Las soluciones de seguridad de Kaspersky tienen los días contados en Estados Unidos. El Departamento de Comercio (DOC) oficializó ayer una “prohibición total” del software antivirus de origen ruso a partir del próximo 20 de julio. La medida, que no ha pasado desapercibida por su relevancia, ha provocado una respuesta por parte del Kremlin.
El secretario de prensa de Vladimir Putin, Dmitry Peskov, dijo este viernes que Kaspersky es un actor relevante en el mercado mundial de la ciberseguridad y que “en muchos aspectos supera a sus competidores”. En este sentido añadió que la prohibición es la “técnica favorita de competencia desleal” a la que recurre frecuentemente Washington.
La superficial respuesta de Rusia
Peskov no hizo referencia alguna a los motivos citados por Estados Unidos para poner en marcha la mencionada prohibición. El país norteamericano alega que, si bien Kaspersky opera dentro de su territorio a través de una firma registrada en Massachusetts, la misma es propiedad de Kaspersky Labs Limited de Reino Unido, que tiene sede en Moscú.
En consecuencia, el negocio de Kaspersky en Estados Unidos plantea riesgos “indebidos e inaceptables” debido a que las leyes rusas obligan a las empresas sujetas a su jurisdicción a cooperar con oficinas como la del Servicio Federal de Seguridad de Rusia (FSB). La administración de Joe Biden cree que esto podría ser utilizado para filtrar datos confidenciales.
La secretaria de Comercio, Gina Raimondo, dijo por su parte que "Rusia ha demostrado que tiene la capacidad y la intención de explotar empresas rusas como Kaspersky para recopilar y convertir en arma la información personal de los estadounidenses". A todo esto, Kaspersky ha dicho en un comunicado que tratará de preservar sus operaciones en Estados Unidos.
Cabe señalar que antes de la publicación de la resolución con la prohibición, Kaspersky y el DOC mantuvieron conversaciones para abordar las preocupaciones de Estados Unidos. La firma de ciberseguridad rusa propuso una serie de cambios a nivel operativo que no convencieron a las autoridades estadounidenses.
Según la organización que dirige Raimondo, Kaspersky tenía la intención de modificar parte de su esquema empresarial, pero sin renunciar a sus vínculos con Rusia. Por consecuencia, no limitaba la capacidad del gobierno ruso para obligar a la compañía a proporcionar acceso a “los sistemas e información de los clientes estadounidenses”.
Kaspersky aseguró que había propuesto al gobierno estadounidense que sus productos fuesen “verificados de forma independiente por un tercero de confianza” y añadió que “no participa en actividades que amenacen la seguridad nacional de Estados Unidos”. De momento, las ventas del software de Kaspersky han sido prohibidas en ese país.
Imágenes | Дмитрий Хрусталев-Григорьев | Kaspersky | Kremlin
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