". La lista es larguísima y deja de lado un sinfín de idiomas minoritarios aún hablados en el continente (como el retrorromance, el arrumano o el ruteno, entre otros), pero es lo suficientemente inclusiva como para sacarte de cualquier apuro si e 25 de diciembre andas de viaje por Europa. No este año, evidentemente.