El año pasado LG hizo del G2 su smartphone de referencia. Un terminal potente y a tener en cuenta, como vimos en nuestro análisis, pero que a pesar de sus prestaciones y rendimiento no terminó de cuaja. Ahora los coreanos prueban suerte con el mismo concepto pero en un formato más pequeño.
Ya le conocimos hace días y ahora nos toca verlo en mano. Un terminal con especificaciones modestas pero que nos introduce el concepto de los botones traseros en una gama de entrada que pretende competir con terminales ya asentados como el Moto G y los que vienen detrás, que no son pocos. Os lo enseñamos en vídeo.
Las diferencias con el G2 no son ninguna sorpresa y desde el primer momento queda patente cuál es el camino de este terminal. No tiene los acabados premium pero las especificaciones son lo suficientemente atractivas como para decantarnos por él si optamos a un terminal económico.
Nos ha sorprendido especialmente la fluidez a pesar de tener un procesador modesto. No se puede decir que la capa de software de LG sea la más ligera y es que en terminales punteros como el G2 original o el G Pad a veces se notan pequeños tirones. Un terminal atractivo que esperemos llegue a España con algo mejor de fortuna que su hermano mayor.
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