¿Te gustó la NES Mini? Con este cartucho con Raspberry Pi Zero y 2400 juegos vas a alucinar

Los proyectos de consolas emuladoras no son nuevos, pero la llegada de la nueva NES Mini está sirviendo para que la gente interesada se adentre en el maravilloso mundo de la comunidad maker, donde pueden echar a andar fascinantes proyectos con la ayuda de una Raspberry Pi, la cual nos ofrece posibilidades (casi) infinitas.

Hoy conoceremos uno de los proyectos más increíbles nacidos de la imaginación y el ingenio de los integrantes de la comunidad maker, ya que hace uso de una pieza original de la NES, en este caso un cartucho, para transformarlo en una potente consola emuladora con capacidad para 2400 juegos clásicos.

Conozcan la Pi-tendo

Zach de Howchoo nos está presentando una idea increíble para quienes desean tener una consola de videojuegos clásica con un diseño original y sin gastar mucho dinero. Pi-tendo es uno de la mejores proyectos que hemos visto para la Raspberry Pi Zero, ya que su tamaño y poder permiten tener todo en un tamaño reducido, pero con una amplia gama de opciones.

Además del cartucho y la Raspberry Pi Zero, se necesitará un pequeño hub USB y unos adaptadores para que todo funcione perfecto, donde hay que destacar que el uso del hub es opcional, ya que es sólo para quienes quieran que su mini consola soporte la conexión de varios mandos.

Nuestra consola-cartucho está potenciada por RetroPi, el software emulador que nos dará acceso a una gran variedad de consolas. El resultado es una pequeña y portátil consola con puerto mini HDMI, puertos USB para mandos, y un micro USB para conectar a la energía eléctrica.

Todo el proceso ha sido documentado en la web de Zack y allí podrán consular todos los detalles del proyecto de esta fascinante Pi-tendo.

Zach también menciona que este formato se presta para añadir otras funciones, como un módulo WiFi, pero la idea era hacerlo lo más asequible posible. Además de que ya trabaja en una variante para añadir mayor capacidad y un disipador de calor, ya que después de largas jornadas de juegos el cartucho se pone "algo caliente".