Los neobancos vienen pegando con fuerza. Prometen una mejor experiencia de usuario que los bancos tradicionales adaptando un negocio muy antiguo a los tiempos modernos de forma mucho más rápida que los típicos mastodontes que conocemos.
Los principios en los que operan estos bancos están basados en tres pilares: primero, los nuevos usuarios de banca no quieren ir a las oficinas, lo consideran una pérdida de tiempo; segundo, tampoco quieren interaccionar con una web, quieren tener disponible cualquier operación en una aplicación de móvil; y tres, quieren servicios sencillos, agradables, con valor añadido y una atención al cliente excelente.
¿Son los neobancos realmente bancos?
Entorno a 2015 algunos emprendedores se empezaron a dar cuenta de que la revolución digital no había llegado a la banca. Mientras muchos sectores vivían la revolución (incluido el financiero, con propuestas fintech), los bancos de toda la vida seguían operando en muchas ocasiones sin aprovechar las ventajas de escala que puede proporcionar la tecnología.
Al principio surgieron aplicaciones de móvil que simplemente eran un interfaz más moderno con cuentas tradicionales. Es decir, estas nuevas empresas acordaban con un banco usar sus servicios pero con una aplicación propia para ofrecer dichos servicios. El éxito fue tremendo.
El éxito llevo a muchos de estos neobancos a solicitar la ficha bancaria y convertirse en bancos propiamente dichos. Unos años antes cualquiera hubiera pensado que era una locura, sobre todo porque estos nuevos actores estaban ofreciendo los servicios bancarios más básicos (cuenta corriente, tarjeta, transferencias) que normalmente son los menos rentables del sector.
Después de unos años tenemos una serie de bancos de nueva generación en Europa que están cada vez más implantados. ¿Son todos realmente bancos? No, y aunque lo sean a veces no ofrecen todos los servicios de un banco tradicional.
N26
N26 fue el primer banco de la nueva hornada en llegar a España. Lanzaron su servicio en 2015 y rápidamente se dieron cuenta de que para crecer necesitaban tener licencia bancaria. En 2016 la consiguieron y por tanto son oficialmente un banco.
Su expansión fue meteórica. Con apenas 100 empleados llegaron a tener 100.000 clientes por toda Europa. Se aprovecharon de la normativa de la Unión Europea para expandirse sin abrir oficinas en todos los países y solo recientemente han sido capaces, por ejemplo, de ofrecer IBAN español (algo que en principio no debería ser importante pero que lo es en el día a día de muchas operaciones bancarias).
Aunque oficialmente sea un banco no ofrecen ni créditos ni hipotecas ni cheques. Se centran en ofrecer una cuenta bancaria, tarjeta, una aplicación bonita con funciones avanzadas de control de gasto, transferencias muy económicas y retiradas de dinero muy baratas por todo el mundo. Tienen distintos planes dependiendo del uso.
Revolut
Revolut también opera en España. Su expansión también ha sido meteórica pero hasta hace muy poco no ha tenido ficha bancaria (de hecho, todavía no puede usarla) y opera a través del banco Lloyds.
Lo que ofrece frente a N26 es muy parecido, aunque se centran más en ofrecer a los clientes cuentas en divisas, con una comisión de cambio entre ellas muy ajustada. Aparte de los servicios típicos (cuenta, transferencias, tarjetas, extracciones de cajeros) permiten la compraventa de criptomonedas.
Aunque ya es oficialmente un banco y en breve las cuentas de los clientes pasarán a estar depositadas en él, lo cierto es que todavía no ofrecen servicios que un banco tradicional sí tiene, como hipotecas, créditos o inversión en valores.
Monzo
Monzo es uno de los nuevos bancos con mayor proyección. Es el favorito de muchos usuarios, tanto que a pesar de que no ofrecen cuentas fuera del Reino Unido, muchos clientes de fuera de dicho país han usado atajos para lograrlo.
Hasta 2017 no lograron la ficha bancaria. Como otros neobancos, empezaron siendo un simple interfaz, una app, y luego evolucionaron a un banco completo. Pero al igual que sus hermanos no ofrecen todos los servicios bancarios que un competidor tradicional.
Atom Bank
Otro neobanco que está dando de que hablar es Atom Bank, que por cierto está participado por BBVA. El camino de Atom Bank ha sido algo distinto al de sus competidores: primer obtuvo la ficha bancaria en 2015 y luego lanzó su servicio en 2016, con lo que es un banco desde el origen. De momento solo opera en Reino Unido.
