No hay comida en los estantes de los supermercados de Reino Unido. Concretamente, no hay frescos: muchas verduras, leche, huevos o botellas de agua, aunque la escasez afecta también a muchos otros productos, con una merma en la oferta que depende de la cadena de supermercados en la que te fijes, siendo más grave en unos que en otros. Según datos de industria, la caída en ventas de comestibles son generalizadas, entre un 1 y un 7% con respecto a julio de 2020. ¿Qué está pasando? Sobre todo, la “pingdemia”, según los tabloides. Una combinación de esto y, ante todo, el Brexit, según los medios más especializados y económicos.
La “pingdemia”
Los actuales protocolos en Reino Unido para controlar el coronavirus suponen que aquellos que han sido contacto estrecho de un positivo deben aislarse diez días incluso si esa persona tiene la pauta completa y está inmunizada (este requisito se derogará el próximo 16 de agosto). El seguimiento de contactos corre a cargo del Servicio Nacional de Salud (NHS) y de los registros del equivalente británico de Radar Covid, que tiene allí instalado un número mucho mayor de gente.
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— Ken Myerscough🚲 #3.5% 🇪🇺🐟 (@v11kwm) August 2, 2021
Eso ha implicado que, en plena tercera ola dominada por la más trasmisible variante delta, si te “cruzaste” con un positivo por más de 15 minutos en cualquier sitio, un bar, el metro o el vecino que está técnicamente a cinco metros de ti, aunque sea a través de una pared, el NHS te notifique y te pida (pero no te obliga, ojo) que te aísles. Según fuentes oficiales, a 20 de julio 1.73 millones de ciudadanos estaba haciendo cuarentena en un país de 67 millones de habitantes. Como solución, mucha gente ha procedido a desinstalarse la aplicación.
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— 💋@Petra (@PetrasPics66) August 2, 2021
Cuando expulsas a los trabajadores “no cualificados”
Antes del covid, la Asociación de Transporte por Carretera del Reino Unido (RHA) estimaba una escasez de conductores de vehículos pesados en 60.000 trabajadores, cuando a finales de 2020 la cifra alcanzó los 100.000. El nuevo sistema de visas post-Brexit es muy estricto, y sobre todo permite la entrada de lo que se consideran trabajadores de alta cualificación, entre los que no estarían los conductores de camiones. Según la RHA, a ese escenario de escasez se le sumó el abandono de 15.000 trabajadores de su industria a principios de 2021 cuando entró en vigor el Brexit. La pandemia también ha provocado que los 30.000 exámenes pendientes para conductores de vehículos se congelen. Muchas empresas iban tirando gracias una laguna fiscal, pero en abril se cerró.
Los conductores son repartidores de comercios online, pero también transportistas de petróleo, de leche y de todo tipo de materiales. Una tormenta similar está ocurriendo entre trabajadores “esenciales” de supermercados, como son cajeros o reponedores, que ocupaban en la mayoría de los casos trabajadores emigrantes y pobres: según la Oficina de Estadísticas Nacionales, la restauración, ha pasado de un 15,4% de ofertas de trabajo a un 140,4%. Los británicos se lamentan de que el 25% de los clubes y bares está a punto de tener que cerrar y no por restricciones sanitarias al ocio nocturno, sino por falta de personal.
Además, ese golpe al empleo perjudica en mayor grado a las pymes y minoristas, ya que son las que menos incrementos salariales pueden permitirse.
Las asociaciones de industria reclaman al gobierno que autorice visas temporales para este tipo de trabajadores, al menos en lo que dure esta crisis de demanda. El Ejecutivo no ha dicho nada sobre esto, pero sí que próximamente permitirá algunas exenciones a las medidas sanitarias para el personal “esencial”, como permitir que vuelvan a su puesto tras una PCR exprés.
Olvídense de la “pingdemia”, arreglen la estructura
Shane Brennan, director ejecutivo de la Federación de la Cadena de Frío, ha sido entrevistado en The Guardian, donde ha pedido que deje de “enturbiarse” que lo que está pasando es a causa de la pingdemia. Aunque la ola de contagios puede ser una causa “superficial, el problema real viene de largo: estamos crónicamente desprovistos de los impulsores que necesitamos en cada etapa de la cadena de suministro”.