De todos los grandes depredadores de la naturaleza, las hienas son de los que peor reputación tienen.
A menudo son consideradas como inútiles para otra cosa que no sea ser carroñeras, como si fueran unos matones de las llanuras africanas que se ríen mientras se juntan para robar la comida que le ha costado tanto obtener a sus competidores más majestuosos. Las imágenes de hienas manchadas (la mayor y más conocida de las cuatro especies de hienas) que se ven en los documentales sobre la naturaleza a menudo refuerzan esta idea, al igual que su representación en historias como la de El Rey León de Disney.
¿Pero de dónde viene una opinión tan negativa? ¿Está justificada esta idea?
Puede que el origen de la mala reputación de las hienas pueda remontarse al papel que han desempeñado en el folclore africano. En Tanzania, los hechiceros a menudo observaban a las hienas en jaulas y [se decía][2] que cabalgaban sobre sus espaldas por la noche. También existe una vieja superstición en ese país de que si un niño nace de noche mientras una hiena llora, será un ladrón cuando crezca.
También está la asociación que las hienas son carroñeras y la tradicional convicción ampliamente extendida de que las hienas están ahí para limpiar los cadáveres en descomposición, incluidos los de los humanos. De hecho, para los masai de Kenia se creía que algo andaba mal en una persona si las hienas no consumían su cadáver. Como resultado, solían cubrir los cadáveres humanos con sangre y grasa para hacer que las hienas lo consumieran y evitar la deshonra.
Aunque en la actualidad la etiqueta de "carroñeras" se presenta como un rasgo negativo, la idea de que las hienas son simples carroñeras que se benefician del trabajo duro de otros carnívoros (más populares) como los leones o los guepardos es incorrecta. Se trata de un mito a menudo perpetrado por documentales sobre la naturaleza que muestran grandes grupos de hienas acosando a los leones después de atrapar a una presa.
La verdad es que las hienas manchadas son en realidad excelentes cazadoras por su cuenta. De hecho, la mayoría de todas las presas que consumen provienen de sus propios esfuerzos de caza. Si se les da la oportunidad de aprovecharse de los restos de las presas de otro carnívoro, la aceptarán, como también lo haría cualquier otro carnívoro de las llanuras africanas.
Este cleptoparasitismo (parasitismo por robo) tiene sentido desde el punto de vista de conservación de energía. La ganancia nutricional que aporta un cadáver puede obtenerse sin riesgo de sufrir lesiones durante la caza o sin gastar energía. Por supuesto, el acto de robarle un cadáver a un león hambriento también conlleva sus riesgos y los animales pueden ser asesinados en el intento. Sin embargo, normalmente las especies con mayor número en sus filas prevalecerán.
Trabajo en equipo
Sin embargo, por alguna razón tendemos a ignorar las habilidades de caza de las hienas, mientras admiramos los esfuerzos de sus rivales. Nos maravillamos ante el poder de un leopardo que arrastra a su presa hasta un árbol, ante la velocidad de un guepardo que persigue a una gacela o ante el trabajo en equipo de los leones que persiguen animales grandes y peligrosos. Sin embargo, no nos damos cuenta de que las hienas son cazadoras igual de admirables y eficientes.
Normalmente cazan solas o en grupos de hasta cinco animales y el tamaño de la posible potencial aumenta con el tamaño del grupo de caza.
Se ha llegado a observar a una hiena adulta abatiendo un ñu adulto, prueba de la impresionante fuerza que puede llegar a mostrar una hiena. También pueden correr a una velocidad de hasta 40-50 km/h a lo largo de varios kilómetros y se ha llegado a observar una persecución a lo largo de unos asombrosos 24 kilómetros. Esta combinación de fuerza y velocidad los convierte en formidables cazadoras y en uno de los principales depredadores de las sabanas africanas.
Viviendo en clanes dominados por hembras, las hienas también son uno de los carnívoros más sociales. Los cachorros son criados comunalmente (aunque las hembras sólo amamantan a su propia descendencia) y el grupo proporciona seguridad en número, mejor vigilancia de los adultos y una defensa efectiva del territorio y la alimentación.
Como es común en muchos carnívoros sociales, la hiena manchada tiene un amplio repertorio de vocalizaciones para comunicarse. El aullido agudo que se oye cuando cazan o cuando compiten por los cadáveres se conoce como su "risa", pero en realidad se trata de una llamada mansa que demuestra que el animal que produce el sonido no es una amenaza. El otro sonido por el que son famosas las hienas manchadas es un chillido de larga distancia utilizado para comunicarse con otros miembros del clan y uno de los sonidos más icónicos de la selva africana.
Así que tal vez sea hora de dejar de lado los estereotipos de Disney y los papeles secundarios de "villanas" en los documentales de naturaleza. La hiena es un depredador maravilloso por derecho propio, tan importante e impresionante como cualquiera de los grandes carnívoros de África y un animal con atributos que los humanos admiramos en otras especies, así como en nosotros mismos.
Sí que es cierto que roban presas de otros carnívoros, pero también lo hacen los leones cuando tienen la oportunidad. A veces pueden parecer una manada de mal agüero, pero lo en realidad están demostrando es un excelente trabajo en equipo.
Imagen: Alan J. Hendry/Unsplash
Autor: Richard Yarnell, Nottingham Trent University.
Este artículo ha sido publicado originalmente en The Conversation. Puedes leer el artículo original aquí.
Traducido por Silvestre Urbón.