Hace unos años los móviles con NFC eran relativamente poco comunes, pero a día de hoy es normal que los modelos de gama alta y la mayoría de terminales de gama media lo monten. Esta tecnología, además de permitirnos pagar con el teléfono, también sirve para aprovechar las etiquetas NFC.
¿Y qué son estas etiquetas? Unos pequeños y sencillos "adhesivos inteligentes" que nos permiten realizar acciones rápidamente. En este texto las vamos a conocer mejor y, de paso, veremos algunos casos de uso originales que nos pueden ayudar a automatizar ciertas cosas.
Qué son las etiquetas NFC
Las etiquetas NFC, realmente, son "dispositivos" muy sencillos. Básicamente son unas etiquetas (pueden ser blancas o de colores varios) con un chip NFC en su interior. Este chip puede escribirse y leerse mediante el NFC de nuestro smartphone para, sobre todo, automatizar acciones de forma rápida y sencilla. Por ejemplo, podemos usar una etiqueta NFC para que al acercar el teléfono se ponga en silencio o se conecte a una red WiFi en concreto.
Hay varios tipos de chips NFC, pero lo más frecuente es que sean NTAG o ICODE, sobre todo NTAG. Cada chip tiene una cantidad determinada de memoria que, generalmente, se mide en bytes. A mayor cantidad de bytes, más datos puede almacenar o, mejor dicho, puede almacenar datos más pesados, ya que no es lo mismo almacenar texto plano que un archivo pequeño.
Si hablamos de móviles, lo más normal es encontrar chips NTAG210, NTAG213 y NTAG215. Las diferencias más importantes son la memoria disponible (48, 144 y 540 bytes, respectivamente), lo que se traduce en que pueden almacenar más caracteres. A mayor cantidad de memoria, más caracteres y más información.
Por ejemplo, un chip NTAG213 puede almacenar una URL de 132 caracteres o un texto de 130 caracteres, mientras que un chip NTAG215 puede almacenar URL de 492 caracteres o un texto de 490 caracteres. Estas etiquetas tienen una resistencia a la lectura y escritura de 100.000 ciclos y retienen los datos durante 10 años, tal y como se contempla en la norma ISO 14443-A.
Normalmente, las etiquetas NTAG son compatibles con todos los teléfonos inteligentes que tengan NFC, y ese es un matiz importante: no sirve de nada tener una etiqueta NFC si no tenemos un móvil con chip NFC. Es como tener un coche sin llave. Por eso conviene asegurarse de que nuestro smartphone o tablet es compatible antes de comprar unas etiquetas NFC. Por otro lado, conviene recordar que las etiquetas NFC no funcionan si las colocamos sobre una superficie metálica, salvo que estén fabricadas para tales efectos.
Cuando compramos etiquetas NFC las compramos en blanco, es decir, sin información (aunque algunas veces hay que formatearlas). Para darles uso tenemos que descargar una app dedicada que nos permita escribirlas y leerlas. Hay muchas alternativas, pero la más conocida es NFC Tools, que está disponible en iOS y Android y es completamente gratuita. Simplemente hay que descargarla, acercar el teléfono a la etiqueta NFC y escribir la acción que queramos. La app es muy fácil de usar.
Una vez hayamos escrito la etiqueta NFC, solo debemos dejarla donde vayamos a usarla. Normalmente suelen tener un adhesivo en la parte trasera, así que la podemos pegar sobre una mesa o en el coche para que, al acercar el móvil, se ejecute la acción rápidamente.
Usos originales para las etiquetas NFC
Ahora que ya sabemos qué son las etiquetas NFC y qué necesitamos para poder aprovecharlas, vamos a repasar algunos casos de uso originales. En ese sentido, cabe recordar que las etiquetas NFC no son de un solo uso, sino que se pueden borrar. De esa forma, si tenemos una etiqueta configurada para que haga tal o cual cosa y queremos reaprovecharla, simplemente la podemos borrar y reescribir.
- Enlaces directos a tus perfiles sociales: puedes tener una etiqueta NFC que abra la URL de tu perfil de Instagram, TikTok o Twitter para que cualquier persona te pueda seguir rápidamente.
- Conexión automática a una red WiFi: si no quieres repetirle la contraseña de tu WiFi a toda persona que entra en casa, puedes poner una etiqueta NFC en la puerta del salón o cerca del router para que tus amigos la escaneen y se conecten automáticamente.
- Tu playlists para estudiar siempre a mano: puedes ponerte una etiqueta NFC en tu escritorio con un enlace a la lista de reproducción de Spotify que te pongas para estudiar para que al acercar el móvil se active automáticamente. Es aplicable a cualquier entorno.
- Ruta directa a un sitio: puedes poner la ubicación de la casa de un amigo para que al acercar el móvil Google Maps inicie automáticamente la navegación.
- Ejecutar una automatización de Tasker: si te manejas con Tasker, puedes configurar una etiqueta NFC para que al acercar el móvil ejecute la rutina.
- Activar el modo "no molestar": ideal para irse a dormir. Configurando esta acción, el teléfono se pondrá en modo "no molestar" automáticamente al pasarlo sobre la etiqueta.
- Encender el ordenador: si tienes la versión Pro de NFC Tools y la función Wake-on LAN activada en el ordenador, puedes encender el PC poniendo el móvil sobre la etiqueta.
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