El gran retraso tecnológico de Japón: cómo pasó de ser pionera en el sector a quedarse congelada en el tiempo

  • Hubo un tiempo donde los productos japoneses no tenían paralelo en el mundo

  • El crecimiento de países rivales como China y Corea del Sur han cambiado esta realidad

  • Además, el 'efecto galápagos' ha limitado la influencia internacional del país asiático

Asimo Robot Pionero Japon
4 comentarios Facebook Twitter Flipboard E-mail

Hasta hace unas décadas, Japón era la segunda economía más importante en términos de Producto Interior Bruto (PIB). En el ámbito tecnológico, la tierra del sol naciente destacaba por ser el epicentro de una serie de innovaciones que no tenían paralelo en el mundo. Cuando en Europa o en Estados Unidos comenzaban a aparecer los teléfonos móviles con pantalla a color, en el país asiático los usuarios ya utilizaban algunos de estos dispositivos para ver televisión, hacer pagos o conectarse a Internet a través de un sistema llamado i-mode.

Panasonic, Sony y Sharp gozaban de un envidiable prestigio que trascendía fronteras. Si querías comprar un buen televisor, probablemente acabarías eligiendo una de estas marcas, aunque tuvieras que pagar un poco más. A la hora de hablar de consolas de videojuegos, PlayStation y Nintendo eran los puntos de referencia. Pero las cosas han cambiado. Los japoneses siguen siendo disciplinados, talentosos e innovadores, aunque su presencia el mercado global de la electrónica de consumo se encuentra en declive.

J Sh04 1 El Sharp J-SH04 lanzado en 2000 fue uno de los primeros teléfonos con capacidad para tomar fotos

Una excelente forma de entender el presente es analizar el pasado. Para ello, nos remontaremos al final de la Segunda Guerra Mundial. Cuando Japón se rindió en 1945, no solo perdió sus colonias y millones de vidas, también se encontró con una economía completamente diezmada. Sin embargo, tras el mencionado conflicto se promovieron una serie de reformas graduales que estimularon el mercado interno, impulsaron el desarrollo industrial y catapultaron al país asiático a abrirse al mundo para convertirse en un exportador destacado.

El resurgimiento económico japonés

En los primeros tiempos de la posguerra, Japón importó una enorme cantidad de maquinaria para apuntalar industrias como la automotriz. La búsqueda de la excelencia, en entorno económico favorable, llevó al país asiático a construir sus propias máquinas mejoradas y a más tarde a convertirse en líder de este sector. A nivel automotriz, por su parte, permitió a Toyota consolidarse como un gigante. También adquirieron relevancia industrias importantes como la siderurgia y, la que nos interesa, la electrónica de consumo.

Una de las tantas empresas que surgió después de la guerra fue Sony, aunque al principio no se llamaba así. El ímpetu de progreso que emergía en muchos japoneses está magníficamente descrito en la carta fundacional de Sony. “Trabajamos tan duro que literalmente nos olvidamos de dormir o comer”, cuenta el texto haciendo referencia a los técnicos e ingenieros que formaban parte de Japan Precision Instrument Co. y que desarrollaron equipos militares durante el conflicto bélico.

Cuando terminó la Segunda Guerra Mundial, Japan Precision Instrument Co. se disolvió, pero alrededor de 20 de sus miembros se unieron a Masaru Ibuka para abrir una firma de electrónica en Shirokiya llamada Tokyo Tsushin Kenkyujo (Laboratorio de Telecomunicaciones de Tokio). “El primer y principal motivo para crear esta empresa fue desarrollar un entorno de trabajo estable en el que los ingenieros que tenían un profundo aprecio por la tecnología pudieran realizar su misión social y trabajar a su antojo”, señala el escrito de Sony.

Las firmas niponas, entre ellas Sony, protagonizaron varios hitos tecnológicos y comerciales a lo largo de su historia:

  • 1957: la radio de transistores más pequeña del mundo (Sony TR-63).
  • 1979: la primera generación de estéreos personales a casete (Sony Walkman TPS-L2).
  • 1982: el compact disc (CD) desarrollado de manera conjunta entre Sony y Philips.
  • 1988: la primera cámara digital que almacenaba imágenes en una tarjeta de memoria (FUJIX DS-1P).
  • 1992: el LED azul, un elemento clave para producir las imágenes que hoy vemos en las pantallas de nuestros dispositivos electrónicos (Shuji Nakamura).
  • 1994: la consola que cambió el mundo de los videojuegos y elevó a Sony a la cima de esta industria (PlayStation).

Este impresionante giro que impulsó la economía del país fue denominado como el "milagro económico japonés". Una parte clave de este fenómeno fueron las estructuras empresariales conocidas como 'keiretsu'. En ellas, fabricantes, proveedores y distribuidores trabajan juntos para aumentar la eficiencia y, sobre todo, para reducir los costes. Cada uno de los actores de estos grupos, no obstante, era independiente. Antes del keiretsu predominaban los 'zaibatsus', grandes empresas familiares que llegaban a convertirse en monopolios.