Los servicios que ofrece son algo distintos al del resto de neobancos. En lugar de centrarse en cuenta y tarjeta están enfocados a ofrecer depósitos atractivos y préstamos e hipotecas. Es decir, el negocio bancario tradicional, ganar dinero con el margen ente pedir dinero prestado y prestarlo.
BNext
BNext es el neobanco de origen español más popular. Realmente no tiene ficha bancaria, sino que pretender ofrecer los servicios más populares de un banco sin llegar a serlo. El dinero que se transfiere ahí está depositado en una Entidad de Dinero Electrónico, con una reserva de caja del 100% (es decir, no se usa el dinero para invertir, como sí hacen los bancos tradicionales). Por contra el dinero no está protegido por el Fondo de Garantía de Depósitos y ni se pueden domiciliar recibos ni transferir el dinero fuera de BNext (pero sí gastarlo o extraerlo en un cajero con la tarjeta de débito).
A pesar de estas limitaciones, BNext sí que ofrece algunos servicios que sus competidores no hacen, como préstamos e hipotecas, a través de un marketplace. Es decir, no es BNext quien ofrece estos servicios sino que tiene acuerdos con otras entidades para que ellas lo hagan.
¿Es seguro tener dinero en estos neobancos?
Uno de los aspectos más importantes de tener el dinero en una entidad es la seguridad que ofrece. Y que haya bancos de nueva generación puede crear dudas entre los clientes acerca de la seguridad del dinero depositado.
Una de las mejores cosas de tener ficha bancaria es que estos bancos están cubiertos por la legislación europea, y entre ellas está que cada país debe contar con un Fondo de Garantía de Depósitos por valor de 100.000 euros / 85.000 libras por despositante.
La pega es que estos bancos no tienen su sede en España, y en caso de quiebra habría que reclamar los fondos garantizados a los países de origen (Alemania en el caso de N26, Reino Unido en el caso de Revolut, Monzo y Atom Bank). Los trámites para recuperar el dinero pueden ser complicados por este aspecto de que hay que hacerlos en otro país, pero recuperar el dinero depositado (como digo, hasta 100.000 euros) no debería ser imposible.
El caso de BNext es algo especial ya que no es un banco. Lo bueno es que el dinero está depositados en una Entidad de Dinero Electrónico que no lo invierte, así que en caso de quiebra de BNext, se podría recuperar. Otra cosa es que quiebre la Entidad de Dinero Electrónico, pero en este caso el dinero de la Entidad está depositado en una cuenta escrow fuera de balance en el Banco Santander con lo que la seguridad es alta.
¿Es probable que quiebren de forma desordenada alguna de estas entidades? Desde luego es más probable que en el caso de un banco tradicional. Al final estos neobancos son startups que viven bastante al límite, con rondas de financiación cada poco tiempo debido a la falta de rentabilidad.
También es cierto que ser un banco no es sencillo y tanto Revolut como N26 han tenido ciertos problemas con los reguladores acerca de ciertos controles que deben llevar. ¿Es posible un cierre por parte de los reguladores? No se puede descartar nada, pero sería más bien un inconveniente (por los trámites que tendrían que hacer sus clientes para recuperar el dinero) que un riesgo de perderlo (siempre que los saldos sean inferiores a 100.000 euros).
¿Cuál es el futuro de la ciberbanca?
Está claro que desde 2015 hasta aquí hemos visto el surgir de nuevos bancos, algo a lo que no estábamos acostumbrados, y que estos bancos se expresan de una forma distinta: sin oficinas y todo a través de aplicaciones móviles. Pero, ¿cuál es el futuro de estos nuevos bancos?
A mi entender, una vez que se están afianzando irán ofreciendo más y más servicios de la banca tradicional: los préstamos van a ser los primeros en venir, pero también llegarán las hipotecas, a costa de tener que expandir su estructura a todos los países en los que operan (la hipoteca es un producto más complejo, requiere firmas de contratos en notarías, etc.).
Esto hará que estos nuevos bancos se parezcan más a los tradicionales. Eso sí, nunca veremos una gran red de oficinas, esto es cosa del pasado y ya vemos que muchos bancos están precisamente en el proceso de cerrar sucursales. Así que por un lado veremos a los bancos tradicionales reducir su estructura y los nuevos bancos expandirla, hasta que converjan en unas entidades que ofrezcan la mayoría de servicios demandados.
Siempre habrá ciertos servicios que requerirán mayor estructura, como servicios a grandes empresas u otras operaciones más complejas (cartas de crédito, créditos sindicados, fusiones y adquisiciones, etc.). Aquí preveo que algunas entidades (tradicionales o nuevas) se especialicen, y ofrezcan estos servicios de nicho. Pero el típico banco que hace de todo y tiene oficina en cada pueblo del país es algo a extinguir.