Ya dijimos en nuestro análisis que el Sony Xperia XZ2 parece un móvil de transición, una pista del camino que la japonesa puede seguir para el "flagship killer" que muchos esperamos que venga y que tal vez por tiempos aún no ha podido llegar.
Este XZ2 estrenó patrón de diseño (Ambient Flow) con reducción de marcos y reforzó las bondades que mostró en su predecesor: una única cámara principal, super slow motion, buen apartado multimedia. Y lo combina con la apuesta segura del Snapdragon 845. ¿Es suficiente para mirar de tú a tú al resto de la gama alta de este 2018?
Lo comprobamos en este mes de uso.
La curva de cristal
Cuando Sony nos enseñaba la palma de una mano como pista del nuevo diseño antes de su lanzamiento en el MWC 2018, pocos nos imaginábamos que al final era un guiño a una curva en la parte posterior del terminal que, en la primera toma de contacto, se sentía muy cómodo y con un tacto muy suave. Es como que esa curva se adapta a la palma de la mano.
El cristal ayuda mucho en esa sensación agradable y en conjunto el diseño cumple con su objetivo estético. El XZ2 es bonito y, sobre todo, se distingue de la competencia entre un "mar de notchs" y de "inspiraciones" de diseños que a todos nos resultan familiares. No es ajeno al problema del cristal y las huellas, aunque, todo sea dicho, se le marcan bastante menos que al Huawei P20 Pro, por ejemplo.
No obstante, con el paso del tiempo esa curva en realidad se acaba viendo como una característica que engorda el grosor del terminal hasta un máximo de 11,1 mm (la media en gama alta se encuentra en algo más de 70 mm) y que afecta mucho al peso (198 gramos frente a los demás, que llegan como mucho a 189 gramos, caso del S9+).
El comentario más repetido cuando algún amigo o familiar sostenía en la mano el terminal es "¡cuánto pesa!" o "¡qué gordo es!" y, efectivamente, el XZ2 tiene un mejor aprovechamiento de pantalla (un ratio que varía entre el 76,1% y el 80,7%, dependiendo de las cuentas), pero ha crecido en peso y grosor seguramente para reubicar los componentes internos. Y eso que ha prescindido del conector jack.
En cualquier caso, ese peso y grosor también dan sensación de robustez, no de un teléfono que se puede romper con facilidad. Quizá yo me haya fijado más porque mi teléfono personal es un Google Pixel 2, que son 143 gramos, casi un cuarto menos que el XZ2, pero, sea como sea, este apartado también va en gustos.
Con la disposición del sensor de huellas en la parte trasera he tenido mis desencuentros. Los primeros días no podía evitar tocar por error la cámara en vez del sensor, y es que ambos componentes se sitúan en la parte central del dispositivo, pero más abajo de lo habitual.
Con el uso te acabas acostumbrando, pero la sensación es la de que tienes que adaptarte tú al diseño y no el diseño a ti, que es en teoría lo que persiguen los diseñadores (que un diseño funcione lo mejor posible para la mayor cantidad de gente). Inconscientemente, lo que hago es bajar un poco la posición de la mano sólo para desbloquear el teléfono, porque lo cómodo, o "más natural", es usarlo con la mano más arriba, al menos en mi caso:
Finalmente, ese diseño curvado no se lleva bien con el uso del teléfono en superficies planas, especialmente porque para desbloquearlo cuando está encima de la mesa tienes que introducir un patrón o código (el sensor está atrás y no hay desbloqueo facial) y el terminal se tambalea. Y, claro, la sensación de inestabilidad cuando lo dejas encima de cualquier superficie es grande (desde la propia mesa, pasando por el sofá o cargando en el coche).
Rendimiento y autonomía
Encender un teléfono de esta gama tras resetearlo de fábrica (o estrenarlo) siempre es una gozada. El reto está en su evolución con el paso de los días, el uso, la instalación de aplicaciones, etc. Este es uno de los puntos que más me gustó y sorprendió del XZ2, que esa fluidez y rapidez en la ejecución de tareas y aplicaciones se mantuvo intacta durante todo el mes que lo usé como teléfono principal.
