Las pajitas de papel suenan muy bien como alternativa al plástico. Hay un pequeño problema: son tóxicas

Creíamos haber dado con una solución efectiva a nuestro consumo de plástico... Pero solo lo creíamos

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Enrique Pérez

Editor Senior - Tech

Editor especializado en tecnología de consumo y sociedad de la información. Estudié física, pero desde hace más de diez años me dedico a escribir sobre tecnología, imagen y sonido, economía digital, legislación y protección de datos. Interesado en aquellos proyectos que buscan mejorar la sociedad y democratizar el acceso a la tecnología. LinkedIn

La pajitas de papel se deshacen con facilidad y acaban fastidiando la bebida. La solución de los fabricantes fue hacerlas más duras y robustas, pero entonces son mucho más difíciles de reciclar. Aunque parecían destinadas a sustituir a las de plástico, lo cierto es que debido a los numerosos problemas que tienen no han terminado de cuajar.

No son una solución práctica, pero ahora hemos conocido que tienen un problema adicional. Uno mucho más serio y que podría condenarlas definitivamente.

Tóxicas. Un equipo de investigadores de la Universidad de Amberes ha publicado en la revista Food Additives and Contaminants su conclusión sobre las pajitas de papel. Y no son precisamente buenas noticias.

Tras analizar 39 marcas de pajitas de varios materiales como plástico, papel, vidrio, acero inoxidable o bambú, se detectó que las pajitas de papel eran las que más contenían sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas. Más conocidas como PFAS, son sustancias sintéticas que se consideran nocivas tanto para los humanos como para los animales y el medio ambiente.

Qué son las PFAS. Según las describe la Agencia Europea de Medio Ambiente, las PFAS se conocen como "químicos eternos" porque son extraordinariamente persistentes. "Pueden provocar problemas de salud como daños hepáticos, enfermedad tiroidea, obesidad, problemas de fertilidad y cáncer", explica la Agencia.

Son sustancias con un riesgo muy bajo individualmente, pero que a gran escala suponen un factor de exposición adicional que puede derivar a incrementar los problemas de salud. Además de en las pajitas, se pueden encontrar PFAS en alimentos envasados, telas, pinturas, productos electrónicos o cajas de pizza. Los agentes químicos de PFAS más estudiados son el PFOA y el PFOS (sulfonato de perfluorooctano).

¿Y por qué están en las pajitas de papel? El informe apunta que se encontraron estos PFAS en 27 de las 39 marcas analizas de pajitas. En el caso de las de papel, el porcentaje era todavía mayor: 18 de las 20 marcas de pajitas de papel contenían estos químicos perfluorados. No está claro el motivo oficial. Puede ser accidentalmente durante el proceso de fabricación o porque se añaden estas sustancias como material de recubrimiento impermeable, para conseguir que las pajitas sean más resistentes.

Mucho mejores las de acero inoxidable. Son más caras, pero el informe coincide en que las mejores pajitas son las de vidrio o acero inoxidable.  Las peores siguen siendo las de plástico, pero el papel no parece la solución más efectiva. Al contener una cantidad tan elevada de PFAS, su apuesta como alternativa ecológica pierde toda la fuerza.

Las pajitas de acero inoxidable no se deshacen y no dañan el medio ambiente de manera directa al ser reutilizables. Por el momento no se han impuesto porque tienen un coste más alto, pero quizás es momento de empezar a pensar en las pajitas como un cubierto más.

Imagen | Meghan Rodgers

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*Una versión anterior de este artículo se publicó en agosto de 2023

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