Todas las Comunidades Autónomas a excepción de Castilla y León y Cataluña han solicitado al gobierno central pasar a la fase 1 de la desescalada el próximo 11 de mayo. Sin embargo, algunas como Asturias y Aragón han pedido que algunos de sus concejos más ruralizados puedan pisar el acelerador del desconfinamiento, mientras que castellanoleoneses y catalanes proponen que algunos de sus pueblos inicien la fase 1 aunque sus capitales se mantengan en la 0.
A pesar de que el gobierno central ha defendido desde un principio utilizar la provincia como unidad mínima territorial, la gestión autonómica se inclina más por desescalar núcleos más pequeños.
Fase 2. El presidente autonómico del Principado de Asturias ha pedido que áreas rurales como la comarca de los Oscos y el valle del Oso pasen directamente a la fase 2 de la desescalada debido que en ellas no se ha registrado ningún caso de coronavirus a lo largo de más de 50 días. En la misma línea, el gobierno de Aragón también pide que los municipios de la áreas rurales puedan saltarse la fase 1.
Recordemos que para pasar de fase las comunidades autónomas deben disponer de entre 1,5 y 2 camas de UCI por cada 10.000 habitantes, 37 y 40 camas para enfermos agudos y cumplir otros criterios cualitativos relacionados con el nivel de incidencia y la capacidad para rastrear y aislar los casos positivos.
¿Por qué? En Aragón el 76% de los municipios ocupan el 73% del territorio total y, en este área, apenas se concentra el 12% de la población total de la comunidad autónoma (4,76 habitantes por kilómetro cuadrado). La baja densidad de población que presentan provincias como Teruel o Huesca ha hecho que la incidencia del coronavirus en estos municipios haya sido ínfima. Igualmente y según datos del Observatorio de la Salud de Asturias, 18 de los 78 concejos de la comunidad continúan sin casos diagnosticados de Covid-19.
Pueblos vs Capitales. Castilla y León y Cataluña han decidido mantenerse en la actual fase 0 en términos generales y pedir que algunas áreas rurales pasen a la fase 1, obviando de este modo la idea del Ejecutivo de desescalar por provincias. El gobierno castellanoleonés propone que 26 zonas básicas de salud afincadas en el entorno rural puedan pasar de fase, aunque sus respectivas capitales de provincia no lo hagan.
En esta misma línea, ha llegado también la demanda del govern que mantiene las provincias de Barcelona y Girona en fase 0, pero que solicita el paso a fase 1 para algunas áreas de las provincias de Lérida y Tarragona como las tierras del Ebro o el valle de Arán. Sin embargo, aunque estas propuestas suponen un alivio para los pueblos menos castigados por la epidemia, mantienen paralizada en términos generales la actividad económica que mayoritariamente se mueve en los flujos urbanos y no en los rurales.
"Zona básica de salud". Esta unidad territorial hace referencia al núcleo de población que es atendido por un equipo de atención primaria y que, a su vez, forma parte de las subdivisiones que componen las áreas sanitarias de las provincias. Precisamente por esta razón, cada vez son más los gobiernos regionales que proponen al Ejecutivo coordinar la desescalada teniendo en cuenta esta unidad territorial y no la provincia. A juzgar por la proposición de Aragón, Asturias, Castilla y León y Cataluña, las autonomías creen conveniente acelerar el cambio de fase en aquellos territorios que, a pesar de ser más pequeños, reúnan las condiciones necesarias para poder avanzar.
Inicialmente, el comité de expertos que trabajó junto al gobierno en el plan de desescalada barajó tomar como unidad mínima territorial el municipio. Sin embargo, al final consideraron que esta idea podía traer problemas de transmisión debido a que mucha gente trabaja en municipios distintos a donde reside.
Trazabilidad. Para poder frenar el avance de futuros brotes de coronavirus no solo basta con delimitar las zonas que pasan de fase en base a criterios epidemiológicos, según apunta Sanidad, es clave reforzar los sistemas de vigilancia y rastreo. Un informe elaborado por la Universidad Johns Hopkins afirma que China logró frenar la epidemia en Wuhan, cuando 9.000 sanitarios comenzaron a trabajar en identificar cada caso y sus contactos.
¿Problema? A España le faltan manos. Los servicios de salud pública de las autonomías que depende del Centro Nacional de Epidemiología cuentan con una plantilla de menos de 500 trabajadores activos. Según varios expertos, España necesitaría varios miles de médicos para que la trazabilidad de los contactos fuese eficaz.
Imagen: Etienne Valois/Flickr