En el mercado laboral se está abriendo una brecha cada vez más grande conforme se acerca la normalidad. De una parte, los trabajadores que han probado el teletrabajo durante la pandemia y quieren seguir disfrutando de él, de otra, los directivos que prefieren la vuelta a la presencialidad, y en medio, una grieta que crece por momentos y podría desembocar en un conflicto laboral entre empleadores y empleados.
Y es que cada vez hay más estudios que evidencian la distancia que media entre trabajadores y directivos en lo relativo al trabajo a distancia. Una reciente publicación del instituto de investigaciones sobre gestión empresarial y recursos humanos Best Practice Institute señala que, a nivel global, el 83% de los directivos quieren que sus empleados vuelvan a las oficinas a tiempo completo, mientras que sólo el 10% de los trabajadores querría regresar en estas condiciones.
Si atendemos a los datos de España, la brecha se suaviza levemente, aunque también es acusada: el 69% de los directivos querría la vuelta a la presencialidad, mientras que el 90% de los trabajadores desean tener la posibilidad de teletrabajar, al menos, algunos días a la semana, según un estudio de la consultora Robert Walters en nuestro país. Y otro estudio sobre el mercado laboral español, en este caso de Vodafone, señala que la mayoría de las compañías planean volver a niveles de trabajo en remoto previos a la pandemia.
Para José Ramos, investigador Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (Ivie) y catedrático de Psicología del Trabajo y las Organizaciones de la Universidad de Valencia, el motivo de estas diferencias radica en que los beneficios del teletrabajo son mucho más evidentes a corto plazo para los empleados: “Ven sus condiciones laborales modificadas y les da más opciones para organizarse, pero para las empresas esas ventajas no son tan visibles de forma inmediata, sobre todo porque suelen necesitar algún tipo de inversión y cambios en la organización, aunque a largo plazo pueda suponer ahorros en el alquiler o en el gasto energético”.
Una opinión que comparte Javier Blasco, director del centro de investigaciones laborales Adecco Group Institute, quien señala que una modalidad de teletrabajo que funcione necesita muchas mejoras, desde la organización de recursos hasta sistemas de medición de la productividad, y que muchas empresas, “al no tener los deberes hechos” en este aspecto, prefieren volver al modelo que les venía funcionando.
La productividad, el campo de batalla
Entre los argumentos a favor y en contra del trabajo en remoto hay uno que se ha convertido, sin duda, en el principal frente de batalla: la productividad. El motivo que arguye el 63% de los directivos consultados por Robert Walters para justificar la vuelta a la oficina es que allí los trabajadores rinden mejor, mientras que casi la mitad de los empleados consultados, el 47%, creen que han sido más productivos teletrabajando. Una percepción, esta última, que respalda otro estudio, en este caso de la consultora tecnológica Capgemini, que asegura que el trabajo en remoto ha aumentado la productividad de las empresas españolas un 22%.
“Muchas empresas han funcionado hasta ahora con unos criterios de desempeño que se basaban en el control de la presencia, es decir, que miden el trabajo de los empleados en función del tiempo que están en la oficina”, explica Ramos, quien añade que hasta que esa mentalidad no cambie, y los jefes comiencen a medir el trabajo de sus subalternos en función de los objetivos que consiguen, seguirá habiendo reticencias por parte de los empleadores a la extensión del teletrabajo.
Sin embargo, muchos de los defensores de la vuelta a las oficinas argumentan que estar en contacto físico con los compañeros de trabajo, sin pantallas de por medio, beneficia no sólo a la productividad, sino también a la creatividad y al trabajo en equipo. Es el caso de Amazon, que ha dicho recientemente a sus empleados en un comunicado interno que “nuestro plan es volver a una cultura centrada en la oficina como estándar. Creemos que nos permite inventar, colaborar y aprender juntos de manera más efectiva”, según informa la BBC.
Otras empresas, las menos, no sólo creen que en la oficina se trabaja mejor, también opinan que los teletrabajadores están menos dedicados a la organización y trabajan peor. Es el caso de WeWork, cuyo CEO, Sandeep Mathrani, declaró recientemente a The Wall Street Journal que los trabajadores más comprometidos son aquellos que quieren volver a la oficina. Y de la revista estadounidense Washingtonian, cuya CEO, Cathy Merrill, escribió un artículo de opinión en The Washington Post en el que afirmaba que los trabajadores que quieren continuar trabajando desde casa y aparecer sólo cuando sea necesario están “prácticamente rogando” a sus jefes que cambien su estatus, recortándoles beneficios y salarios.
