Sony acaba de aprovechar su presencia en el CES 2018 para presentar sus nuevos Xperia XA2/Ultra y Xperia L2, unos smartphones de gama media que pensamos que invitan a la reflexión.
De hecho, la situación de Sony en el terreno de la movilidad es anómala. Aun teniendo una legión de adeptos, para muchos usuarios Sony lleva años cometiendo los mismos errores, algo que le ha llevado a ocupar una posición mucho menos relevante de lo que merecería en el segmento móvil. Estos, creemos, son los 7 (menos uno) pecados capitales de los móviles de Sony.
1. Diseño: Hola, 2007
Es inevitable no asombrarse ante la presentación de unas horas. No por las novedades en el diseño, sino precisamente por lo contrario: la ausencia de ellas. En un mercado conquistado por la tendencia de las pantallas (casi) sin marcos y por la amenaza de la desaparición del botón de Inicio, en Sony parecen ignorar al resto de la industria.
Sus móviles mantienen la misma estética desde hace muchos años, y son de los pocos que han reutilizado tanto las mismas líneas una y otra vez. Otros fabricantes han heredado características de diseño, desde luego: el iPhone 6 de finales de 2014 es básicamente idéntico en sus líneas al iPhone 8 presentado hace unos meses. Aún así Sony va incluso más allá y sigue fiel a unas líneas con una insistencia que ralla en la obsesión.
Es cierto que por un lado casi resulta tranquilizador que Sony no sea presa fácil de las tendencias del mercado, pero por otro también puede resultar problemático que no acepten mejoras prácticas reales que industria y usuarios han visto por ejemplo en esas pantallas con apenas marcos en los que tenemos más información en móviles más compactos.
De hecho ese tradicional aspecto rectangular y sin apenas margen para esquinas curvas podría seguir siendo seña de identidad de Sony, que no obstante parece no querer saber nada de otros aspectos como el uso de las citadas pantallas sin marcos —puede que esa puerta sí esté abierta después de todo— u otras planteadas con el iPhone X y que parece que otros fabricantes parecen querer integrar.
En móviles de gama media como los recién presentados es pronto para hablar de reconocimiento facial o su potencial rival este año, el lector de huella dactilar bajo la pantalla. Sin embargo, Sony parece de nuevo demasiado conservadora en este ámbito, aunque eso sí, hay una novedad llamativa en estos modelos presentados hoy, que por primera vez ofrecen ese sensor de huella en Estados Unidos, y además lo hacen en la parte trasera y no en un botón lateral como había sido la norma hasta ahora.
2. Las capas de personalización cada vez convencen menos
Sony es uno de los pocos "grandes" fabricantes que sigue apostando fuerte por una capa de personalización en la que la experiencia de usuario cambia de forma sensible respecto a otros modelos.
Es cierto que hay otros fabricantes que también siguen defendiendo esas capas (Samsung con Touchwiz, Huawei con EMUI o Xiaomi con MIUI están entre las más conocidas), pero todas ellas son cada vez menos agresivas a la hora de diferenciar la experiencia con respecto a Android puro.
Aquí Sony quizás podría precisamente aprovechar el atractivo de los dispositivos "Android puros" y apuntarse a ese Project Treble que hará que las actualizaciones —que por cierto, Sony suele cuidar más y mejor que otros— sean más rápidas y sencillas para los fabricantes.
3. Una gama media poco competitiva en precio/prestaciones
Otro de los problemas que afecta a Sony es que aun cuando hace tiempo que perdió su posición de referencia en el segmento de la movilidad, los precios con los que salen sus dispositivos son comparativamente altos.
Sony no se ha apuntado aún a esa tendencia de ofrecer móviles por más de 1.000 euros, pero los que acaba de presentar cuentan con una relación precio/prestaciones discutible.
De hecho es fácil acudir a las odiosas comparaciones y comparar los 349 euros de los XA2 con los 229 euros de los Xiaomi Mi A1 o los 449 euros de los XA2 Ultra con los 499 euros de los OnePlus 5T.
Como en otras ocasiones esos ejemplos de Xiaomi y OnePlus suelen dejar mal a casi toda la competencia, pero es que en el caso de Sony la relación precio/prestaciones empeora, porque tampoco hay aquí apuesta por esa doble cámara (el XA2 Ultra la tiene, pero curiosamente la dedica al frontal) y ese modo retrato que también parece haber conquistado al mercado.
Los procesadores (Snapdragon 630), memoria y capacidades manejadas hacen que al menos en su hoja de especificaciones los modelos de Sony salgan perdiendo. La odiosa brecha comparativa aumenta.
4. Las ventas, en terreno pantanoso
Es cierto que en Sony han pasado por épocas peores en ventas y en los últimos tiempos parece que han podido recobrar el aliento, pero lo cierto es que todos esperamos mucho más del gigante nipón.
