A finales del siglo XVI, un joven alemán llamado Johann Bayer se trasladó a Augsburgo con el propósito de ejercer la abogacía, carrera universitaria que había estudiado. Pero como tantos otros estudiosos del momento, los cielos le atraían irremediablemente. La astronomía era la ciencia del momento, y al estudioso le obsesionaba la precisa posición de los objetos con respecto a la esfera terrestre. Años más tarde Bayer revolucionaría este terreno del saber creando el atlas estelar que da nombre a todas las constelaciones tal y como las conocemos actualmente.
El lobo, la vasija, el fénix, el pavo… Sí, buena parte de la nomenclatura astronómica que utilizamos a día de hoy emana del Uranometria Omnium Asterismorum, el estudio de Bayer sobre esos cielos y del que ahora libera imágenes a alta resolución la Biblioteca del Observatorio Naval de Estados Unidos, de un ejemplar encontrado en 1655. Lo importante de su obra es que cubrió absolutamente todo el cielo observable desde la tierra de forma natural, no sólo las constelaciones visibles desde puntos concretos de la tierra, como ya hicieron antes que él los griegos.
Aunque hoy se nos hace algo pobre ver un dibujo sobre la colocación de las estrellas, el descubrimiento en el siglo XVII fue algo sensacional, algo así como lo más parecido al Google Maps de la época en Occidente. Gracias a Bayer, la gente de todas partes del mundo sabía qué pinta tenía la noche estrellada en Bangkok y en Algeciras de forma hiperprecisa. O bueno, al menos todo lo preciso que se creía que era hasta la llegada de Nicolas Louis de Lacaille 150 años después.
Desde una perspectiva descontextualizada, lo que más llama la atención en estas atractivas imágenes es la increíble imaginación que debieron tener los alemanes para asignarle esas formas a estos asterismos que, seamos sinceros, no se parecen casi nada a la forma que les da nombre. Si pensábamos que El Carro tenía ya un contorno algo cuestionable, en estos diseños vemos cómo algunas de las formas son bastante peregrinas (aunque eso sí, muy bonitas).
Otra ventaja añadida: al descubrir estas imágenes, aquellos que quieran tatuarse su signo zodiacal o la constelación que ha influido en su nacimiento podrán pedir que les dibujen en la piel una reproducción exacta del aspecto original de su signo. Ya lo sentimos por aquellos que sean Leo, puede que su felino no haya salido demasiado favorecido.
Constelación Equuleus o El Caballito (la segunda más pequeña de las 88 constelaciones, sólo superada por la Cruz del Sur).
Constelación Draco o el Dragón (una constelación del norte lejano, que es circumpolar para muchos observadores del hemisferio norte).
Constelación Ursa Minor u Osa Menor (del hemisferio norte; comparte el mismo nombre que la Osa Mayor, debido a que su cola se asemeja al mango de una cuchara).
Constelación Cepheus o Cefeo el guerrero (constelación del norte que representa al legendario rey de Etiopía Cefeo, esposo de Casiopea y padre de Andrómeda).
Constelación Bootes o El Botero.
Constelación Corona Borealis o Corona Boreal (una pequeña constelación boreal cuyas principales estrellas forman un arco semicircular).
Constelación Hércules o El Héroe (recibe su nombre del héroe mitológico).
Constelación Lyra o La Lira. No es grande pero es fácilmente identificable por su estrella Vega, que es uno de los vértices del denominado "Triángulo de verano" (las otras dos estrellas son Deneb, en la constelación del Cisne, y Altair, en el Águila).
Constelación Cygnus o El Cisne. Está en el hemisferio norte y atraviesa la Vía Láctea. La disposición de sus principales estrellas hace que a veces sea conocida como la Cruz del Norte, en contraste con la constelación austral de la Cruz del Sur.
Constelación Casiopea o La Reina. Es una de las constelaciones compiladas en el catálogo estelar de Tolomeo, el Almagesto, del siglo II. Fácilmente reconocible por sus cinco estrellas brillantes que forman un conocido asterismo del cielo circumpolar boreal.
Constelación Perseus o Perseo (del héroe mitológico que decapitó a Medusa).
