17 de septiembre de 2020: el portaaviones británico HMS Queen Elizabeth avanza escoltado con una flota de destructores hacia territorio iraní. Noviembre de 2020: el destructor USS Roosevelt se acerca al oblást de Kaliningrado por el mar báltico en un movimiento claramente provocador. 15 de julio de 2021: ese mismo navío rodea Noruega por el Norte y amenaza aguas rusas.
Suena al comienzo de una novela de Tom Clancy, pero estos hechos se han reportado oficialmente basándose en las notificaciones del sistema AIS (Automatic Identification System) que todo gran navío debe utilizar para comunicar su posición y dirección y así evitar colisiones en alta mar. El problema viene cuando todas esas señales eran falsas: ninguno de los barcos habían hecho esas rutas.
La desinformación llevada al posicionamiento de barcos militares
Alguien ha estado falsificando las señales de los transpondedores AIS de los barcos militares, y según el analista de datos Bjorn Bergman no se trata de ningún error de transmisión o cálculo. Bergman colabora en portales como SkyTruth, dedicados a revelar delitos medioambientales desde el cielo, y ahora desde esa misma web ha informado recientemente sobre el descubrimiento de un conjunto de señales AIS fraudulentas.
Esas señales pueden, por ejemplo, mentir sobre la posición de barcos pesqueros para así aprovechar y pescar en localizaciones o periodos de tiempo con restricciones. Pero aplicado a naves militares como las que he mencionado antes, una señal AIS falsa podría desencadenar tensiones muy graves entre países.
Bergman también ha hablado con Wired, donde comenta que él y otros compañeros trabajan para saber cómo se falsifican los datos de los transpondedores para saber "detectarlo y corregirlo". De momento han conseguido identificar algunas señales falsas comparándolas en una base de datos, utilizando fragmentos de datos que normalmente no son accesibles por los marineros y que delataban "diferencias sutiles" entre las transmisiones.
Los aficionados a fotografiar grandes navíos militares han ayudado: algunas señales falsas reportaban ubicaciones de barcos en alta mar, pero al mismo tiempo esos barcos habían sido fotografiados atracando en puertos internacionales hace pocos minutos. La web y cuenta de Twitter WarshipCam incluso identifica los barcos que entran y salen:
USS Omaha (LCS 12) Independence-variant littoral combat ship leaving San Diego - August 3, 2021 #ussomaha #lcs12
— WarshipCam (@WarshipCam) August 4, 2021
* photos courtesy of @cjr1321 pic.twitter.com/Zdt0OTQzTK
Los principales barcos afectados eran militares, tanto de la OTAN como de la Unión Europea. Kaliningrado, en la zona rusa del mar báltico, parece ser uno de los objetivos más comunes de las incursiones falsificadas. Recientemente también se han detectado operaciones que realmente no existían en el Mar Negro.
El experto también ha tenido acceso a fotografías satelitales de la Agencia Espacial Europea, y ha podido comprobar cómo en coordenadas concretas donde las señales falsas indicaban la presencia de barcos no había nada más que mar abierto.
¿Quién puede ser el artífice? De momento nadie ha sido capaz de poder tener pruebas contra organizaciones o países que quieran poner a prueba la diplomacia internacional. Todd Humphreys, director del laboratorio de Radionavegación de la Universidad de Texas, sospecha de Rusia por ver semejanzas en las tácticas de desinformación pero admite no tener ninguna prueba que apoye su teoría.
La buena noticia es que de momento, y a pesar de la sofisticación de las señales falsas, éstas pueden identificarse y ser advertidas a tiempo. Pero esto sirve de aviso: un sistema importante y ampliamente utilizado por los barcos ha sido vulnerado y necesita modernizarse de algún modo.
Si tienes curiosidad, puedes ver la ubicación en tiempo real de gran parte de los navíos del mundo gracias a sus señales AIS desde la web MarineTraffic.
Imagen | Vidar Nordli-Mathisen
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