En los últimos días se han hecho públicos los resultados de las pruebas de rendimiento del procesador Qualcomm Snapdragon 820, anunciado hace algunas semanas, y del que ya se conocen algunas de sus virtudes en la arena de las prestaciones tal y como detallamos hace unos días. Sus detalles técnicos son conocidos, pero lo que faltaba en la ecuación era una sesión de pruebas que permitiera conocer de primera mano cómo es el comportamiento de este procesador. Una sesión que, todo sea dicho, nos ha generado bastantes preguntas.
Sus características técnicas son conocidas e incluyen cuatro núcleos Kyro de 64 bits (con una arquitectura ARM diseñada desde cero por Qualcomm), junto con una GPU Adreno 530, un DSP (procesador digital de señal) Hexagon, un ISP (procesador de señal de imagen) Spectra también de Qualcomm y su módem de comunicaciones X12. Todos estos componentes intervienen en los escenarios de computación heterogénea (HMP o Heterogeneous Multi-Processing) propuestos por Qualcomm.
Las sesiones de pruebas no se realizan sobre un terminal móvil estándar, sino sobre sistemas de desarrollo de la propia Qualcomm empleados para "testing" interno de la compañía, para la puesta a punto de programas y aplicaciones, así como para demostraciones de cara a clientes y de cara a nosotros, la prensa especializada. Así que hay que tratar los resultados con cuidado, aunque no deberían diferir mucho de los resultados en terminales reales.
Como mucho, y en buena lid, los terminales comerciales deberían tener un mejor rendimiento y ser más eficientes que estos dispositivos de desarrollo. Considera la alternativa: si nos convocasen para probar una plataforma con un comportamiento muy alejado del que tendrán los dispositivos finales, sería un tanto poco práctico y con un nulo carácter informativo.
Las pruebas de rendimiento
Después de una exhaustiva ronda preliminar de advertencias acerca de la provisionalidad de los benchmarks, procedimos a ejecutar los dos primeros test del banco de pruebas: Antutu 6 y PCMark 8. En estas dos primeras pruebas encontramos que la temperatura del MSM8996 (el nombre técnico del Snapdragon 820), registrada en la app Battery Spy, coincidía bastante bien con la medida por un termómetro de infrarrojos.
Para caracterizar el comportamiento del sistema, aparte de los benchmarks habituales, usamos la mencionada app Battery Spy, que registra en segundo plano tanto la temperatura medida por los sensores internos, como la cantidad de energía que se pide a la batería durante su funcionamiento, así como el nivel de carga. La energía se ha convertido en una parte esencial de los análisis de dispositivos móviles, y lo que encontramos fue sorprendente.
Se trata de un dispositivo de prueba, es cierto, y lo que vamos a contarte tiene que ser tomado con precaución, pero lo cierto es que el consumo de energía por parte de este sistema de desarrollo Snapdragon 820 compromete la bonanza de los resultados obtenidos en las pruebas de rendimiento. Hay algunas anomalías detectadas por la app Battery Spy que necesitan ser interpretadas con algo de detalle. Por ejemplo,en la gráfica que sigue, la batería bajó del 60% al 46% en cuestión de menos de 10 minutos durante la ejecución de una prueba de prestaciones.
En la gráfica de arriba, la línea azul es la temperatura. La verde indica la carga de la batería, la morada da una idea de la velocidad con la que se mete (carga) energía en la batería o con la que se saca (descarga) energía en la batería. La amarilla, para este caso, no es relevante en principio. El eje "X" representa el tiempo, y cada división "dura" 15 minutos. Así que aproximadamente, todo el espacio de la gráfica contiene una hora de mediciones.
La línea azul o cián indica la temperatura como porcentaje por encima de un valor nominal de 25 grados. Así, donde ves la anotación a mano de 47 grados, lo que tenemos es un 87% más de temperatura sobre esos 25 de referencia. Donde ponemos 40 grados, se trata de un 60% más sobre los 25 tomados como base de los cálculos.
La línea verde es el nivel de carga de la batería en tanto por ciento. Así que el 100% es batería llena y el 0% es batería agotada. La línea morada es de especial importancia, y da una idea de la velocidad con la que se carga o descarga la batería. Así, durante el breve momento entre prueba y prueba que estuvimos cargando la batería, se introdujo energía a un ritmo del 75% del total de la carga por hora. Cuando ejecutamos aplicaciones mientras cargamos, el nivel de la batería ni sube ni baja.
Dicho de otra manera: si la batería cargase al ´50%, estaríamos metiendo energía a la batería a un ritmo tal que en una hora cargaríamos la mitad de la capacidad total.