En el segundo trimestre de 2017 Sony vendió 3,4 millones de terminales frente a los 2,9 millones del mismo periodo de 2016. La cifra mejoraba y daba algo de margen de maniobra a una empresa que a pesar de vender menos empezaba a recuperar el beneficio.
Esas ventas, sin embargo, no tienen nada que ver con la época dorada de Sony, esos trimestres de 2013 y sobre todo 2014 en los qeu sus móviles vencían y convencían (o al menos lo hacían mucho más de lo que lo hacen ahora). La empresa está muy lejos de competir con las grandes en este sentido, y la tendencia es, cuando menos, preocupante.
5. Bajadas de precios cada vez menores
Relacionado con el apartado que comentábamos anteriormente y que habla de la relación precio/prestaciones, es interesante ver también cómo afronta Sony el factor precio a lo largo del tiempo.
En el artículo que publicamos en diciembre de 2017 analizábamos esas bajadas de precio en diversos terminales, y también había hueco para estudiar si los smartphones de Sony bajaban de precio de forma significativa durante su ciclo de vida.
Lo cierto, concluía ese estudio, es que en Sony el patrón es mucho menos claro que otros fabricantes, con móviles reducían su precio notablemente (el Xperia X bajaba un 65% año y medio después de lanzarse) y otros que apenas lo hacían (el XZ Premium ha bajado apenas un 11% tras más de seis meses a la venta).
Ese irregular comportamiento se une a esos precios que comparativamente parecen algo más elevados de lo que los terminales de Sony merecen para ciertos usuarios. En esto, como en todo, opiniones divididas, pero este factor tampoco facilita la labor del fabricante japonés.
6. Cámaras y el mayor cuchillo de palo de la historia de la movilidad
Si hay una pega casi unánime en toda la familia de smartphones de Sony, esa es la de la calidad fotográfica de sus móviles. Las cámaras nunca son malas, desde luego. El problema es que tampoco son todo lo buenas que uno esperaría.
Sobre todo cuando Sony se encarga de fabricar los sensores de imagen más utilizados en todo el mercado. Prácticamente todos los faabricantes del mercado han utilizado o utilizan uno o varios de estos sensores en sus smartphones, y lo irónico es que siempre parecen funcionar mejor en otros móviles que en los de Sony.
¿Cómo es posible? Lo vimos una vez más en nuestro reciente análisis del Sony Xperia XZ1 Compact, que a pesar de su sensor Exmor RS de 19 Mpíxeles f/2.0 seguía sin convencernos del todo en esas pruebas. Mejoras como ese modo de cámara súper-lenta del XZ Premium son llamativas, pero casi quedan en anecdóticas cuando la calidad fotográfica de estos móviles sigue sin estar a la altura de los mejores del momento.
El problema no está solo en la forma que tiene Sony de integrar sus cámaras, sino también en su forma de aprovecharlas, con una aplicación propia que tampoco parece saber aprovechar esa fantástica óptica. Aquí el esfuerzo en el ámbito de la fotografía computacional parece inexistente para una Sony que parece estar cada vez a más distancia de los referentes en fotografía móvil, en lugar de estar cada vez más cerca. En casa del herrero, como decía, cuchillo de palo.
7. Queremos quererte mucho más, Sony
Es doloroso ver que un gigante como Sony sigue año tras año sin dar con la tecla en sus móviles, y aunque es cierto que nos hemos centrado en lo negativo, es importante también hablar de algunos de los aciertos de Sony.
La empresa ha sido la única en defender esos móviles compactos con los que convivimos en los primeros tiempos de la era smartphone, y sus Xperia de la gama Compact siempre han sido la alternativa para quienes aman las diagonales cortas.
A esa apuesta por un nicho de mercado cada vez más reducido se suman otras luces, como la de esa obsesión por mantener el botón físico de disparo de la cámara —otros móviles permiten hacerlo, pero asignando esa acción a los botones de volumen, por ejemplo— o un siempre interesante equilibrio en el ámbito del consumo.
La autonomía de la batería de los mencionados Compact, por ejemplo, siempre ha sido sorprendente, aunque en nuestras pruebas para el XZ1 Compact los resultados nos decepcionaran un poco. También hay que hablar bien de esa ambición en el apartado del sonido que la mayoría descuida y que Sony sigue cuidando aunque aquí también le pediríamos un esfuerzo extra como referente en el mundo de la alta fidelidad. Como en otras áreas, da la sensación de que Sony tiene capacidad para mucho más.
Eso es en realidad lo que le pedimos a Sony: no necesariamente que cambie su diseño, que use una cámara dual en la parte posterior o que ponga un lector de huella bajo la pantalla. Lo que le pedimos a Sony es que haga un smartphone con el que por fin puedan sacar pecho y ponerse a la altura de los mejores. Uno que nos vuelva a emocionar y a situar a la empresa donde se merece.
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