Constelación Auriga o El Cochero. Del hemisferio norte. Su localización es fácil, basta con mirar por encima de Orión.
Constelación Ophiuchus, Ofiuco o El Cazador de Serpientes. Puede verse en ambos hemisferios entre los meses de abril a octubre por estar situada sobre el ecuador celeste.
Constelación Serpens o La Serpiente. Dividida en dos segmentos: Serpens Caput, que representa la cabeza de la serpiente, situada al oeste; y Serpens Cauda, que representa la cola, al este.
Constelación Sagitta o La Flecha. Es una de las tres constelaciones más pequeñas, después de Equuleus y Crux. Se encuentra dentro del perímetro del Triángulo Estival.
Constelación Aquila o El Águila.
Constelación Aquarius, Acuario o El Portador de Agua. Los sumerios le dieron este nombre a la constelación, en honor a su dios An, que derrama el agua de la inmortalidad sobre la Tierra.
Constelación Piscis Austrinus o Piscis Australis. Piscis Austrinus se identificó con un pez que salvó a la diosa siria de la fertilidad Derceto de morir ahogada.
Constelación Cetus, La Ballena o El Monstruo Marino. Está en el hemisferio sur, en una región conocida como Agua, cerca de otras constelaciones como Aquarius, Piscis y Eridanus.
Constelación Orión o El Cazador. Es una constelación prominente, quizás la más conocida del cielo. Sus estrellas brillantes y visibles desde ambos hemisferios hacen que esta constelación sea reconocida mundialmente.
Constelación Lepus o La Liebre. Situada justo al sur de Orión, y posiblemente representa una liebre siendo perseguida por él.
Constelación Canis Maior o Can Mayor. Parece seguir, en su recorrido en el cielo debido al movimiento diurno, al «Gran Cazador», Orión.
Constelación Argo Navis o El Navío Argo. Extensa constelación en el hemisferio sur celeste que representaba el navío en que viajaron Jasón y los Argonautas de la mitología griega en busca del Vellocino de Oro: Argo.
Constelación Centaurus o El Centauro. Al norte de Crux y en el extremo norte de la Vía Láctea. Rodea la Cruz del Sur formando una de las más ricas y hermosas constelaciones del cielo.
Constelación Corvus o El Cuervo. Una constelación menor con sólo 11 estrellas visibles a simple vista.
Constelación Apis Indica, Indus o Hidra. Es la más grande de las 88 constelaciones modernas.
Constelación Lupus o El Lobo. Está en el hemisferio sur, ubicada entre las constelaciones de Centaurus y Scorpius. Se encuentra entre las patas del escorpión y casi unida a centauro.
Constelación Andrómeda o La Princesa. Comparte una estrella con Pegaso, la estrella blanco-azulada de la esquina noroeste del Cuadrante de Pegaso, denominada Alpheratz o Sirrah.
Constelación Aries o El Carnero. Se encuentra entre las constelaciones de Piscis, al oeste, y Tauro al este.
Constelación Taurus o Tauro. Destaca en el cielo invernal, entre Aries al oeste y Géminis al este. Al norte se encuentran Perseo y Auriga; al sureste Orión, y al suroeste Eridanus y Cetus.
Constelación Gemini, Geminis o Los Mellizos. Se encuentra a unos treinta grados al noroeste de Orión.
Constelación Cáncer o El Cangrejo. La constelación de Cáncer es pequeña y débil.
Constelación Leo o El León. Se encuentra entre Cáncer y Virgo.
Constelación Virgo o La Virgen. Se encuentra entre Leo al oeste y Libra al este y es una de las constelaciones más grandes visibles en el cielo.
Constelación Libra o La Balanza. Está situada entre Virgo al oeste y Escorpio al este. De los nombres más conocidos de sus estrellas más brillantes se desprende que fue en algún momento parte de las pinzas del escorpión.
Constelación Sagittarius, Sagitario o El Arquero. Se encuentra entre Escorio al oeste y Capricornio al este.
Constelación Capricornus, Capricorio o La Cabra. Capricornio representa a Amaltea mitad cabra, mitad pez, que cuidó y alimentó a Zeus cuando éste era pequeño.