Sabemos que en la Dark Web podemos encontrar de todo, desde drogas y armas, hasta credenciales de servicios online e identidades de usuarios. Pues a todo esto se acaba de sumar una nueva categoría: selfies.
De acuerdo a un nuevo reporte de Sixgill, compañía israelí de investigación de Dark Web, han encontrado un nuevo foro que tiene a la venta bases de datos con información de usuarios, donde se incluyen identificaciones oficiales, comprobantes de domicilio y ahora, selfies. Siendo el primer foro en ofrecer todo este tipo de información en un sitio.
Selfies como nueva moneda de cambio
Alex Karlinsky, de Sixgill, mencionó que hace unos días se encontraron con este foro de acceso de cerrado, donde el idioma ruso es el predominante aunque es difícil determinar quién o quiénes están detrás. Aquí se comercializan bases de datos de 10.000 registros completos con selfies incluidos por 50.000 dólares.
Sin duda lo más curioso de todo es la incorporación de selfies a la ecuación, ya que es bien sabido que las bases de datos de usuarios en la Dark Web han estado a la venta desde hace varios años. Pero ¿para qué quieren los selfies? Para abrir perfiles en línea falsos y así ejecutar otro tipo de ataques dirigidos a amigos y familiares, como extorsiones y amenazas de secuestro.
Pero eso no es todo, ya que el tener selfies junto a la información de identidad del usuario, también permite abrir cuentas bancarias en algunas regiones del mundo. Debido a que algunas instituciones bancarias buscan eliminar los tramites in situ, han abierto la posibilidad de acceder a créditos vía online, enviando fotografías y documentos escaneados. Y aquí es donde entran los criminales.
Por otro lado, dentro de este foto también es posible adquirir identidades individuales con rasgos específicos, pudiendo elegir la raza, país, sexo, condición socioeconómica y rango de edad. En este caso, cada registro tiene un precio de 70 dólares, donde ahora también se incluye un selfie de la persona.
Según Karlinsky, obtener selfies de las víctimas es relativamente sencillo, se pueden usa malware a través de puertos USB públicos, hackear plataformas de almacenamiento o simplemente acudir a las redes sociales, donde es todo un paraíso repleto de selfies listas para integrarse a paquetes de identidades robadas.
De acuerdo a la visión de Karlinsky, no se trata de que no nos hagamos fotos y las subamos a las redes sociales, sino que tengamos sentido común y evitamos difundir información personal que le facilite a los criminales saber quiénes somos en línea y nos conecten con otras personas. La recomendación es, en este caso, preguntarnos ¿a quién le estamos proporcionando nuestra información, qué información, y eso cómo puede afectar mi privacidad?
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