Contaba mi compañero Javier Marquez hace apenas dos meses que NIO sólo ofrecerá sus vehículos eléctricos en Europa bajo suscripción. Era una información que adelantaba Reuters y que recogía las palabras de su consejero delegado, quien afirmaba que no venderían estos automóviles en los mercados de nuestro continente.
El movimiento tiene mucho sentido. Ya está asentada en Noruega pero pronto desplegará sus servicios en Alemania, Países Bajos, Dinamarca y Suecia, todos ellos países donde el despliegue del coche eléctrico está más asentado y, por tanto, los riesgos en la distribución son menores. También son países con una renta suficiente para que encaje una suscripción que plantea pagos de entre 1.199 y 1.295 euros al mes.
Pero la estrategia de NIO va mucho más allá de vender sus coches. La marca china aspira a que sus clientes paguen un alto precio por sus vehículos pero, al mismo tiempo, tengan la mejor experiencia de usuario de coche eléctrico posible. ¿Cómo? Con unas autonomías muy altas, unas recargas muy potentes o, incluso, con la posibilidad de intercambiar su batería.
Atacando el punto débil del coche eléctrico
El coche eléctrico tiene un punto débil evidente: mientras sus autonomías no garanticen 600 o 700 kilómetros, la red de recarga seguirá siendo esencial. Pero, incluso en estos casos, cargar un coche con un batería de gran tamaño acarrea sus propios problemas.
En estos momentos, el coche que más autonomía ofrece al menor precio es el Tesla Model 3 Long Range, que homologa 627 km según ciclo WLTP y cuesta un mínimo de 57.990 euros. Con 600 kilómetros tenemos al Ford Mustang Mach-E Premium RWD 216 kW, que ya se sitúa en, al menos, 72.658 euros. Por encima de estos 600 kilómetros solo encontramos coches de lujo como el BMW iX, el Mercedes EQE o el Mercedes EQS.
Los NIO, sin embargo, prometen autonomías de 1.000 kilómetros (bajo ciclo NEDC, mucho más laxo que el WLTP). En el peor de los casos, los NIO ET7 y ET5 sí deberían moverse en las cifras antes comentadas, lo que da una imagen clara del público al que apuntan.
Pero la estrategia de NIO no sólo pasa por ofrecer un coche eléctrico muy avanzado tecnológicamente con una gran autonomía. El objetivo es que la experiencia de viajar con el coche eléctrico no se convierta en una tortura por problemas en la red de recarga. La idea es crear un ecosistema alrededor del vehículo que convenza al cliente para elegir esta marca y no otra. Lo mismo que Tesla hizo con sus supercargadores gratuitos.
Por ello, tiene todo el sentido que NIO ya haya presentado cargadores para coche eléctrico de 500 kW. Una potencia que necesitará de vehículos que funcionen con baterías a 800 Voltios pero que permiten pasar del 10 al 80% de la recarga en apenas 12 minutos. Los vehículos que utilicen potencias de 400 Voltios (la mayoría de modelos del mercado) necesitarán 20 minutos para recargar la misma cantidad.
Esta estación de recarga sólo está equipada con un enchufe CCS y cuenta con un sistema de refrigeración líquida para poder reducir el tamaño del cable, evitar sobrecalentamientos y conseguir mantener una potencia tan alta durante esos 12 minutos. El cargador, según Forococheseléctricos, empezará a desplegarse en el mes de marzo y también llegará a Europa.
La gran ventaja para sus suscriptores es que las baterías del coche eléctrico sufren mucho cuando se las somete a cargas tan potentes. De hecho, durante la presentación del Mercedes Vision EQXX, los ingenieros de la marca nos confirmaron que los germanos se están centrando más en reducir drásticamente los consumos que en cargas ultrarrápidas pues, aunque cargar la batería por completo sea más lento, en el mismo periodo de tiempo les permite alcanzar muchos más kilómetros de autonomía.
Esto pierde sentido si el coche no es de nuestra propiedad, pues no estaremos perjudicados por el deterioro de la batería con el paso del tiempo.
Además, NIO también está probando su sistema de intercambio de baterías en Europa. Alemania cuenta con estación propia desde septiembre y ya son tres espacios de este tipo los que NIO ha desplegado en nuestro continente. La idea es poder contar con una batería disponible por completo en apenas cinco minutos.
Ya sea con las cargas más rápidas del continente o con un sistema de intercambio de baterías único, los planes de NIO pasan por dar un valor añadido a su producto que limite las, de momento, mayores debilidades del coche eléctrico.
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