El Snapdragon 845 es puro músculo y los 4GB de RAM del dispositivo son más que suficientes para que no haya lags de ningún tipo, incluso con multitarea o largos ratos con juegos exigentes en recursos. No he notado calentamientos ni comportamientos raros con el paso de los días.
La autonomía era uno de los puntos en los que más dudas tenía. Esos 3180 mAh, pantalla de 5,7 pulgadas y fortalezas como grabar vídeo 4K HDR suponen sobre el papel un reto que tenía ganas de resolver.
En días de una intensidad moderada el teléfono se sitúa en algo más de cinco horas de activación de pantalla, en la media de lo que podemos encontrar en este segmento. Sin embargo, empieza a sufrir cuando le empezamos a someter a más "estrés", con aplicaciones de alto consumo y durante tiempos prolongados. En esos casos es complicado que supere las 4 horas de pantalla, aunque la carga rápida aquí será tu mejor aliada.
Si bien creo que Sony podría haber hecho mejor trabajo en este aspecto (tengo la sensación de que con ese grosor podría haber encajado una batería de mayor capacidad), sí tiene detalles como el cuidado de la batería, que intenta preservar un estado óptimo.
Por ejemplo, por las noches no carga a ritmo normal y lo que hace es que reduce el tiempo en el que el teléfono está cargado por encima del 90%. Según Sony, esto alarga la vida útil de la batería. Tarda más en cargar con este modo en marcha, aunque se puede desactivar sin problema.
En resumen: rendimiento sobresaliente y una autonomía en la media de la gama alta actual que empieza a sufrir con usos muy extenuantes, en los que necesitarás pasar por un enchufe para acabar la jornada.
Software
Lo que menos me ha gustado en este tiempo del XZ2 es el apartado de software.
Partimos de la base de que, entre sistema operativo y aplicaciones preinstaladas, el teléfono "se come" 14,9 GB de almacenamiento. Teniendo en cuenta que el terminal viene con 64 GB de ROM, operativos son, en realidad, 49 GB. No es un problema de capacidad en sí mismo, porque si no fuera suficiente tienes un slot para micro SD de hasta 400 GB, pero da una pista de cómo es la capa de personalización de Sony, Xperia UI.
Por supuesto que cada persona se encuentra más a gusto con unas capas Android u otras, pero hay cuestiones objetivas que no ayudan a la experiencia de usuario, como que Xperia Lounge, la aplicación de fidelización de Sony, te envíe spam bastante a menudo.
Como usuario tal vez aceptaría publicidad personalizada con ofertas o acciones que me puedan interesar, pero no creo que sea buena idea asaltar en uno de los entornos más privados de una persona (su móvil) con anuncios que, como vemos, colapsan la barra de notificaciones y molestan. Y tampoco están personalizados.
Puedes desactivar las notificaciones de Xperia Lounge, pero me parece una estrategia invasiva para acercarse al usuario.
Por otro lado, algo que no termino de entender es por qué cuando instalas una aplicación nueva no aparece por defecto en el cajón de aplicaciones. Tienes que buscar cada una manualmente y llevarla hasta ahí para luego ya decidir si quieres crear una carpeta o colocarla en el escritorio, en segunda página, etc.
Y esto es un problema más allá de la molestia ocasionada porque el buscador de Sony te ofrece buscar las aplicaciones instaladas sólo en Google Play. ¿Qué pasa si instalas aplicaciones que no son de Google Play, como de la tienda de apps de Amazon, por ejemplo? Que te va a resultar complicado localizarlas. Además, el propio buscador te sugiere "aplicaciones recomendadas" y, entre ellas, hay algunas patrocinadas. Más publicidad. Ejemplo:
Por último, las aplicaciones que vienen instaladas por defecto (y que sí aparecen en el cajón correspondiente) no están ordenadas alfabéticamente. ¿Dónde está "Ajustes"? Arriba a la izquierda no y, por eso, desde la perspectiva de experiencia de usuario, no sigue una lógica aparente, aunque esto también pasa en otras capas de personalización como la de Samsung.
