El creador de la World Wide Web -que muchos identifican con internet, aunque solo sea parte de ella- está un poco harto de lo que ha terminado siendo esa telaraña mundial para muchos: un gigantesco y poderoso mecanismo de espiar y monitorizar todo lo que hacemos en ella.
Eso ha hecho que Sir Tim Berners-Lee se haya puesto manos a la obra con un grupo de expertos para tratar de resolver los problemas de la World Wide Web. Quieren crear una web distinta, descentralizada y que no esté sujeta al control por parte de gobiernos y empresas.
Una web descentralizada
La web ya no es lo que era: este poderoso mecanismo de comunicación se ha viciado en muchos ámbitos en los que se controla, filtra y censura el mensaje. Vinton G. Cerf, co-creador del protocolo TCP/IP, explicaba cómo "la gente cree que producir objetos digitales significa que siempre estarán ahí, pero eso ya no es cierto".
Brewster Kahle, responsable del célebre Internet Archive y un conocido activista de internet, es otro de los implicados en ese esfuerzo. Ambos participaron en el reciente evento Decentralized Web Summit en el que se debatió sobre la posibilidad de distribuir los contenidos sin necesidad de servidores centralizados. El Sr. Kahle explicaba cómo la realidad de la World Wide Web ha cambiado radicalmente:
Edward Snowden nos ha mostrado que sin darnos cuenta con la web hemos construido la red de vigilancia más grande del mundo. China puede hacer imposible que gente de allí lea ciertas cosas, y unos pocos proveedores de servicios son los que organizan tu experiencia. Tenemos la capacidad de cambiar todo eso.
La reinvención de la web -que no de internet- pasa por hacer uso de proyectos e iniciativas que han demostrado su validez en el ámbito de la descentralización de contenidos. La tecnología de la cadena de bloques en la que se basa bitcoin podría ser una alternativa, así como las tecnologías P2P que permiten que sean los usuarios los que compartan contenidos unos con otros sin que existan servidores centralizados de los que depende todo el tráfico.
Servicios como ZeroNet precisamente parecen apuntar a ese futuro en el que el contenido se distribuye a otros visitantes sin servidores centrales: no hay censura, no hay costes de hospedaje -son los usuarios los que sirven los contenidos- y siempre está accesible. Pero además favorece el anonimato y hace posible la distribución de contenidos dinámicos como los que hoy dominan la mayoría de los grandes servicios de internet. La ambición del proyecto es notable: veremos si el creador de la World Wide Web puede efectivamente reinventarla.
Imagen | Wikipedia Vía | The New York Times
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