Japón también fue un actor relevante en el mundo de los semiconductores. El nuevo dinamismo económico acompañado de la pericia japonesa permitieron que esta industria creciera sustancialmente entre 1960 y 1980. Como apunta el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales, el financiamiento para investigación y desarrollo en equipos de fabricación de semiconductores pasó del 2% a principios de la década de 1970 al 26% en 1977, lo que permitió a los nipones consolidar su presencia en este sector.

En 1988, NEC, Toshiba, Hitachi, Fujitsu, Mitsubishi o Matsushita controlaban el 50% de la industria de los semiconductores. Para 2019, sin embargo, la participación japonesa en este mercado había caído al 10%. Ahora bien, el Gobierno está tratando de ponerse al día con una impresionante inversión de 325.000 millones de dólares. Esto debería permitir a las empresas japoneses tener mejores condiciones para competir de tú a tú con las empresas de Estados Unidos, Taiwán o Corea del Sur.

Las décadas perdidas

El estado actual de Japón en términos económicos, que abordaremos en los siguientes párrafos, es producto de una variedad de factores. Ahora bien, hay al menos dos que merece la pena mencionar. La extraordinaria etapa de crecimiento que surgió tras la Segunda Guerra Mundial fue seguida de un período de estancamiento económico que inició en la década de 1990, con una tasa de crecimiento de PIB baja frente a la de otras naciones industrializadas. Cabe señalar, que no todos los teóricos están de acuerdo con las razones y los alcances de este escenario.

P Mp618p Kai Keio One Roma El Keio Bus D38702 ‘One Roma’ recorre Tokio en febrero de 1990

Un informe del Fondo Monetario Internacional (FMI) señala como la punta de lanza de la mencionada crisis al estallido de la burbuja de las acciones japonesas. En 1990 y, a mediados de 1992, los precios de las acciones habían caído alrededor de un 60 por ciento, el músculo empresarial se debilitó y el sistema bancario empezó a tambalearse a medida que los acreedores no cumplían con sus pagos. Mientras que algunos creen que el problema acabó, otros afirman que continúa.

La Poblacion De Japón Envejece2 La población de Japón está envejeciendo rápidamente

El crecimiento lento del Japón en las décadas siguientes, y probablemente hasta la actualidad, se debe según algunos especialistas a factores como el demográfico. La población de Japón está envejeciendo tan rápidamente que el país se está viendo obligado a cerrar miles de escuelas. Algunas de ellas se reconvierten en acuarios y fábricas de sake, pero no es una solución efectiva para la disminución de la fuerza laboral y la escasez de mano de obra, elementos que penalizan el crecimiento del país.

Las décadas perdidas también estarían siendo alimentadas por el ascenso geopolítico de China y Corea del Sur. Al menos en el mundo tecnológico, las marcas que antes tenían un prestigio y una reputación incomparable, como Sony, se han visto abrumadas por el crecimiento de firmas como Samsung y LG. De más está decir que estas últimas, ambas surcoreanas, tienen presencia mundial en un mercado tan importante como el de los televisores. La pérdida de protagonismo de Japón también es evidente en el mercado de los móviles.

Cartel De Samsung La compañía surcoreana Samsung lidera el mercado de los teléfonos inteligentes

El podio de envíos globales de teléfonos inteligentes elaborado por CounterPoint está integrado por Samsung, Apple y Xiaomi, es decir, una compañía surcoreana, una estadounidense y una china. Las compañías japonesas que participan de este mercado ni siquiera tienen presencia en el informe de la mencionada firma de análisis. Hablar en plural en este punto tampoco parece demasiado indicado: Sony es el único fabricante importante de móviles nipón, y el panorama también es desolar en su propia tierra, donde las ventas cayeron un 40% en 2023.

Japón también ha perdido terreno en el mundo de las telecomunicaciones. China se encuentra en la cima del ranking de propiedad intelectual en materia de 5G, con alrededor del 40% de las patentes esenciales para esta tecnología. El gigante asiático también es el hogar de Huawei, una de las firmas más destacadas de infraestructura 5G, que suministra equipos a diferentes partes del mundo, y que compite con la japonesa NEC en este mercado.

El síndrome de galápagos

Pese a los problemas derivados de las décadas perdidas, Japón hizo algunos de los desarrollos más sorprendentes del planeta en sector de la electrónica de consumo. El problema es que la mayoría de estas innovaciones no eran compatibles con el resto del mundo. Se desarrollaron en una especie de entorno aislado conocido como ‘síndrome de galápagos’ por su similitud con el ecosistema de las Islas Galápagos donde las especies evolucionaron de una manera muy única debido a su aislamiento geográfico.

Japón I Mode Los japoneses podían conectar su PlayStation a Internet con el móvil

El ejemplo más claro de esta realidad es el de los smartphones antes de la llegada del iPhone en 2008 de la mano de SoftBank. Dado que los operadores de telefonía de Japón no tenían que gastar dinero para adquirir el espectro de red para poder operar, pudieron dedicar parte de esta inversión a mejorar sus redes. Esto, sin embargo, se hizo bajo especificaciones bastante singulares. i-mode se convirtió en el primer servicio de conexión a Internet del mundo para teléfonos móviles, pero funcionaba solo funcionaba en Japón.

