Europa, al igual que prácticamente todo Occidente, ha condenado los ataques que Hamás (movimiento islamista calificado de terrorista por la UE y EEUU) lanzó por sorpresa contra Israel el sábado. Unos ataques que causaron al menos 900 muertos en el lado de Israel y 700 en el lado palestino, la mayoría civiles.
Sin embargo, en el seno de la Unión Europea, ha estallado una crisis institucional cargada de confusión y reproches entre naciones en el debate sobre qué papel debe jugar Europa en este conflicto: si paralizar las ayudas humanitarias a Palestina o no.
El origen de la polémica. A la espera de una reacción política por los atques, la institución no se limitó a condenar los atentados y la barbarie, sino que el comisario húngaro de Vecindad, Oliver Varhelyi, anunciaba por sorpresa a través de la red social X que paralizaban los fondos de desarrollo de casi 700 millones de euros de forma inmediata a Palestina. "Todas las nuevas propuestas presupuestarias, incluida la de 2023, quedan aplazadas hasta nuevo aviso. La incitación al odio, la violencia y la glorificación del terror han envenenado las mentes de muchas personas. Necesitamos acción y la necesitamos ahora", señaló.
Evidentemente, esa congelación inesperada de ayuda económica y humanitaria ha generado división no solo en los Estados miembros, sino también dentro del seno de la Comisión Europea, con claros enfrentamientos entre países y partidos políticos.
El paso adelante de Austria y Alemania. El anuncio de Varhely llegaba justo dos horas después de que Alemania y Austria ya hubieran interrumpido sus pagos bilaterales a Palestina por valor de 144 millones de euros a la espera de un análisis detallado de cómo se estaba gastando ese dinero. Svenja Schulz, ministra de Desarrollo, señaló que los atentados suponen un "terrible punto de inflexión" y que Berlín iba a coordinarse con sus aliados para buscar la mejor forma de responder. Pero no todos los países han visto con buenos ojos la decisión de Alemania ni la de la Comisión, que fue tomada sin consulta previa a los miembros.
Rifirrafe en la Comisión. Eso ha generado cierto malestar en la UE, especialmente en España, Irlanda y Luxemburgo. La izquierda, en general, considera que la "sanción colectiva" al pueblo palestino es "escandalosa": "Recortar la ayuda al desarrollo empeorará todavía más la catástrofe humanitaria. Los civiles no son responsables de la guerra. Lo que es urgente es un alto al fuego", señalaba la eurodiputada Manon Aubry, de Francia Insumisa.
Irlanda también criticó el anuncio del comisario Varhelyi. "Entendemos que no existe fundamento jurídico para una decisión unilateral de este tipo por parte de un comisario individual y no apoyamos la suspensión de la ayuda", subrayó el Gobierno irlandés. También Luxemburgo y Bruselas cargaron contra la decisión apresurada de la Comisión e Italia hizo lo mismo asegurando que mantendrá la ayuda a los territorios palestinos. Argumenta que cortar el suministro de fondos castigaría más a los civiles que a los autores del ataque.
La rectificación. Ante tanta indignación y, sobre todo, las dudas sobre si es legal o no tomar una decisión así sin contar con el apoyo de los Veintisiete, el responsable comunitario de gestión de Crisis, Janez Lenarcic, terminó asegurando que los fondos humanitarios no se verían perjudicados. La Comisión Europea se ha visto, de hecho, obligada a rectificar y emitir un comunicado lleno de matices explicando que a partir de hoy comenzará una revisión de urgencia para revisar la asistencia que la UE da a Palestina en coordinación con los Estados miembros. "El objetivo será garantizar que ningún fondo de la UE permite de forma indirecta a cualquier organización terrorista llevar a cabo ataques contra Israel", dice el texto.
El representante español para Política Exterior y Defensa, Josep Borrell, ha asegurado también que no se suspenderán los próximos pagos de la UE. "Habría dañado los intereses europeos en la región y solo habría envalentonado aún más a los terroristas".
Dependen de las ayudas. Hay que tener en cuenta que, según datos de la Comisión Europea, el 80% de la población de Gaza depende de las donaciones internacionales y la ayuda humanitaria. En la Franja de Gaza, una extensión de tierra de poco más de 360 kilómetros cuadrados, viven nada menos que dos millones de personas, lo que la convierte en una de las zonas más densamente pobladas del mundo. La Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo define el lugar como "inhabitable". Otros describen la vida allí como algo similar a estar en una cárcel al aire libre, o incluso peor.
No sólo son las altas concentraciones de pobreza y hacinamiento extremo, sino que la región vive un estado de pseudo-guerra continua, con controles fronterizos por doquier y estados de alarma encadenados. Los proyectos de la UE en los territorios son llevados a cabo por ONG y otros socios que, siguiendo una política de no mantener ningún contacto con Hamás, sirven para dotar de educación, democracia y economía sostenible a los habitantes de esta región.
Imagen: GTRES (Michael Brochstein)
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