Las cifras, cifras son. En ocasiones dibujan escenarios catastróficos. Otras dan alguna que otra alegría. Si hablamos de demografía, en Seúl saben de ambas. Hace unos días su observatorio estadístico, Kostat, arrojó un jarro de agua fría helada al país al recordarle que la crisis de natalidad que arrastra desde hace años ha dejado su mercado laboral al borde del abismo, con cerca del 25% de sus trabajadores por encima de los 60 años. Ahora el mismo organismo ha dejado un dato que invita al optimismo, aunque de forma sosegada: desde abril Corea del Sur encadena una racha casi ininterrumpida de aumento de nacimientos y matrimonios.
La gran pregunta es… ¿Es un espejismo o un punto de inflexión?
¿Qué dicen las estadísticas? En Corea del Sur abundan las noticias sobre demografía. Por lo general en tono pesimista. El país se despidió de 2023 con una tasa de fertilidad —el número medio de hijos que se espera que tenga una mujer a lo largo de su vida— de 0,72, lo que supuso un "mazazo" por partida doble.
Primero porque ahonda en su espiral de caída. Solo un año antes ese mismo indicador se situaba en 0,78 y el país lleva ya tiempo alejado de la media de 2,1 hijos por mujer que se consideran necesarios para que una población pueda mantenerse estable. La perspectiva de crecer suena a ciencia ficción.
El segundo motivo es que el dato sitúa a Corea del Sur a la cola del mundo en lo que tasa de fertilidad se refiere. En las estadísticas se disputa ese dudoso honor con Taiwán. Hay estimaciones que hablan de que con su deriva actual la población surcoreana se situará a finales de siglo por debajo de los 27 millones de habitantes, lejos de los 51,7 millones de 2022. Semejante escenario viene acompañado de un buen puñado de desafíos en materia social, económica e incluso en defensa.
Y llegó la sorpresa. Con ese telón de fondo se entiende mucho mejor la expectativa que han generado en el país los últimos datos de Statistics Korea (Kostat) en dos ámbitos clave: la natalidad y los matrimonios. En pleno invierno demográfico, ambos crecen. Y a buen ritmo. Así lo reflejan medios locales como la agencia Yonhap o The Korea Times. En agosto en el país nacieron 20.098 bebés, un 5,9% más que durante el mismo mes de 2023, y se casaron 17.527 parejas, lo que refleja un crecimiento interanual aún más significativo, del 20%.
Los datos son buenos en sí mismos, pero mejoran cuando se ponen en contexto.
Mirando más allá de agosto. No es el primer mes que Corea del Sur respira aliviado con su balance de natalidad. Creció un 5,9% interanual en agosto, pero es que en julio ya lo había hecho un 7,9%, en mayo un 2,7% y en abril un 2,8%.
A lo largo de todo ese período —precisa The Korea Times— solo se registró un pequeño "pinchazo" en junio, cuando el número de nacimientos se contrajo un 1,8%. Lo mismo ocurre con los matrimonios. Crecieron un 20% en agosto, pero lo han estado haciendo de forma continua desde abril. Tras un junio algo más flojo en ese aspecto, en julio el alza interanual rozó el 33%. En 2023 de hecho ya crecieron de forma tímida, un 1%, rompiendo una tendencia negativa que duraba 11 años.
"¿Está Corea en vías de recuperarse?" La pregunta no es nuestra. Es el titular con el que The Korea Times encabeza su crónica con los datos de Kostat. Más que el contenido, lo interesante de la frase es el uso de los interrogantes. A pesar de que el país parece estar encadenando una buena racha y hay quien ya pronostica que logrará incrementar su fertilidad y natalidad por primera vez en años, sobran los motivos para ser cauteloso.
El principal es que el balance global de 2024 no es bueno. No al menos a día de hoy. Los últimos meses pueden haber sido positivos, pero la tasa de fecundidad se situó el segundo trimestre en 0,71, lo que marca un nuevo mínimo histórico. Entre enero y agosto se contabilizaron además 158.000 nacimientos. Y eso supone aún un 0,4% menos que el año pasado. El número de muertes también ha aumentado, con un alza del 5,6% con respecto a 2023, y Yonhap recuerda que desde finales de 2019 el número de fallecidos siempre ha superado al de alumbramientos.
¿Un espejismo? Otra de las razones por las que en Seúl hay gente reacia a descorchar aún el champán es que, más que revelar un cambio de tendencia, los últimos datos de natalidad podrían ser fruto de un contexto específico. Es decir, una especie de espejismo. Lo sugiere también la agencia Yonhap, que recuerda que el fenómeno podría estar relacionado en parte con la resaca de la crisis sanitaria
Al fin y al cabo el aumento de la natalidad llega después del repunte de matrimonios que vivió el país entre la segunda mitad de 2022 y la primera mitad de 2023, cuando muchas parejas que se vieron obligadas a retrasar su boda por el COVID pudieron al fin darse el "sí quiero". La pregunta sería por lo tanto… ¿Están teniendo ahora sus primeros hijos las parejas que pospusieron sus bodas?
¿Cómo interpretarlo? La gran pregunta. "Para argumentar de manera convincente que estos indicadores se han recuperado por completo necesitamos ver que la tasa de natalidad sigue incrementándose durante los próximos uno o dos años", anota a The Korea Times Lee Chul-hee, profesor de la Universidad Nacional de Seúl. De opinión parecida, Lee Sam-sik, de la Asociación de Salud y Bienestar, advierte que "un crecimiento sorpresivo" en los nacimientos y matrimonios como el registrado en los últimos meses "no garantiza un aumento a largo plazo".
Hay quien ha relacionado los últimos datos de Kostat con los esfuerzos desplegadas por el Gobierno para paliar su grave problema de natalidad.
En el país la demografía dejó de ser hace tiempo una cuestión secundaria para convertirse en un desafío prioritario. Hace poco de hecho declaró la "emergencia demográfica nacional" con el objetivo de poner en marcha un plan coordinado entre los diferentes departamentos del Gobierno y "superar el problema de la baja tasa de natalidad". En mayo el presidente incluso hablaba de crear un ministerio centrado en combatir "la baja tasa de fertilidad" que arrastra la nación.
Un problema de calado. Que la crisis de natalidad preocupe tanto en Seúl se entiende perfectamente con un porcentaje. Más allá de las implicaciones que tiene para la economía, sanidad y defensa, el invierno demográfico ha llevado a Corea a un escenario social difícil de gestionar. Y la clave vuelve a darla una vez más Kostat.
Hace unas semanas publicó un estudio que revela que casi uno de cada cuatro trabajadores del país tienen 60 o más años, lo que explica que en Seúl haya surgido el debate en torno al importe de las pensiones y la edad de jubilación.
Las tablas de Statistics Korea muestran que la bolsa de trabajadores que han soplado ya las 60 velas está en máximos históricos, en torno a 6,74 millones de personas. Hace un año eran 272.000 menos. Ahora mismo representan el 23,4% de la fuerza laboral, tres puntos más que en mayo de 2021. Y hay otro dato igual de relevante: los trabajadores de la franja de edad anterior, comprendida entre los 50 y 59 años y que por lo tanto pasarán a engrosar la bolsa de los sexagenarios en no mucho tiempo, está también en valores elevados. Suman unos 6,72 millones.
Imagen | David Peterson (Flickr)
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