"La parte más importante del coche, porque es lo único que está en contacto con el suelo". Bueno, no sé si me atrevería a calificar a los neumáticos como tal, pero seguro que sí son una herramienta clave para conducir con seguridad y evitar problemas inesperados en nuestros viajes.
Pero para conducir con seguridad, también debemos conocer nuestros neumáticos, qué tenemos que tener en cuenta para su mantenimiento, qué no podemos olvidar o qué significan esos números y letras que aparecen en el lateral de sus gomas. Aquí dejamos una pequeña lista de lo que tenemos que tener en cuenta para tener nuestros neumáticos en el mejor estado.
Cómo tener los neumáticos siempre listos
Para contar con los neumáticos en el mejor estado posible, es imprescindible conocer todo lo que le influye. Y, para ello, tenemos que estar seguros de qué tipo de neumático estamos montando, cómo se desgasta o qué goma buscar cuando se ha pasado su tiempo.
Qué neumático elegir
En España, la mayor parte de las personas utilizamos un neumático de verano. Somos un país que, salvo contadas excepciones, no sufrimos de temperaturas extremadamente frías y no necesitamos movernos por espacios nevados. En estos casos, los neumáticos de verano son los más recomendados, pues agarrarán mejor cuando las temperaturas aumenten y no comprometerán nuestra seguridad cuando el frío acecha.
Si, por el contrario, la zona en la que vivimos sí sufre de temperaturas muy frías en una parte importante del año, puede ser interesante invertir en unos neumáticos de invierno. En caso de tener ser obligatorias las cadenas para circular, estos neumáticos pueden sustituirlas sin problemas de manera totalmente legal, podremos movernos sobre la nieve con mayor celeridad y, además, no sufriremos todos los inconvenientes de las cadenas.
Estas gomas son especialmente eficaces cuando la temperatura se sitúa por debajo de los siete grados. Según datos de la DGT, con el suelo mojado, un neumático de invierno detiene el coche en apenas 34 metros, mientras que la misma frenada condiciona al neumático de verano a recorrer otros 30 metros más. Estos neumáticos se identifican porque en la goma pone la inscripción M+S con montaña de 3 picos o 3PMSF. Necesitan ser cambiados cuando las temperaturas suben para no destrozar su banda de rodadura.
Complementan las dos opciones los neumático "todo tiempo". Son gomas que ofrecen un mejor rendimiento en suelos fríos y húmedos que los neumáticos de verano, mejorando su agarre y evacuando más agua. Es en las temperaturas intermedias donde mejor se maneja. Con mucho frío es mejor un neumático de invierno y con mucho calor uno de verano pero su polivalencia lo convierten en una interesante alternativa para mejorar el comportamiento de nuestro coche.
Por último, otro de los compuestos que se han puesto de moda en los últimos años son los neumáticos de baja resistencia a la rodadura. Son gomas que cuentan con una menor adherencia pero su consumo también es menor. En el etiquetado de eficiencia cuando compramos las gomas, los diferenciaremos porque están categorizados con una B o una A, siendo la G el neumático que más consume.
Se calcula que por cada salto de letra podemos ahorrar unos 0,5 litros de combustible hasta alcanzar un ahorro de un 20% entre los neumáticos más adherentes y estos de baja resistencia a la rodadura. Hay que tener en cuenta que, evidentemente, la distancia de frenado aumenta y serán menos eficaces que neumáticos más "pegajosos" al asfalto.
Qué son esas letras
A la hora de elegir neumático, tenemos que tener claro qué son las letras que aparecen en el lateral de las gomas. Estos caracteres, simplemente, son una descripción de las gomas que calza nuestro coche y son esenciales para buscar unos neumáticos válidos en el futuro.
Así, un vehículo que tenga inscrito en su lateral 195/45 R16 91W significará lo siguiente:
- 195/45: es el tamaño del ancho del neumático y del perfil de la goma. 195 es, en milímetros, el ancho de la banda de rodadura y 45 es el porcentaje de la altura respecto a la anchura. Cuanto más alto el número, más alto es el neumático y viceversa.
- R16: la R indica que el neumático tiene estructura radial y el 16 el tamaño de la llanta en pulgadas.
- 91W: es la capacidad de carga del neumático y W la velocidad máxima que puede soportar durante 10 minutos. Tienes las correspondencias en las siguientes dos tablas.
Además de estas letras, en pequeño o en la etiqueta de compra, también podremos encontrar otras siglas, que significan lo siguiente:
- E4: supera las regulaciones europeas.
- 1018: Semana y año en el que fueron fabricados. Las dos primeras cifras corresponden a la semana (10) y las dos últimas (18) corresponden al año (2018)
- M+S: si el neumático es de invierno.
- TL o Tubeless: si el neumático no tiene cámara.
- Tube Type: el neumático tiene cámara.
- Spain: país de origen del neumático.
- Flechas: indican el sentido de giro de las ruedas.
- PSI: indican la presión máxima que puede admitir el neumático
Cómo mantener un neumático en buen estado
Cuidar un neumático no tienen ningún tipo de dificultad pero, por el contrario, sí exige cierta constancia.
En primer lugar, debemos comprobar que la banda de rodadura no sea inferior a 1,6 milímetros. Este es el mínimo legal para circular pero se recomienda que los neumáticos no estén por debajo de los tres milímetros de banda de rodadura. Cuanto menor sea esta, mayor será la distancia de frenado.
Así mismo, debemos controlar que la presión del neumático sea la correcta. En el manual del coche o, normalmente, en la puerta encontraremos la presión adecuada. Ésta debe medirse con las ruedas frías y el vehículo descargado.
A una mayor presión, menos contacto de la goma con el suelo por lo que el consumo también será inferior. Sin embargo, una presión muy alta hará nuestro coche más reactivo, impredecible e inestable. En este caso, la banda de rodadura central se desgastará más rápido de lo debido.
Si utilizamos una presión inferior a la que deberíamos, el consumo del coche será mayor pero también facilitará que le desgaste sea irregular en su superficie, pudiendo provocar ampollas y otro tipo de problemas a largo plazo.
Por último, al comprobar la presión de nuestras ruedas, puede ser un buen momento para revisar que el neumático no está agrietado, ha sufrido algún tipo de golpe que lo haya dejado en mal estado o tenga un clavo en la goma. Cualquiera de estos problemas puede derivar en un problema y se recomienda reemplazar el neumático.
Tampoco podemos olvidar que llevar los neumáticos en mal estado es motivo suficiente para suspender la ITV pero también para que Tráfico nos multe por ello con una sanción de 200 euros.
Cada cuánto tiempo cambio mis neumáticos
Los neumáticos, como todo en esta vida, no son infinitos. También tienen una vida útil que no debemos superar si no queremos correr riesgos.
Una manera de comprobar si nuestros neumáticos siguen en buen estado es, simplemente, examinar su desgaste y certificar que su banda de rodadura tiene más de los 1,6 milímetros mínimos exigidos. Cuanto más agresivos seamos conduciendo, más fácil será alcanzar ese límite. Además, no podemos olvidarnos de los kilómetros recorridos, aunque no es decisivo, se recomienda cambiar los neumáticos cuando recorremos entre 40.000 y 50.000 kilómetros.
Por último, también hay que tener en cuenta la fecha de fabricación. No existe ningún tipo de limitación a este respecto y las recomendaciones varían pero sí es cierto que los compuestos pierden propiedades con el paso del tiempo y que cuanto más años hayan pasado, peor será su rendimiento y más acusado el desgaste.
Foto | Frank Albrecht y Obi - @pixel7propix
Ver 11 comentarios