El mundo se apoya en un puñado de cables. Submarinos, para ser más concretos. Tenemos tantos cables submarinos que podrían dar una vuelta al Sol y son fundamentales porque la mayoría de países del mundo y sus comunicaciones dependen de estos cables. Son tan importantes que incluso hay países que amenazan con cortarlos para amedrentar a los vecinos.
Y en este genial mapa interactivo podemos ver no sólo todos los cables submarinos, sino ver los puntos de unión, cuándo se construyeron y a quién pertenecen.
La panorámica: un árbol de Navidad. La foto global es una maravilla y nos permiten comprobar lo que comentábamos antes: estamos interconectados gracias a estos cables submarinos. Se trata de cables con grosores diferentes (desde “hilos” como el cable de conexión de un ordenador hasta otros con el diámetro de una manguera de jardín o de un brazo humano) y hay muchos, muchísimos.
El 99% de las comunicaciones dependen de ellos, y ahí entra Internet o algo tan en auge como la mayor densidad de datos que utilizamos actualmente debido a la gran cantidad de aplicaciones que ofrecen contenido en streaming o la inteligencia artificial
El puente transatlántico. Algo que salta a la vista en el mapa es que hay varias autopistas de cables. Una de ellas es la del Atlántico Norte. que une el noreste de Estados Unidos con Europa. Francia, Irlanda, Inglaterra, España y Portugal son los principales puertos de estos cables.
En España, tenemos conexiones fundamentales como Marea, un cable de 6.605 kilómetros que conecta Bilbao con Virginia Beach y es propiedad de compañías como Meta, Telxius y Microsoft. Grace Hopper, de 7.191 kilómetros, llega también a Bilbao, siendo de Google y conectando con Bellport en Estados Unidos y Bude en Inglaterra.
También podemos ver cables en desarrollo, como el Anjana que unirá Santander con Myrtle Beach en Estados Unidos y, propiedad de Meta, medirá 7.121 kilómetros.
El nudo caribeño. El entramado caribeño también es muy interesante, con multitud de cables conectando México, Panamá, Costa Rica, Guatemala, República Dominicana o Venezuela entre ellos. De esos puertos van a Chile, Perú, Bolivia y Argentina.
Uno de los más largos del mundo conectará Chile con la Polinesia Francesa. Su nombre es Humboldt, aún no se sabe qué longitud tendrá, pero sí que su dueña será Google. Y otro realmente enorme que se puso en funcionamiento en 2020 es Curie, un cable de 10.476 kilómetros propiedad de Google que une Valparaíso en Chile, Balboa en Panamá y El Segundo en Estados Unidos.
El entramado asiático. Si en Latinoamérica hay muchos cables, lo de Asia es un berenjenal lo mires por donde lo mires. Uno de los más importantes es el SeaMeWe-5, un cable de 20.000 kilómetros que no tiene un solo dueño, sino muchísimos. Curiosamente, no vemos a los gigantes norteamericanos firmando este cable, sino a operadores tanto chinos como de Oriente Medio, entre otros. Une muchos países, yendo de Francia a Singapur.
Y en India, China, el Mar de China Oriental y Japón vemos multitud de cables que interconectan los países y, a la vez, sirven de puente con Estados Unidos y Latinoamérica. Muchos de esos cables pasan por Hawái, que pilla en medio, y uno de los más largos es el Pacific Crossing-1 de 1999 con 21.000 kilómetros de largo.
Corea del Norte y Cuba. Algo curioso que podemos apreciar en el mapa es la total desconexión de Corea del Norte. Mientras en Corea del Sur, el noreste chino y el este ruso en el mar de Japón tenemos puertos de conexiones, Corea del Norte está totalmente aislada. No es algo que pille por sorpresa teniendo en cuenta el hermetismo del país, pero es curioso que no esté conectada por fibra a ningún otro.
El caso cubano también es curioso, ya que tampoco hay demasiados cables y los que hay son gracias a sus aliados -como el Arimao que conecta con Martinica, pero es cubano, o el Alba-1 con Venezuela-. El tercero en discordia, y el único que une Cuba con Estados Unidos, es el GTMO-1 norteamericano. Sin embargo, este es propiedad del gobierno norteamericano y el puerto cubano está en la bahía de Guantánamo, en una base propiedad del ejército de Estados Unidos.
Lo de Australia. Otro escenario interesante es el de Australia. Aquí no hablamos de una isla, sino de un continente que tiene unas fuertes necesidades de unión al resto del mundo gracias a esta infraestructura, pues se estima que más del 95% de las comunicaciones del país dependen de 15 cables.
Destaca Southern Cross Cable Network, que es una absoluta barbaridad. Entró en funcionamiento en noviembre del año 2000, mide 30.500 kilómetros y une varios puntos de Australia, las Fiji, Nueva Zelanda y Estados Unidos.
Canal de Suez. Hemos hablado de la autopista transatlántica y la asiática. La tercera en discordia la del canal de Suez y el Mediterráneo. Por esta vía es por la que pasan las comunicaciones con Asia y es algo que se nota en la aglomeración de cables submarinos de la zona, siendo Marsella el punto de unión de la mayoría de ellos, así como el destino de algunos de los importantes cables que se construirán de cara a 2026 y 2027.
2Africa. Aunque hay cables impresionantes, mención aparte merece el 2Africa. Es un cafle de 45.000 kilómetros que no sólo bordea todo el continente africano, sino que llega a Barcelona y, en la zona este, se extiende hasta India. Se inauguró este año y tiene multitud de dueños como China Mobile, Orange, Saudi Telecom o Vodafone.
Proyección. Sólo hemos destacado algunos de los cientos de cables que están en el fondo de los mares, pero la proyección es que haya un auge en los próximos años. Sólo entre 2023 y 2025, la estimación es que entren en funcionamiento 78 nuevos sistemas que sumarán una longitud de 300.000 kilómetros.
Se trata del fruto de una inversión de 10.000 millones de dólares que, según los expertos, supondrá un crecimiento no visto en los últimos años, fruto de las necesidades crecientes de la inteligencia artificial, pero también de los sistemas de búsqueda, streaming de vídeo y redes sociales.
Imágenes | Submarinecablemap
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