El coche autónomo ya está en funcionamiento. No en España, por supuesto. En Estados Unidos o China se han dado grandes avances para implementar una tecnología clave para el futuro de la automoción. En nuestro país, sin embargo, estamos en la casilla de salida.
Coche autónomo. Pensamos en un coche autónomo en aquel que viaja sin necesidad de intervención humana. En 2018, Director de la Alianza Servicios de Movilidad entre Renault, Nissan y Mitsubishi, nos aseguraba en el Salón de París de aquel año que en 2022 veríamos robotaxis por nuestras calles.
Cuatro años más tarde, sí, hay coches transportando gente sin conductor. El ejemplo más habitual es San Francisco, donde Waymo y Cruise ya operan. Incluso se han dado curiosas situaciones en las que la policía ha tenido que intervenir para detener automóviles carentes de conductor y que, sin embargo, no atendían a las llamadas de los cuerpos de seguridad.
Nivel 4. Estos coches son lo que se denominan un "nivel 4", dentro de los cinco existentes en la clasificación de niveles de autonomía de los automóviles. Esto quiere decir que carecen de conductor y que el vehículo es capaz de detenerse por sí mismo si ocurre un fallo de cualquier tipo. El principal problema es que sólo pueden circular por un entorno controlado.
Además de los ejemplos mencionados, Baidu también aspira a dar un salto el próximo año. Según sus promesas, contarán con 3.000 vehículos nivel 4 y sin volante para el transporte de personas en China. El salto es importante porque, en caso de fallo, nada permitirá circular al coche con la intervención de un conductor. Son las mismas promesas que Elon Musk ha hecho sobre el futuro robotaxi de Tesla.
Europa. En Europa, el coche autónomo está dando pasos muy lentos, pero hay una carrera a diferentes velocidades. Y España no está entre los países más rápidos. De momento, en el Viejo Continente sólo se pueden conducir vehículos nivel 3, como los Mercedes más avanzados. Aquellos que pueden circular de forma completamente autónoma sin la intervención del conductor pero que están preparados para lanzar un mensaje y que éste tome los mandos en cualquier momento.
En Reino Unido ya trabajan en una regulación que dé garantías legales al uso de coches autónomos, con el objetivo de definir qué se puede hacer o no a bordo de un coche mientras éste circula o quién tiene la responsabilidad en caso de accidente en cada momento. Por ejemplo, se plantea que el conductor pueda estar viendo la televisión en streaming por las pantallas del coche pero no que pueda estar haciendo uso del teléfono móvil.
España, estancada. Una vez más, en España estamos a la cola en la inversión para la llegada del coche autónomo. Según recoge Anfac en su Informe sobre el vehículo conectado y autónomo, España cuenta con las carreteras de Europa, con el mayor número de vías rápidas y obteniendo 90,7 puntos de los 100 posibles.
El problema, una vez más, es la inversión. Los avance en ciberseguridad siguen siendo escasos (65 puntos por los 87 de Estados Unidos). Y también en conexión (28,4 puntos por los 43 de Suecia, el país más avanzado) o en inversión tecnológica (30 puntos por los 67 puntos de Estados Unidos).
Y sin inversión, es imposible que llegue el coche autónomo a nuestro país. Según Anfac, el 23% de los vehículos en el mercado pueden alcanzar autonomía de nivel 3. Sin embargo, Alemania es el único país de Europa en el que es posible utilizar sus funciones. Y para ello necesitan que el coche no circule a más de 60 km/h o que las poblaciones estén lo suficientemente alejadas para que no haya peligro de que un peatón cruce la carretera.
Sin fecha. El estado del coche autónomo en España lo resume bien Sara Nicolás, responsable de asuntos externos de Goggo Networks, en palabras recogidas por elEconomista.es: "El siguiente paso sería determinar cómo funcionarían nuestros vehículos, cuál sería el comité responsable que se encargará de todos los temas que tiene que ver tanto con regulación como de aspectos éticos y otras distintivas que pueden surgir en el uso de estas tecnologías y luego ya empezar a hacer pruebas para garantizar la seguridad".
Son pasos que la DGT ve con buenos ojos, pues cree que pueden reducir el volumen de accidentes en la carretera. Pero, de momento, el Estado está inmerso en el desarrollo de DGT 3.0, la plataforma que lanzará avisos a los vehículos para alertarles de accidentes o eventos deportivos y que obligará a cambiar los clásicos triángulos de emergencia por las luces V-16.
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