Mercedes se ha propuesto ser la firma líder de la eficiencia del coche eléctrico. Y su herramienta favorita es el Mercedes Vision EQXX, que ha batido su propio récord y los 1.000 kilómetros con una sola carga ya comienzan a quedarse cortos.
De Stuttagart a Silverstone en un recorrido de 1.202 kilómetros. Esto es lo que ha conseguido recorrer el Mercedes Vision EQXX, un prototipo de la firma germana que anticipa las tecnologías a aplicar en sus vehículos de calle. Es la misma distancia que separa Cádiz de Girona.
La primera prueba en vías abiertas al tráfico ya dejó muy buenas sensaciones. Entonces se superaron los 1.000 kilómetros. Pero, además, el vehículo mantuvo el 15% de su batería sin tocar. Esta vez, los germanos han querido llevar al límite las baterías. Para ello, han utilizado el circuito de Silverstone, donde terminaba la ruta. Tras pasar por Brackely, donde tiene su sede el equipo Mercedes de Fórmula 1, el prototipo se dirigió al mítico circuito inglés, donde tomó las riendas Nyck de Vries, piloto del equipo germano de Fórmula E.
El holandés terminó por sacar todo el jugo al prototipo y consiguió completar hasta 11 vueltas antes de que el coche terminara su andadura en el pit lane. Además, llevó al límite al Mercedes Vision EQXX, alcanzando su velocidad máxima de 140 km/h en todas las vueltas.
El secreto del Mercedes Vision EQXX
Lo realmente atractivo de estas pruebas de Mercedes son las condiciones utilizadas durante sus exámenes. La marca asegura que en todas las ocasiones se ha circulado a la velocidad del tráfico y a la máxima permitida cuando se ha podido. Esto quiere decir que entre Stuttgart y Silverstone se circuló "a velocidades de autopista", según anuncia Mercedes.
De hecho, los datos demuestran que el Mercedes Vision EQXX no ha ido de paseo. Su velocidad media durante el trayecto ha sido de 83 km/h. Si en su primer viaje al sur de Francia se puso a prueba bajo las condiciones más frías, esta vez se ha examinado su comportamiento con temperaturas cálidas de más de 30 grados. Mercedes asegura que durante las 14 horas y 30 minutos de recorrido, el climatizador se utilizó un algo más de ocho horas.
Destacan desde la marca la alta eficiencia térmica del prototipo. Aseguran que gran parte de su éxito consiste en generar un calor residual con sus motores eléctricos y que la distribución del aire y la refrigeración del automóvil ayuda a extender la autonomía de sus baterías por encima de los 1.000 kilómetros, incluso con el climatizador funcionando regularmente.
El consumo esta vez ha sido de 8,3 kW/100 km por los 8,7 kW/100 km de la anterior ocasión. Son cifras realmente ridículas. Un Tesla Model 3 o un BMW i4, dos de los modelos más eficientes del momento, entre otras cosas por su propia carrocería, consumen 14,9 kW/100 km y 16,1 kW/100 km en condiciones reales, según Bloomberg.
Además de la gestión térmica, la aerodinámica es una parte fundamental en el coche eléctrico para reducir los consumos. Por ejemplo, en nuestra prueba del BMW iX recogimos una media de 25,1 kW/100 km en un examen de casi 600 kilómetros. Rolls-Royce, incluso, ha rediseñado su mítico emblema para mejorar su rendimiento. El estrafalario Volkswagen XL1 tenía un coeficiente aerodinámico de 0,186 Cx, el Mercedes Vision EQXX tiene un 0,17 Cx.
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