Las fuerzas aéreas de los Estados Unidos están evaluando el desarrollo de aeronaves con "piloto opcional", o lo que es lo mismo, en las que dichos medios de transporte funcionarán de forma autónoma. Las primeras pruebas están siendo realizadas en helicópteros que pueden despegar, aterrizar y volar por sí mismos.
Lokheed Martin y Kaman Air Vehicles desarrollaron un par de helicópteros de carga K-MAX que pueden ser operados en el despegue por un piloto humano, pero que a partir de ahí son capaces de llevar la carga a destino y depositarla sin necesidad de aterrizar. Dichos helicópteros se enviaron a Afganistán en noviembre de 2011 para una misión de prueba de seis meses, pero su funcionamiento fue tan notable que acabaron siendo utilizados hoy en día.
Y eso a pesar de que uno de los helicópteros se estrelló en junio de 2013 -la causa no ha sido desvelada por el Cuerpo de Marina-. Sea como fuere, el rendimiento de estas aeronaves, con sus limitaciones -mantenimiento especializado, solo cumplen un tipo de necesidad- ha sido excepcional, pero el Cuerpo de Marina quiere ir más allá.
Y eso es en lo que están trabajando en el llamado Optionally Piloted Black Hawk (OPBH), un programa que trata de convertir el UH-60 Black Hawk en un helicóptero totalmente autónomo. La idea es la de que "la tripulación se centre en operaciones más 'sensibles', y deje las misiones de reaprovisionamiento críticas para operaciones autónomas sin incrementar el tamaño de la flota o su mezcla", afirmaba el vicepresidente de I+D de Sikorsky, Mark Miller.
Ese programa está estrechamente ligado al Autonomous Aerial Cargo/Utility System (AACUS), que ofrece a los helicópteros la capacidad no solo de volar a destino y de vuelta de forma autónoma, sino que también les dota de la posibilidad de aterrizar también de forma autónoma. Hay un piloto en tierra que es capaz de controlarlo remotamente.
El hardware necesario para poner en marcha esta opción incluye ordenadores de abordo con sistemas LIDAR, además de sensores electro-ópticos e infrarrojos. Usando toda esa información recolectada es posible elegir la zona de aterrizaje más segura y completar el aterrizaje tanto de forma autónoma como con la asistencia del piloto humano en tierra,.
Vía | Ars Technica
En Xataka | El avión autónomo del MIT que vuela en interiores
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