Hace años en este país se vivía un futuro tan avanzado como difícil de replicar en otras naciones. A principios de la década de los 2000 un japonés podía conectar su teléfono móvil a una consola PlayStation para acceder a Internet desde ella. Esto era posible gracias al mencionado i-mode, un servicio que permitía navegar por una web que se semejaba bastante al concepto WAP que se popularizó tiempo más tarde en occidente. Ese mismo año, también se podía comprar un teléfono con cámara, el J-SH04 de Sharp, e incluso enviar imágenes por mensajes.

Un país que se resiste a abandonar tecnologías obsoletas

La obsesión por lo moderno que palpita en calles como las de Tokio contrasta fuertemente con una importante inclinación hacia lo tradicional y, curiosamente, hacia lo obsoleto. No estamos hablando del paisaje salpicado por templos, jardines y casas de té que forman parte de la cultura milenaria del país, sino de elementos de oficina tan comunes como las máquinas de fax. Muchas organizaciones siguen utilizando estos dispositivos de transmisión de información en pleno siglo XXI.

Japon Disquetes Hasta hace poco tiempo, los disquetes seguían siendo vitales para realizar ciertos trámites gubernamentales

Japón se ha destacado por desarrollar tecnologías innovadoras a velocidad de vértigo, e incluso llegar más lejos que cualquier otro país. Sin embargo, también ha tenido dificultades para abrazar lo nuevo. La dependencia del envío de documentos por fax o la presentación de documentos a través de soportes de almacenamiento obsoletos como disquetes ha estado impulsada principalmente por procedimientos y legislaciones desactualizadas. Hasta hace poco tiempo, el gobierno nacional exigía el uso de disquetes para ciertas gestiones.

Japón en la era de la inteligencia artificial

Estamos presenciando en directo la carrera por el dominio de la inteligencia artificial (IA). Compañías de varias partes del mundo están invirtiendo enormes sumas de dinero para desarrollar sus propios modelos de lenguaje grande y así destacar en esta industria. Entre las más importantes encontramos a las estadounidenses OpenAI, Microsoft, Google, Anthropic y Runway, por mencionar algunas. La europea Mistral AI ha conseguido un papel protagónico esta carrera, mientras que las chinas parecen estar más enfocadas en su mercado interno.

Asimo Honda comenzó a desarrollar robots humanoides en la década de 1980

Varios expertos coinciden en que Japón está detrás de las mencionadas regiones en el desarrollo de la IA. Según Noriyuki Kojima, cofundador de una startup japonesa llamada LLM Kotoba Technology, “la posición rezagada de Japón en el campo de la IA generativa se debe en gran medida a sus deficiencias comparativas en el aprendizaje profundo y el desarrollo de software”. Uno de los grandes problemas a los que se enfrenta el país asiático en este campo es una tremenda falta de mano de obra cualificada que está agravándose.

El Ministerio de Economía, Comercio e Industria estima para 2030, Japón tendrá un déficit de 789.000 ingenieros de software. Otros de los problemas a los que se enfrenta el gigante asiático es la falta de la infraestructura tecnológica necesaria para entrenar modelos de IA. El sector privado nipón no tiene un equivalente a los centros de cómputo Azure de Microsoft, sobre los que se sostienen los productos de OpenAI, o los de Google Cloud. Máquinas como Fugaku, el cuarto supercomputador más potente del mundo, está en manos del gobierno.

Cuando se trata de supercomputación, el gobierno japonés parece enfocado en recuperar el liderazgo de este ámbito. Se han anunciado los planes de construir una máquina 1.000 veces más potente que los supercomputadores más potentes de la actualidad. El proyecto, denominado provisionalmente ‘Fugaku Next’, se enfrenta a varios desafíos. Se habla de un sistema cuyo rendimiento alcanzará los zetaFLOPS, algo nunca visto hasta el momento. Alcanzar este rendimiento con el hardware actual sería una ruina a nivel de consumo energético.

El proyecto de ‘Fugaku Next’ requiere el desarrollo de nuevas formas de escalar las capacidades del supercomputador utilizando la energía de la manera más eficiente. Como decimos, también hay otro problema. Este equipo estará bajo el control del instituto de investigación de Ciencias Naturales en Japón, también conocido como RIKEN. Además, los modelos de IA que están apareciendo en el país tienen poca proyección global. Una vez más el efecto galápagos se presenta como productos especializados en el idioma y la cultura japonesa, lo que limita su expansión.

Imágenes | Possessed Photography | Sharp | Wikimedia | すしぱく | Jonathan Kemper | Sony | Behnam Norouzi

En Xataka | La PS2 ha vuelto a hacer historia: después de 24 años llega al Registro del Patrimonio Tecnológico del Futuro de Japón

En Xataka | China tiene un plan para ganar la guerra de la IA: si no puede competir en potencia arrasará con sus precios

Inicio