¿Merece la pena gastar 850 millones de dólares para ganar 24 ms de tiempo en una conexión a Internet de un lado a otro del planeta? Si se trata de ser más competitivos para cerrar una operación en bolsa, una conexión entre bancos o dotar de conectividad a Internet a comunidades hasta ahora aisladas, sí.
El tiempo que actualmente separa Japón de Reino Unido si nos referimos a una conexión a Internet es de 178 ms. Con el nuevo cable de fibra óptica submarino que se empezará a construir el año que viene, ese tiempo se reducirá en 24 ms. Artic Fibre, empresa canadiense, será la encargada de este hito que por primera vez recurrirá a una línea directa por el océano Ártico para conectar dos de los principales centros de negocios del mundo: Tokyo y Londres.
Internet para zonas actualmente aisladas de Canadá y Alaska
Ese cable submarino ya tiene una ruta trazada, y su construcción comenzará el año que viene y está previsto que pueda ponerse en marcha a finales de 2016. En total serán 15.600 kilómetros de cable cuya instalación costará unos 850 millones de dólares.
De los beneficiados por este nuevo cable, algunas comunidades de Alaska y Canadá actualmente en la oscuridad respecto a una conexión a Internet fiable serán las más agraciadas. En total, unas 100.000 personas conocerán por primera vez lo que es una conexión de banda ancha, algo que hasta ahora se les ha negado debido al poco retorno que una inversión para una instalación clásica tiene en una zona tan aislada y donde las poblaciones están tan dispersas.
Esa mejor conectividad permitirá a los gobiernos americano y canadiense llevar hasta esos lugares servicios hasta ahora imposibles de manejar como la telemedicina o las clases de universidad a distancia, por no hablar del trabajo de científicos de estas frías zonas que ya no tendrán cuello de botella insalvable a la hora de recibir o enviar datos de sus investigaciones.
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