Para Gitlab, empresa de software cuya plantilla al completo trabaja en remoto desde su fundación, la clave de la productividad no está en el lugar en el que se trabaja, sino en la forma que se hace. “En lugar de concentrarse en dónde se realiza el trabajo, los líderes deben centrar sus esfuerzos en como se realiza, independientemente de la ubicación física. Esto requiere la implementación de prácticas y normas que ayuden a los equipos a colaborar a través de zonas horarias en un mundo cada vez más remoto”, explica a Xataka Darren Murph, Head of Remote de Gitlab, puesto que crearon para gestionar todos los aspectos relacionados con el teletrabajo.
Blasco, por su parte, recuerda que “absentismo ha habido siempre, no sólo ahora con el teletrabajo. El que se escaqueaba en la oficina ahora también lo hará en casa, pero eso no es nuevo. El teletrabajo es una manera de organización del trabajo flexible, y como en todo, creo que va a tener que haber un acuerdo, y el que no lo quiera ver es que no se ha enterado”.
Dificultades para conseguir trabajar en remoto
A pesar de lo que opina el director del centro de investigaciones laborales Adecco Group Institute, son muchas las empresas que están pidiendo a sus trabajadores que vuelvan a las oficinas sin posibilidad de teletrabajar, según han informado a Xataka varios empleados de empresas relacionadas con el marketing, la banca o la organización de eventos que han pedido no ser identificados, ni ellos ni las compañías para las que trabajan.
Estos trabajadores señalan que les gustaría tener al menos la posibilidad de trabajar en remoto algún día, pero se resignan a aceptar lo que la empresa les dicte. Y es que la capacidad de negociación de los trabajadores va a jugar un papel importante en la extensión del trabajo en remoto, y en un momento como el actual, de recesión económica y aumento del desempleo, esa capacidad está muy mermada en muchos sectores.
“Determinados colectivos van a tener esa dificultad siempre, porque no todos los trabajos van a tener la misma capacidad de negociación para sus opciones de teletrabajar. Pero no olvidemos que estamos en una sociedad que se está digitalizando, y que, por tanto, una parte importante de la fuerza laboral sí va a poder negociar u optar por buscar mejores opciones para el teletrabajo”, explica José Ramos.
El catedrático de Psicología del Trabajo y las Organizaciones de la Universidad de Valencia considera, por tanto, que las dificultades para la extensión del teletrabajo variarán por sectores y que en algunos, sobre todo en los que tienen mucha demanda de empleados, el trabajo en remoto ni siquiera va a tener que ser negociado por los trabajadores, sino que se convertirá en un atractivo más para atraer o retener el talento, lo que hará que se extienda sin necesidad de que presionen para ello.
De hecho, el Informe sobre el trabajo remoto de 2021 de Gitlab recoge que una de cada tres personas que teletrabaja en la actualidad consideraría dejar su empresa si revocase la opción de desempeñar sus funciones a distancia.
Hacia el trabajo híbrido
Así las cosas, parece que la opción intermedia es la más ampliamente aceptada tanto por los trabajadores como por las empresas que están dispuestas a dar cierta flexibilidad: el modelo híbrido. Por esta modalidad ya han optado con carácter global, y sólo para una parte de sus plantillas, compañías como Google, Amazon, Salesforce, Microsoft o Facebook, y en España, según han informado a Xataka, Telefónica, Huawei, Orange, Canon o IBM.
En cuanto a los empleados, el estudio de Capgemini señala que el 70% de los trabajadores encuestados esperan trabajar al menos dos días a la semana en remoto, pero los que querrían hacerlo más de tres días apenas suponen en 18%. Además, un informe de la consultora Wakefield Research señalaba que el 90% de los empleados extraña algún aspecto de su lugar de trabajo, como conversar con sus compañeros, por lo que también querrían tener la opción del ir a las instalaciones de la empresa algunas jornadas.
“Una vez los trabajadores han probado el teletrabajo, aunque haya sido en unas condiciones muy particulares que no se pueden comparar a una situación normal, van a demandar mantenerlo algunos días. Yo creo que las empresas van a ir introduciendo poco a poco la posibilidad de trabajar en remoto algunos días a la semana, pero comparto con ellas que va a ser difícil que el teletrabajo se generalice como la única forma de trabajar”, señala José Ramos.
Darren Murph, por el contrario, cree que las empresas deben priorizar la opción de ‘remoto primero’ a la hora de planificar sus plantillas en los próximos años: “En los próximos meses, las organizaciones que no adopten una mayor flexibilidad e inviertan en formas de trabajar en las que las opciones de teletrabajo sean lo primero verán mayores niveles de desgaste en sus equipos”.
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