Las cámaras son cada vez más pequeñas, y eso no son buenas noticias para ciertos casos. Eso permite que las cámaras espía sean mucho más difíciles de detectar, llegando a ser invisibles al ojo humano. Un buen ejemplo de ello son los aparatos que se venden para detectarlas en los Airbnb.
Bajo esa premisa, varios investigadores de la Universidad Nacional de Singapur y de la Universidad Yonsei han trabajado en un sistema para detectar estas cámaras a través de los sensores ToF (Time of Flight) presentes en nuestros móviles.
El truco está en los reflejos
Los mismos responsables indican que ya hay ciertos sistemas que detectan la presencia de cámaras ocultas por pequeñas que sean, como por ejemplo el análisis del tráfico que generan a través de redes Wi-Fi. Pero esos métodos sólo indican la existencia de las cámaras y no su ubicación.
El sistema propuesto se llama LAPD (Laser-Assisted Photography Detection), y utiliza los láseres de los sensores ToF para localizar los reflejos que surgen de las lentes de las cámaras (esas lentes devuelven el láser a más intensidad). Como esos láseres están pensados para detectar profundidades y ayudar a generar gráficos en entornos de realidad aumentada, lo único que se necesitaría es una aplicación y un algoritmo de machine learning.
En la aplicación iríamos enfocando los rincones de una habitación en la que sospechamos que hay una cámara oculta, y una interfaz de realidad aumentada nos indicaría dónde está. No haría falta ningún equipo ni dispositivo especial, como ocurre con otros métodos. Con un smartphone moderno y sus sensores ToF bastaría.
Mientras que buscar a simple vista detecta una media del 46% de las cámaras ocultas, el método LAPD ha conseguido detectar un 88,9% en las pruebas que han realizado. Malas noticias para aquellos que coloquen cámaras ocultas en ciertos lugares, desde luego.
Imagen | Agence Olloweb
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