Grecia se ha destapado en esta crisis sanitaria como uno de los países que mejor está conteniendo el avance del coronavirus, manteniendo su cota de contagiados por millón de habitantes muy baja, 240 en el momento de publicar este artículo, lejos de los 4.300 de España.
Una de las medidas adoptadas de forma temprana por el país heleno tiene base tecnológica: los códigos QR que otorgan permisos temporales para salir de casa, limitando así los excesos de salidas, como las visitas diarias al supermercado o los largos paseos caninos.
Un QR como salvoconducto rápido ante el escaneo policial
Este sistema, implantado el 23 de marzo, funciona con el envío de SMS por parte de los ciudadanos, que deben especificar su nombre, su dirección, el motivo de la salida y la duración estimada de la misma. El mensaje se envía a un número controlado por el Ministerio de Protección Civil.
Los helenos deben esperar para salir a que el ministerio les apruebe la solicitud de salida mediante el código QR
Una vez el ministerio aprueba la salida, el ciudadano recibe de vuelta otro mensaje con un código QR que ejerce de permiso temporal para esa salida concreta. Dicho código, que puede ser escaneado a petición de la policía en plena calle, muestra los detalles de la salida. Si el ciudadano está cumpliendo esos detalles en cuanto a hora de salida y lugar destino, no hay problema.
Si la salida no está cumpliendo con ellos, como hacerse horas después o yendo a un destino distinto del indicado, la multa asciende a 150 euros. Entre los motivos permitidos para la salida están el salir a hacer ejercicio, incluso en grupos de dos personas.
Aunque está contemplando un formulario en papel que llevar en la mano habiendo firmado la fecha y la hora de escritura para quien no quiera o pueda usar la fórmula de los SMS y los QR, el sistema de estos últimos ha sido adoptado en masa, oscilando entre una y dos millones las peticiones diarias en los primeros días con el sistema en vigor, en un país de diez millones de habitantes.
Otros países como Francia están usando un sistema muy similar, aunque con formularios PDF en lugar de SMS, que además mantienen visible la hora de última edición del formulario, algo pensado a prevenir la picaresca de quien solo los cumplimenta cuando ya está en la calle y ve un control policial inminente. En el país galo, las multas son de 135 euros para la primera infracción, 200 para la segunda si se repite en menos de quince días (pasa a 450 euros si no se paga a tiempo).
On pourra générer le formulaire depuis son smartphone et le présenter aux forces de l'ordre qui scanneront un QR code :
— Christophe Castaner (@CCastaner) April 2, 2020
📵 pas de collecte des données des usagers
🚫 lutte contre la fraude avec horodatage automatique du formulaire
🖐️ respect des gestes barrières grâce au QR code. pic.twitter.com/cEviLL0ya4
La policía de Dubai (Emiratos Árabes Unidos) también ha habilitado un formulario similar al francés, y países como Azerbayán y Chipre también cuentan con plataformas basadas en el envío de SMS, algo que además permite a sus gobiernos contar con estadísticas detalladas sobre los patrones de movimiento de sus ciudadanos, tanto geográficos como en base al día y la hora.
Estos métodos sirven ya no solo para que la labor policial de control de tránsito en la calle sea mucho más rápida tanto para agentes como para ciudadanos, sino que también permiten evitar casos de ciudadanos que salen de casa demasiado a menudo: los controles que aprueban o rechazan la solicitud prevén el exceso de salidas. Algo que en España solo puede ser controlado mediante la memoria visual de los policías que coincidan con los ciudadanos que salen de forma recurrente.
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