Cuando la línea morada está en cero, el dispositivo está en reposo y sin cargar. Cuando está en negativo, estamos ejecutando aplicaciones y sin cargar. Y aquí está el tema preocupante: el ritmo al que se demanda energía en el sistema de pruebas está por encima del 100% en ocasiones.
Es decir, se pide a la batería una cantidad de energía tan elevada, que a ese ritmo se descargaría totalmente en menos de una hora. Si te fijas en la línea verde, sobre la que hemos dibujado una línea roja semi transparente, tenemos que los 3.050 mAh de la batería (11,5Whr) se agotan en 45 minutos. O lo que es lo mismo, las matemáticas hablan de que en una hora este sistema de desarrollo Snapdragon 820 consume unos 16 Vatios.
¿Cuánta energía consume el Snapdragon 820?
Esta es la gran pregunta que tenemos que hacernos antes de alabar las excelencias de unos resultados espectaculares en las pruebas de rendimiento. Porque las cifras del Snapdragon 820 son espectaculares, sin duda, pero si para ello hay que usar cantidades de energía muy elevadas, la cosa no pinta bien.
Es probable que sea una circunstancia derivada de estar trabajando con un prototipo de desarrollo, pero ante la evidencia de las pruebas de rendimiento, hay que esperar a ver si los procesadores instalados en modelos comerciales tienen el mismo nivel de prestaciones que el exhibido aquí, pero consumiendo mucha menos energía, o muchísima menos, para ser precisos. Otro escenario, sería el de "mapear" la electrónica del procesador, la GPU, el módem, el DSP y el ISP para que consuman una cantidad de energía más realista compatible con una autonomía sensata.
La relación entre el rendimiento y la energía es más estrecha de lo que puede parecer. Mucho más estrecha. A más Vatios, más rendimiento. Y a menos Vatios, menos prestaciones. Pero más Vatios consumen la batería más rápida que menos Vatios.
Otro detalle curioso que se comentó en la sesión fue el hecho de que hubo varias baterías que "murieron" durante las sesiones de pruebas. Una situación que, aún sin tener la confirmación oficial, encajaría en un escenario en el que el procesador demandase a la batería una cantidad de energía especialmente elevada. Si el sistema demanda más energía que la que puede dar, podemos "matarla". Y el hecho, es que hubo varias baterías que quedaron inutilizadas durante las pruebas.
El rendimiento, si atendemos a las cifras obtenidas en las pruebas, es sencillamente espectacular, eso sí. En Geekbench 3.0 los resultados son de película, y en PCMark8 también supone un paso significativo frente al Qualcomm 810. La temperatura, por debajo de los 50 grados en todo momento, es otro factor que preocupaba a priori, pero que ha sido mejorado. Los 14 nm de la tecnología de fabricación del Snapdragon 820 hacen que sea más sencillo mantener bajo control el calor disipado.
Con todo, y a la vista de la enorme cantidad de energía que "chupa" el sistema de desarrollo, no podemos dejar de advertir que para dar un veredicto completo, habrá que esperar a ver qué sucede con los dispositivos comerciales. El rendimiento va de la mano de los Vatios. A más Vatios, más rendimiento. Y el sistema de pruebas consume, cuando se ejecutan benchmarks, nada menos que unos 16 Vatios por hora. Una batería estándar de 11,5 Whr (3.000 mAh) no dura ni siquiera 60 minutos.
Si se reduce el consumo (los Vatios), lo lógico es que se reduzca el rendimiento. Pero entonces dejaremos de tener unos resultados tan espectaculares. El trabajo de optimización al que se enfrenta Qualcomm es muy duro de aquí al momento, en la primera mitad de 2016, en el que se presenten terminales comerciales.
Para sistemas que vayan más allá del ámbito de los smartphones como portátiles o incluso tabletas, el tema del consumo energético no es un problema tan crítico. Pero con lo que pudimos ver ayer, los fabricantes de terminales móviles van a tener un trabajo muy serio por delante a la hora de decidir si usan este procesador como "motor" para sus modelos flagship.
Por rendimiento, en un primer contacto, no parece que el Snapdragon 820 vaya a tener problemas, pero el consumo de energía es un aspecto que, en principio, tendrán que optimizar mucho en Qualcomm para conseguir que las prestaciones en los móviles de gama alta del año que viene se ajusten a lo visto en las pruebas de hoy. Pero sin que haya letra pequeña de por medio en lo que a autonomía se refiere.
