No gustan y, por tanto, no se compran. Por imagen, por comodidad o por mayor espacio habitable disponible. Por un motivo u otro, los SUV han terminado por comerse el mercado de las berlinas. El mercado no las quiere y ya son un peligro en extinción. La última en dejar de fabricarse, el Opel Insignia.
Salvo los modelos premium germanos, las berlinas parecen condenadas a la desaparición, al menos en sus mecánicas de combustión pura. El pasado viernes se confirmó una víctima más: el Opel Insignia dejará de fabricarse este año.
Como Ciro di Marzio y Rosario Ercolano en Gomorra, es hora de darnos un paseo y respetar nuestros respetos a los caídos en combate. En los últimos tiempos hemos dicho adiós al Ford Mondeo, el Renault Talismán o la versión sedán del Volkswagen Passat. Pronto se sumará el Opel Insignia, reduciendo aún más las posibilidades disponibles en el mercado.
Uno para todos...
Y todos para uno. El Grupo Stellantis centrará todos sus esfuerzos en este segmento en el Peugeot 508. Cuando el Opel Insignia deje de fabricarse, sólo habrá dos berlinas disponibles en el grupo: el francés y el Alfa Romeo Giulia.
Además, con la despedida del Opel Insignia también decimos adiós a un modelo "made in Opel". El vehículo que lo sustituya será un modelo completamente nacido de cero dentro del Grupo Stellantis, por lo que podemos esperar un movimiento parecido al del Opel Astra, cuyo interior (y especialmente su consola central) guarda todos los pros y contras del conglomerado.
De hecho, parece claro que el sustituto de la berlina alemana no utilizará esta carrocería. Se sabe que será un modelo completamente eléctrico o que, al menos, contará con esta configuración entre las versiones disponibles. Las primeras informaciones, además, apuntan a un nuevo SUV en la cartera de productos de Opel.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que durante la presentación del nuevo Peugeot 408, la marca hizo hincapié en que el mercado SUV comenzaba a estar saturado y que el movimiento lógico era buscar el término medio: la opción crossover.
Y los últimos lanzamientos dentro del Grupo Stellantis lo han confirmado. Los Peugeot 408, Citroën ë-C4 y C5 X son todos modelos que están a medio camino entre la berlina y el SUV. Y, además, están altamente electrificados, por lo que incluir este tipo de tecnología no es, ni mucho menos, un problema. Una línea de diseño que también se puede ver fuera de Stellantis. El Polestar 2 o los Kia EV6 y Hyundai Ioniq 5 también son buenos ejemplos.
Mirar al pasado como respuesta al futuro
El problema es que apostar exclusivamente por el SUV eléctrico puede ser pan para hoy y hambre para mañana. La mayor parte de las marcas han optado por este tipo de carrocería en el lanzamiento de sus primeros modelos completamente eléctricos.
Sin duda, es el camino más conservador pues, necesitados de sacarle rentabilidad inmediata, es más fácil encontrar compradores dispuestos a pagar una alta suma de dinero si con ello adquieren el coche de moda. Pero esto no quiere decir que sea lo idóneo.
Las autonomías del Tesla Model 3 y del BMW i4 han demostrado que el coche eléctrico tiene que virar hacia las berlinas. Y con cierta urgencia. Sus consumos son mucho menores que los SUV y esto puede ser decisivo a la hora de extender la tecnología.
Y es que, un consumo más alto en un SUV de combustión puede ser un peaje a pagar por tener un coche que nos guste más estéticamente. Pero cuando la diferencia entre carrocerías puede suponer una parada más en un viaje largo (con la consiguiente pérdida de tiempo por el camino) es muy probable que nuestra parte más racional se imponga sobre la sentimental.
Son malas noticias para quien busque una berlina exclusivamente diésel o gasolina, pero, al menos, los amantes de este tipo de vehículos tienen motivos para mirar esperanzados al futuro.
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