Frenazos "fantasma", denuncias e investigaciones oficiales: qué está pasando con el Autopilot de Tesla

Frenazos "fantasma", denuncias e investigaciones oficiales: qué está pasando con el Autopilot de Tesla
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El sistema de conducción semiautónoma de Tesla no pasa por su mejor momento. En Estados Unidos investigan la eficacia del sistema. Lo mismo sucede en Alemania. Y algunos usuarios están reportando problemas con la última actualización. ¿Qué está sucediendo con el Autopilot de Tesla?

Qué es el Autopilot. El Autopilot de Tesla es un sistema semiautónomo de conducción que permite delegar algunas funciones de la conducción en el propio vehículo. Además del control de crucero adaptativo, el mantenimiento en el carril o el aparcamiento autónomo, el Autopilot de Tesla estaba considerado uno de los sistemas más avanzados porque era capaz de cambiar de carril cuando fuera necesario o moverse por una ciudad con la mínima intervención humana.

En el punto de mira. El Autopilot está aprobado para su uso en Estados Unidos pero la NHTSA (Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en las Carreteras​, por sus siglas en inglés), quien es la encargada de verificar y calificar los sistemas en el país americano, está realizando una investigación por los últimos problemas que los automatismos están provocando, especialmente por los llamados "frenazos fantasma", que se han extendido en los últimos meses.

El problema llega en mal momento para la firma, ahora que los organismos alemanes encargados del tráfico (KBA, Autoridad Federal de Transporte de Motor por sus siglas en alemán) están estudiando la homologación del sistema Autopilot para su uso en las carreteras europeas. De momento, sistemas como el control de crucero adaptativo son completamente legales, pero el conductor todavía tiene que dar el visto bueno, o realizar él mismo, los cambios de carril.

Frenazos fantasma. Los frenazos fantasma que están experimentando algunos conductores de Tesla han levantado cierta alarma entre las autoridades estadounidenses. En los últimos nueve meses, los avisos de este problema se han multiplicado según la NHTSA, alcanzando los 354 en los últimos nueve meses. Según The Washington Post, en tres meses se han recibido 107 denuncias por este problema. Una situación que ha motivado la apertura de una nueva investigación.

Según los conductores afectados, estos frenazos fantasma se producen en carreteras circulando a alta velocidad y provocan frenazos inesperados al detectar el coche un supuesto obstáculo en la carretera. La situación puede ser muy peligrosa si un conductor sigue de cerca al Tesla y entre las quejas registradas se ha destacado que, en algunos casos, pueden repetirse en un mismo trayecto.

Radares vs cámaras. Una de las posibles causas a las que se apunta es la decisión de cambiar el uso de radares por cámaras para escanear el entorno. La nueva arquitectura es denominada Tesla Vision, está disponible en todos los Model 3 y Model Y que se venden desde mayo en Estados Unidos y se apoya exclusivamente en cámaras. Según Tesla, los radares son capaces de detectar un obstáculo a 160 metros de distancia, mientras que las cámaras pueden hacer lo propio a 250 metros de distancia.

No es nuevo. El debate de utilizar radares o cámaras en los sistemas semiautónomos de ayuda a la conducción no es nuevo. Según la propia NHTSA, en un informe del que nos hicimos eco unas semanas atrás, no hay una diferencia sustancial entre los vehículos que sólo utilizan cámaras o radares para su frenada de emergencia, pero sí es cierto que los que montan sistemas mixtos suelen ser más eficaces y pierden mucha menos efectividad cuando cae la noche.

Ser o no ser. Pero, además, estas investigaciones de la NHTSA llegan justo en el momento en el que el organismo avisó de que vigilaría más de cerca los sistemas semiautónomos de ayuda a la conducción, argumentando que muchos vendían algo que, en realidad, no eran. Los responsables del tráfico estadounidense ya avisaron de que muchos fabricantes sobreestimaban sus propios sistemas ADAS de ayuda a la conducción, lo que podía provocar confusiones en los conductores o en los futuros clientes.

Foto | Marcus Zacher

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