Para fabricar una batería de un Tesla Model S hace falta tanto litio como el equivalente al que llevan 10.000 smartphones. Según estimaciones, en los próximos siete años la demanda de litio va a ser nueve veces mayor que la actual. El Triángulo de Litio, en la intersección entre Argentina, Bolivia y Chile, [concentra más del 85% de las reservas](Triángulo de Litio) de ese metal blando conocidas en el planeta, y más de la mitad están en territorio chileno. Tres empresas monopolizan gran parte de la producción de este metal: la estadounidense Albermale, la china Tianqi y la chilena SQM. Sí, Chile tiene la llave.
Estadounidenses en problemas: este mismo mes se ha conocido que los reguladores del país han rechazado los planes de Albermarle de aumentar su cuota de producción de litio. Los reguladores ambientales dicen que los planes de su planta son vagos en cuanto al impacto medioambiental. Todo esto va a afectar al costo mundial del litio, que ya va por los 13.000 dólares la tonelada. Finalmente la Corfo, la agencia del gobierno chileno de Fomento, ha presentado una demanda arbitral ante la Cámara de Comercio Internacional obligándoles a cumplir el contrato que firmaron en 2016 y que les permitía explotar el suelo chileno hasta 2043.
¿Qué “no cumplen” los estadounidenses? Una de las cláusulas del contrato de Albermarle decía que cada año sería entregado un 25% de su producción de litio a empresas del sector del país a un menor precio más bajo para que, a largo plazo, Chile deje de ser un simple proveedor de materias primas para meterse a la producción. Por el momento Albermarle no ha dado un gramo de litio a los chilenos a un menor costo, lo cual es aún más indignante después de que se les descubriese vendiendo litio chileno a un precio muy inferior al promedio del mercado a sus propias filiales en los Estados Unidos y Alemania.
Congelando los movimientos: el tema es que, según expertos técnicos, los términos en los que está escrita la cláusula del contrato es ambigua, y la multinacional está convencida de que ganará en el arbitraje. Eso sí, todo este embrollo legal va a paralizar los planes de sus plantas entre un año y un año y medio.
¿Qué consecuencias medioambientales está teniendo todo esto? El Salar de Atacama, que es donde están teniendo lugar estas extracciones, se está secando, ya que el proceso de evaporación necesario para la extracción consume mucha agua. Las comunidades indígenas de la zona están perdiendo esta importantísima fuente de recursos, el suelo pierde potabilidad, y está muriendo flora y fauna, incluidos los bonitos flamencos.
¿Qué es lo que se juega Chile? He aquí el quid de la cuestión. Lejos de lo que podría parecer una lícita preocupación gubernamental por su futuro industrial o climático, es una cuestión de enriquecimiento de unos pocos. La mismísima Albermarle se quejó de que SQM, la extractora chilena, estaba extrayendo más salmuera de la autorizada, como se veía en los documentos entregados por SQM a las autoridades chilenas en 2016. Esto sin embargo no provocó ninguna respuesta estatal, que sí ha ratificado el contrato de extracción y ha aprobado los planes de ampliación de las plantas de SQM.
Curiosamente, en 2016 las agencias medioambientales descubrieron que el Salar se estaba secando, matando a los árboles de la zona, pero Fomento dijo que no podía “determinar cuál de las mineras de cobre o firmas de litio que operan en el salar era culpable del desequilibrio”. Un misterio.
Los orígenes de la SQM: la Sociedad Química Minera de Chile es una gigantesca empresa minera fundada en los años de la dictadura y controlada hasta hace dos días por Julio Ponce Lerou, el ex yerno de Augusto Pinochet. Ya desde los años 90, en los que ya controlaba el Salar y durante los cuales la compañía pública pasó a ser privada, ha sido acusada de saqueo, impunidad y contaminación rampante.
Las acusaciones de corrupción: hace un lustro la compañía vivió un cambio de gerencia cosmética, pero hace poco estalló el caso PENTA, por el cual se apuntaba a que SQM había financiado ilegalmente a los dos principales partidos del país a través de empresas pantalla. Se destituyó a los fiscales que estaban investigando el caso, se sobreseyó y se ordenó a SQM a hacer un pago de una multa simbólica.
Y el batacazo burbujil: entre 1884 y 1930 Chile vivió también el dominio de otro valioso recurso, el salitre. El boom extractor llevó a una especulación del precio del salitre y expandió la economía de la región. A principios del siglo XX los científicos alemanes inventaron un fertilizante sintético que sustituía al salitre a un coste mucho menor. Con la quiebra de las minas la economía de todo el país colapsó, con revueltas civiles incluidas.
No es solo que Morgan Stanley haya previsto un pinchazo en la burbuja del litio, sino que, aunque la inversión chilena en investigación es mínima, la de Estados Unidos y China por encontrar sustitutos del litio está en expansión. Es posible que el boom de este metal sea cuestión de años.
Foto: Frank Jakobi.