Este verano nos enterábamos de uno de los últimos avances de Amazon en el ámbito de sus robots para logística y almacenamiento. Se llamaba Proteus, y es un robot autónomo teóricamente capaz de integrarse en espacios con humanos sin riesgos —en la práctica parece que los riesgos sí existen— y pudiendo trasladar paquetes de un lado a otro sin problemas. Ahora esos esfuerzos van a más con la última adquisición de la empresa de Jeff Bezos.
De la industria textil a los robots. En 1.884 la pequeña población de Hamme, en Flandes Oriental (Bélgica) era conocida por su industria textil. Una emprendedora llamada Désiré Huwaert fundó una empresa para impulsar ese segmento. Durante seis generaciones la empresa, llamada Cloostermans, evolucionó y cambió de foco: actualmente se dedican a hacer maquinaria y robots para naves de almacenamiento. Y lógicamente hay una empresa que está muy interesada en este tipo de desarrollos.
Amazon sale de compras. La empresa de Bezos lleva una década invirtiendo de forma notable en sus sistemas de automatización de grandes naves de almacenamiento. La compra de Kiva Systems en 2012 por 775 millones de dólares hizo que se se creara la división Global Robotics, que ahora se ha reforzado con la compra de Cloostermans-Huwaert.
Inversión en la automatización. Como indican en CNBC, Amazon comenzó a trabajar con esta firma belga en 2019 al usar su tecnología para mover y apilar palets y mercancías. Ahora ha adquirido esta empresa por una suma no especificada, y sus cerca de 200 empleados se unirán al equipo de Amazon en Europa.
Más robots, pero no necesariamente menos personas. En Amazon han desplegado ya más de 520.000 unidades robóticas en todo el mundo y al mismo tiempo han creado un millón de nuevos puestos de trabajo. Según su anuncio oficial, la automatización no ha eliminado trabajos humanos sino que "ha llevado a nuevos puestos en nuestras instalaciones, incluyendo ejemplos como técnicos de mantenimiento en robótica y mecatrónica o especialistas de control de flujo".
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