En las pasadas elecciones municipales de mayo, los vecinos de Hiriberri, en Navarra, un pequeño pueblo de 110 habitantes, veían con preocupación el futuro de su tierra. Ninguno de los ciudadanos se había presentado a alcalde. Meses más tarde, el pasado 26 de noviembre se volvieron a repetir las elecciones. Y, otra vez, ni rastro de algún candidato. De los 44 municipios de España que debían repetir el proceso porque no hubo candidatura en la convocatoria de mayo, 38 eran navarros. Y en ocho de ellos sigue sin haber alguien que quiera ser alcalde.
Hiriberri no está sola en la misión de encontrar un líder municipal. En Iralzu, Sarries, Bargota, Etayo, Lezaun, Aresu y Orisoain sucede lo mismo. La Comunidad Foral fue el territorio de España donde más elecciones parciales se celebraron el pasado 26 de noviembre a modo de segunda vuelta porque anteriormente no se había presentado ninguna candidatura.
El por qué atiende de diferentes razones. Primero, la despoblación. Segundo, la falta de relevo generacional. Y tercero, una desmovilización institucional de los vecinos sin precedentes. El problema es que esta situación podría abocar a sus vecinos a ser gobernados durante los próximos cuatro años por concejales nombrados “a dedo” por los miembros de gestoras designadas por el Gobierno de Navarra. O lo que es peor, a la extinción del municipio.
Nabarte, un municipio a unos 50 kilómetros de Pamplona y con casi 300 habitantes, se enfrenta a su desaparición y a perder su entidad jurídica. Aún así, nadie quiere ser alcalde y ya lleva dos legislaturas seguidas igual. Los afectados apuntan a la "comodidad de la gente": "A algunos les da igual y otros pensaban que era como antes, se ponía una gestora, y les ha pillado por sorpresa. Ya son las segundas elecciones que nadie se presenta y con la nueva ley se procedería a abrir un expediente de extinción", comenta Egoitz Gamio Michelena, concejal, en este artículo de El Confidencial.
La pregunta es: ¿por qué Navarra tiene casi el 90% de los pueblos sin candidatos? El decano del colegio de Sociología y Politología de Navarra, Manolo Rodríguez, apunta en este otro artículo de eldiario.es a la demografía de la comunidad: "Nos encontramos con que en Navarra, sobre todo en la zona del Pirineo y Prepirineo, hay muchas poblaciones con muy pocos habitantes y muy envejecidas. La gente mayor ya no tiene ganas de meterse en política, y los pocos jóvenes que viven en estos pueblos en muchas ocasiones van a Pamplona todos los días a trabajar o incluso viven allí", señala.
Según el INE, en Navarra el 70% de los 272 municipios tienen menos de 1.000 habitantes. Y la falta de relevo generacional ha provocado que en hasta 54 localidades haya una única candidatura, que ya sabe que será la elegida por la falta de competencia.
¿Qué puede pasarle a estos municipios?
El problema es que sin ayuntamiento no hay presupuestos, y eso dificulta la petición de subvenciones y, por ende, de tomar decisiones importantes. Y a esto se le suma otro gran problema. Según la nueva Ley Foral de Administración Local de 2019, hay varios supuestos para la extinción de los concejos, y el no tener candidatos a alcalde es uno de ellos.
Según la normativa, un municipio puede extinguirse por: petición de la mayoría de los vecinos o del órgano de gobierno, cuando se carezca de los recursos económicos, humanos o materiales, es decir, cuando ya no queden vecinos; y cuando no se hayan presentado candidaturas en dos procesos electorales concejiles sucesivos. Por esta regla de tres, ocho concejos sin candidatos en dos convocatorias electorales completas (2019 y 2023) podrían desaparecer.
Aunque eso no sucediera, los artículos 181 y 182 de la Ley Orgánica del Régimen Electoral General, establecen que si un ayuntamiento tiene vacantes más de la mitad de las plazas de concejal se puede formar una comisión gestora con los ediles disponibles y con vecinos designados por los partidos que tenían representación. Y si eso resulta imposible, la Diputación Provincial o el Gobierno autonómico, según el caso, “asumirá directamente la gestión ordinaria” del consistorio.
La España vaciada, un problema administrativo
Ha sido precisamente el miedo a que lleguen gobiernos locales ajenos al pueblo lo que ha provocado un inesperado brote de participación ciudadana en otros pueblos de España, sobre todo en Burgos, Segovia y Teruel en los que no se presentó ninguna candidatura a las elecciones municipales. En algunos de ellos la reacción se ha quedado en un único candidato a la alcaldía, caso de Urzainki, o de una sola lista.
Como en Navarra, el principal problema recae en la despoblación. Según también datos del INE, más de la mitad de los municipios españoles (4.986 de 8.131) tienen menos de 1.000 habitantes, aunque en ellos se concentra solo el 3% de la población. Eso dificulta mucho llevar una administración correcta, cerrar listas en las elecciones locales o encontrar candidatos a alcalde. El fenómeno es incluso más radical en algunas regiones. De los 38 municipios navarros en los que no hubo listas en 28 de mayo, diez tienen menos de 100 habitantes y otros 17 no llegan a 250.
Imágenes: Unsplash
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