Es lo que tiene enfrentarse a una sesión de pruebas con un sistema en fase de desarrollo. Comentamos estas cuestiones con los responsables de Qualcomm, pero como era lógico las respuestas pasan por esperar a que el procesador y los sistemas que lo acompañan estén finalizados. Volviendo a la premisa inicial, si esta sesión de pruebas tiene como misión conocer de cerca la realidad de Snapdragon 820, el hecho es que hay que tomarlo con cuidado. Quizás Qualcomm se equivocó convocando a la prensa tan pronto. La realidad es que por rendimiento estamos ante una propuesta muy potente. Pero por consumo de energía también.
Finalmente, hablamos con Travis Lanier, Senior Director, Product Management en Qualcomm para interesarnos por el apartado del consumo. Lo cierto es que la respuesta que obtuvimos fue la esperada en estos casos: "la plataforma de pruebas no estaba optimizada para consumo", junto con comentarios sobre la presencia de componentes electrónicos adicionales para tareas de monitorización del sistema.
Así que tendremos que esperar a futuras sesiones de pruebas antes de hacernos una idea precisa sobre cómo serán los dispositivos móviles que integren el Snapdragon 820. Lo suyo es que se optimice la plataforma para consumo sin que se vean afectados los resultados de las pruebas de rendimiento. Pero afirmarlo a estas alturas y tras obtener estos resultados en lo que a perfil energético de la plataforma se refiere, es un acto de fe.
En otro orden de cosas, echamos de menos bancos de pruebas para la tecnología 802.11ad de 60 GHz, o para el apartado del ISP en relación con la cámara y las habilidades fotográficas de los dispositivos con este procesador. Además, tampoco hay benchmarks ni aplicaciones que se beneficien de la heterogeneidad computacional del Snapdragon 820 a partir del trabajo conjunto de la CPU, la GPU, el ISP o el DSP. Ni pudimos probar Quickcharge 3.0, pero todo llegará.
De todos modos, a pesar de las dudas que han surgido tras las pruebas, es emocionante enfrentarse a una tecnología tan potente como la del Snapdragon 820. Su rival más interesante es Apple con el A9x (con permiso de otros procesadores como el Kirin 950). O Mediatek con el Helio X20. El A9x ya está en producción moviendo al iPad Pro, por ejemplo.
Habrá que ver si salir después permite a Qualcomm tomar ventaja o quedarse en una posición de igualdad. Y también habrá que ver si los dispositivos finales consiguen el nivel de equilibrio entre rendimiento y consumo que se necesita en movilidad. En la tabla más abajo dejamos los resultados de las pruebas comparando el Snapdragon 820 con diferentes terminales de gama alta y media. No vamos a pararnos mucho en los resultados, que ya hay muchos publicados.
Por último, volver a advertir que se trata de pruebas preliminares, pero no podemos negar la evidencia de unos resultados que están ahí. No esperábamos encontrarnos con una situación así, y hemos tenido que cambiar el planteamiento inicial de esta segunda vuelta para la sesión de benchmarking tras los resultados obtenidos por Xataka México.
Queríamos re-comprobar resultados, y comparar con algunos dispositivos de gamas medias como el HTC One A9, pero al final, lo que tenemos son más dudas. Intentaremos resolverlas en próximas sesiones de benchmarking de la mano de Qualcomm, y por supuesto os lo iremos contando a medida que obtengamos respuestas sobre este tema. Tal vez sea una mera tontería, o no.
MSM 8996 Snapdragon 820 Snapdragon 820 |
HTC One M9 Snapdragon 810 |
HTC One A9 Snapdragon 617 |
Galaxy S6 Edge+ Exynos Octa 7420 |
Huawei Honor 6 Plus HiSilicon Kirin 925 |
|
---|---|---|---|---|---|
Antutu 6 | 132566 | 60063 | 57592 | 70100 | 45672 |
PCMARK 8 | 6351 | 4532 | 3108 | 5235 | 2842 |
3DMARK unlimited | 24635 | 22607 | 9041 | 24134 | 13907 |
GeekBench 3 single core | 2336 | 1006 | 744 | 1375 | 897 | GeekBench 3 multi core | 5381 | 3817 | 3019 | 4439 | 3253 |
GFXBench 3.0 Manhattan fps (en pantalla) |
27 | 24 | 6,5 | 15 | 8,7 |
GFXBench 3.0 Manhattan fps (fuera de pantalla) |
46 | 23 | 6,1 | 24 | 8,1 |
GFXBench 3.0 T-Rex fps (en pantalla) |
55 | 49 | 16 | 29 | 17 |
GFXBench 3.0 T-Rex fps (fuera de pantalla) |
89 | 47 | 16 | 45 | 16 |
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