Esta réplica del mítico Commodore PET es funcional gracias a una Raspberry Pi, y si te gusta puedes imprimirte y montar la tuya

Esta réplica del mítico Commodore PET es funcional gracias a una Raspberry Pi, y si te gusta puedes imprimirte y montar la tuya
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El hecho de que la evolución natural de la tecnología sea el cambio y la modernización crea, a su vez, una nostalgia cada vez más marcada de lo que va quedando como antiguas eras y productos que hicieron historia. Ejemplo de ello son los ordenadores de los hace tres o cuatro décadas, que calaron bien hondo en los corazones techie de muchos de nosotros hasta el punto de crear proyectos tan entrañables como este Commodore PET impreso en 3D para una Raspberry Pi, siendo así un homenaje a un mítico equipo pero haciéndolo útil y práctico.

Las Raspberry Pi tienen mil y una aplicaciones, desde la emulación de juegos hasta la domótica pasando por la decoración, pero está el añadido de personalizar el continente de la electrónica y ahí es donde podemos descargar todo nuestro espíritu retro. Ya lo vimos en ejemplos como la Pitendo, que llega a suplir a una Nintendo Classic Mini en la práctica, y ahora veremos otro ejemplo de miniatura de un dispositivo mítico, en este caso en modo Do It Yourself (DIY).

Un montaje sencillo, pero apto sólo para pacientes

Los Commodore PET fueron unas computadoras desarrolladas en los años 70, con un diseño unibody (integrando en una misma pieza pantalla, electrónica y teclado) que para los más nostálgicos será icónico. De hecho, el año pasado vimos ya un precioso homenaje por parte del diseñador sueco Love Hultèn, con el PET De Lux, una versión creada a mano del mítico Commodore PET 2001.

Lo que ha ideado Lorenzo Herrera, al que agradecemos que nos informase de su bonito proyecto, es que podamos imprimir en 3D una caja con un diseño basado en el Commodore PET modelo 8032 para introducir una Raspberry Pi y que sea funcional. Una manera entrañable y entretenida de emular este ordenador (o ya lo que prefiramos) y que sigue meticulosamente las líneas de diseño del original, como él mismo cuenta en la web de su proyecto.

Commodore Pet 06

Así, para construir nuestro Commodore PET mini necesitaremos, además de la impresora 3D, tornillos, destornilladores. y la Raspberry Pi (cualquier modelo):

  • Una microSD de 16 GB.
  • Un cargador de un mínimo de 3 amperios (para la Raspberry y la pantalla).
  • La pantalla Waveshare de 2,8 pulgadas.
  • Un cable plano de 26 pines para conectar la pantalla a la RPi y el socket correspondiente.
  • Un interruptor de 15 x 10 milímetros.
  • Un cable micro USB con un cabezal para atornillar.
  • Dos imanes pequeños, de unos 10 x 2 milímetros, para el "clic" al cerrar.
  • Opcional: teclados o joysticks compatibles.
  • Y paciencia.
Commodore Pet 03

Herrera comenta que no es fácil encontrar algunos de estos componentes (según lo familiarizados que estemos con estos montajes lo será también más o menos), y añade enlaces de compra en Amazon para cada uno. Algunos son opcionales o podemos elegir según nuestras preferencias, como en el caso del teclado, pero para otros como la pantalla sí que es necesario que sean los que se indican para poder encajarlo todo bien.

Los planos para las piezas que componen la caja están indicados en la web, de modo que una vez impresas y montadas se procede a instalar RetroPie, una distribución de Linux que permite que la RPi sea un emulador de consolas y ordenadores. Será lo que permita emular al Commodore PET y su texto verde sobre negro.

Commodore Pet 05

También explica cómo empalmar el interruptor en el cable micro USB para que éste quede en la parte trasera junto con el resto de conectores. Y el paso de montaje de la pantalla, de los más delicados, está muy detallado con el fin de evitar que se dañe alguno de los componentes.

La cultura DIY es interminable

Está todo explicado paso a paso, de manera muy detallada y sencilla (en inglés). El resultado: un pequeño Commodore PET funcional y cargado de estética nostálgica.

Commodore Pet 01

Los proyectos DIY son una fuente inagotable de ideas y una manera creativa y original de pasar el rato, en muchos casos además aprendiendo algo de electrónica o bricolaje (o una manera de cazar ladronzuelos). En éste además el coste total no es muy elevado, y resulta al menos más fácil y barato que construirnos nuestro propio rover casero.

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