A nuestros teléfonos móviles no les gustan las altas temperaturas y el verano es, con diferencia, el periodo estacional en el que más degradación pueden sufrir sus componentes si no mantenemos ciertas precauciones. Bajadas de rendimiento, degradación de batería, limitaciones en el brillo máximo. Te explicamos por qué conviene extremar el cuidado durante estos meses.
El estrangulamiento térmico. En los últimos análisis de Xataka estamos haciendo especial hincapié en cómo afecta el estrangulamiento térmico (throttling) a los teléfonos móviles. Sobre todo en móviles de gama alta, pudimos comprobar el año pasado con el Qualcomm Snapdragon 8 Gen 1 cómo acababan bajando el rendimiento cuando el teléfono empezaba a tomar temperatura.
El throttling es una técnica que lleva empleándose desde hace años (también en PCs), y que rebaja el rendimiento del dispositivo para que no se siga calentando. En el caso de teléfonos de gama alta no suele notarse en exceso, pero si tenemos un terminal de gama media y alcanza una temperatura de trabajo inadecuada, podemos empezar a notar lag y tirones considerables.
Adiós a los picos de brillo. Uno de los elementos que más energía consume en tu teléfono es la pantalla. En los últimos años, los picos de brillo han ido aumentando hasta igualar o superar los 2.000 nits, cifras sencillamente espectaculares, aunque puntuales para no acabar con nuestra autonomía. Si el teléfono alcanza una temperatura elevada, es más que probable que reduzca el brillo de la pantalla.
Los dispositivos de Apple son gran ejemplo de ello, algo fácil de comprobar cuando el iPhone está caliente, al sol, y queremos visualizar la pantalla bajo su incidencia directa de luz. Si tu teléfono no logra alcanzar su pico de brillo máximo en modo automático, es un buen indicativo de que conviene dejarlo enfriar.
La batería, agonizando. La batería es uno de los componentes más sensibles al calor. La evidencia científica nos pone sobre la mesa que la temperatura es un factor crítico, con un impacto significativo en su rendimiento. La alta temperatura puede traducirse en un envejecimiento prematuro de la batería de litio, un daño irreversible.
De hecho, una de las críticas más fervientes a las cargas rápidas tiene que ver con los aumentos de temperatura que generan. Por ello los fabricantes trabajan en cargadores que retienen el calor en su cabezal para evitar que parte de esta temperatura se transmita al propio terminal. Es posible, del mismo modo, que la carga del teléfono se ralentice o que, directamente, se desactive la carga rápida si el teléfono está muy caliente.
Tampoco hay buenas noticias para la señal móvil. Aunque los estudios publicados al respecto tan solo ven "débil correlación positiva" entre temperatura y calidad de señal, sí que hay fabricantes (como Apple) que pasan a estado de bajo consumo las antenas del teléfono. Esto puede ocasionar una disminución en la potencia de la señal mientras el dispositivo está sobrecalentado.
Las temperaturas de trabajo. Por el lado de Apple, nos indica que la temperatura de trabajo "aceptable" para usar un iPhone está comprendida entre entre 0 y 35 ºC. El gigante Android, Samsung, corrobora que esta es la franja correcta. De hecho, indican que "una temperatura muy alta o muy baja puede provocar cambios en el comportamiento del dispositivo para regularla. El uso de un dispositivo en condiciones de mucho calor puede acortar de forma permanente la duración de la batería."
Precauciones para que el teléfono no se caliente tanto
En verano es especialmente sencillo que la temperatura del dispositivo y la batería supere los 35 grados, sobre todo si lo usamos con funda o le damos un uso intenso. Es importante, por ello, tener en cuenta algunas recomendaciones para evitar que se sobrecaliente.
El uso intenso no es un uso tan intenso. No es necesario jugar a la entrega más pesada o grabar en 4K para estar haciendo un uso intenso. Usar el móvil durante un trayecto de coche, con Google Maps o Waze activo, conectividad 5G y el brillo al máximo ya puede provocar que el móvil salga prácticamente ardiendo. De hecho, en días de calor extremo (más de 40 grados) es fácil que el teléfono se caliente incluso con un uso ligero (redes sociales, correo, navegación, etc.).
La funda, solo en la calle. Si quieres proteger tu teléfono a toda costa, la funda sigue siendo el mejor aliado. No obstante, si estás en casa y no hay una alta probabilidad de que se caiga, recomendamos quitarla. Incluso con cámaras de vapor en los móviles más potentes, el ejercicio de disipación es especialmente complejo en verano.
No cierres las apps a la desesperada. Uno de los mitos más extendidos es el de que cerrar las aplicaciones en nuestro teléfono libera recursos: todo lo contrario. Salvo que algún proceso se haya quedado congelado (algo poco probable en los móviles actuales), cerrar todas las apps solo provocará que vuelvan a abrirse aquellos procesos con auto-inicio, consumiendo más recursos, batería y sobrecalentando el terminal.
Evita las apps que prometen enfriar tu dispositivo. Lo mismo sucede con las apps que prometen enfriar la temperatura del móvil. Es sencillamente imposible lograr esto cerrando apps, y esto es precisamente lo que hacen este tipo de aplicaciones. Por el camino, aprovechan para mostrar una buena cantidad de anuncios y, curiosamente, suelen quedarse en segundo plano analizando datos del dispositivo y consumiendo recursos.
Meter el móvil en la nevera no es una locura, pero tampoco es recomendable. Suena a tip loco de internet pero, no, en base a la evidencia científica no habría problema alguno (en términos de temperatura) para la salud de tu teléfono si lo introduces en una nevera, ya que esta no alcanza temperaturas a bajo cero. De hecho, como curiosidad, viendo los malos resultados que ofrecen los móviles plegables por el pobre ejercicio de disipación térmica, alguna vez he probado a hacer algún benchmark con el móvil en la nevera: los resultados se han disparado.
El asunto aquí es que no todo va de temperatura: nuestro teléfono puede sufrir humedad o riesgo de que algún líquido se introduzca en él, por lo que no será servidor quien recomiende introducir un teléfono en la nevera para enfriarlo.
Imagen | Xataka
En Xataka | La ola de calor tiene los días contados. Pero hay una mala noticia, y tiene que ver con dormir
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