Cosas extremadamente góticas quinceañeras: los peluches de esqueletos, el merchandising de Pesadilla Antes de Navidad, los animales disecados, Dita Von Teese o el vodka negro. A esa lista mental que todos podemos hacer gracias a esa parte de nuestra adolescencia que queremos olvidar esos conocidos de nuestra juventud que se dejaron arrastrar por el lado más oscuro habría que añadirle ahora un nuevo artista, Stephen Gammell.
Sus dibujos son la materialización del tenebrismo que hace temblar a Neil Gaiman, Tim Burton o Guillermo del Toro. Este último ejemplo no es fortuito, pues parece que el director mexicano estuvo en negociaciones de adaptar una novela que Gammell ilustró a la gran pantalla.
Porque este dibujante es conocido en el mundo anglosajón principalmente por ser el ilustrador de la serie de libros Scary Stories to Tell in the Dark (Historias Escalofriantes que contar en la oscuridad).
Él y Alvin Schwartz confeccionaron mano a mano tres volúmenes de cuentos terroríficos que se basaban en folklore regional y leyendas urbanas… en ediciones para niños. Viendo los dibujos de espantapájaros, payasos deformes o sombras indefinidas que acompañaban a los relatos podemos entender que muchos de ellos acabasen escondiéndose por las noches debajo de la cama. Eso si no temían que hubiese ya un bicho ahí abajo antes. Estos volúmenes son especialmente populares en Gran Bretaña y Estados Unidos.
Como reconoce aquí un antiguo lector de los cuentos, lo que le mantuvo en vilo durante buena parte de su infancia y el motivo por el que sigue recordando aquellos libros fue el trabajo de Gammell, más efectivo en muchos casos que las propias palabras. El detallismo y surrealismo de sus lápices, que casi simulan ser un Dalí reconvertido al pulp, despiertan en nosotros el morbo mortífero de los que han jugueteado con el lado oscuro de la vida.
Años después la editorial Harper & Row quiso cambiar de tercio y sustituyó a Gammell por Brett Helquist, el dibujante de Una serie de catastróficas desdichas, pero se encontraron con el rechazo de la mayoría de su audiencia. En cualquier caso, sus dibujos se han mantenido en el recuerdo y hoy podemos disfrutar de ellos.