No todo es negativo en este apartado: a pesar de que el software preinstalado es pesado, el teléfono se mueve en todo momento con gran fluidez, así que, como comentamos en rendimiento, ha habido un gran trabajo de optimización y ahí Sony lo ha hecho muy bien.
Cámara
Mi compañera Anna desgranó la cámara del XZ2 en su análisis y en mis pruebas he logrado resultados similares, así que por no redundar sobre lo mismo, haré un resumen de lo principal.
La cámara principal de 19 megapíxeles es buena, rinde estupendamente en condiciones de buena luz y, con algo de maña, también se le puede sacar partido de noche. A pesar de no tener doble cámara, al XZ2 se le dan muy bien los macros. Es realmente fácil hacer fotos a objetos de cerca y desenfocar el fondo.
Las únicas pegas que le pongo a la cámara son: el enfoque predictivo hace que la toma de cada foto sea más lenta de lo habitual, aunque es muy útil con objetos en movimiento; a pesar de que tenga una aplicación dedicada para conseguir efecto bokeh, los resultados son muy pobres en la mayoría de ocasiones. La necesidad de una doble cámara se hace muy patente con estos ejemplos, o al menos una solución "a lo Pixel":
Por otro lado, la cámara selfie rinde muy bien con resultados nítidos y correctamente iluminados cuando las condiciones son buenas. Cuando la luz es más débil, empiezan las dificultades, aunque esto tampoco es novedad en cámaras frontales.
Por último, la grabación de vídeo es uno de sus puntos fuertes, al igual que el super slow motion, aunque como usuario me costaría decantarme por este móvil sólo por una buena cámara lenta, que es un recurso que, al menos en mi caso, uso muy poco (al contrario que el efecto bokeh, por ejemplo). La captación de audio en los vídeos, por cierto, está bastante bien:
Aquí una galería con más fotos tomadas con el Xperia XZ2:
Multimedia
En la review apuntábamos que el XZ2 estaría en la puja por ser uno de los smartphones multimedia del año y, sin duda, ésta es su principal baza. No tanto por añadidos más bien discretos, como el Sony Dynamic Vibration, que no aporta mucho más allá que vibraciones a menudo aleatorias cuando juegas o consumes series o vídeos, o el anecdótico Creador 3D, sino por la calidad de la pantalla y el audio.
Sony habría rematado incluyendo un panel OLED en el dispositivo (no lo digo por gusto, sino por resultados objetivos en contraste y eficiencia energética), pero se conforma con un buen IPS que rinde bien en todas las situaciones, aunque echo en falta varios puntos más de brillo en la calle a plena luz del sol y quizá un ajuste automático de brillo un poco más refinado (en interiores suele hacer cosas raras). Eso sí, se agradecen todas las opciones de personalización de color y ajustes de pantalla que ofrece el dispositivo.
Y siendo como es Sony también una empresa de audio, el sonido es otro de los puntos fuertes. Buena presión acústica de los altavoces y extras como un normalizador dinámico o la tecnología DSEE HX para imitar la alta resolución hacen que tanto ver contenido como escuchar música se disfrute mucho.
¿Y bien?
Creo que este XZ2 es una "versión 1.0" de la nueva Sony en smartphones, y ello implica que hay aspectos positivos y negativos. Es un teléfono equilibrado que compite con una competitiva gama alta y por eso es posible que no se le perdonen características que muchos dan por hecho ya en este segmento (doble cámara, pantalla OLED, software más depurado) y su precio (799 €) tampoco ayuda.
Sin embargo, sus virtudes hacen que sea una buena opción de compra sobre todo para los que busquen un gran apartado multimedia. Pero, para mí, la gran noticia es que Sony ha dado grandes pasos (y necesarios) para no quedarse atrás. Depurando algunos de los aspectos no tan buenos que hemos comentado, la "nueva Sony" y sus smartphones puede suponer el comienzo de una bonita amistad. Y el regreso de Sony al top de la gama alta móvil.
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