Noticias de Samsung Galaxy S5 mini en Xataka
Desde hace más de tres años muchos fabricantes de renombre han decidido focalizar su estrategia siguiendo un patrón que se repite en casi todos los casos: un buque insignia al año (o dos) y unos cuantos terminales de gama media y entrada. Hay variaciones en este esquema pero hay un denominador común que está presente en muchas marcas: los smartphones pequeños.
Minis, compactos, beat (que no Beats como los auriculares)… Llamadlos como queráis. No se trata sólo de dispositivos pequeños y clónicos, como si fueran fotocopias a escala, sino que se trata más bien de un hermano mayor y uno pequeño. Se parecen entre sí, comparten algunas cosas pero las diferencias entre ellos son palpables. Hay que mencionar un matiz: cada pareja es única y eso hace que tras analizar esta categoría de smartphones todavía no tengo claro que es un smartphone “Mini”. Veamos por qué.
¿Qué es un smartphone mini?
Vamos a volver al 2010 y a coger como ejemplo una compañía que todos conocemos: Samsung. Los coreanos lanzan en 2010 el Samsung Galaxy S: el primer tope de gama de una familia que ya va por la quinta edición y que en su día supuso un lanzamiento muy importante. Pasan los meses y en enero de 2011 deciden crear lo que ellos mismos denominan como Galaxy Mini.
Se dejan la S por el camino pero lo fácil es pensar, tras haberse situado en el mercado con el Galaxy S, que este nuevo móvil se trataba de una versión más pequeña que el buque insignia. Qué bien, porque cuatro pulgadas era un tamaño muy grande y las 3,1 son perfectas para usar con una mano. Craso error, repasemos las especificaciones de uno y otro.
Más allá de los datos puros y duros, quien haya tenido ambos móviles en la manos sabrá que la experiencia con el Mini distaba mucho en su día de lo que ofrecía el Galaxy S. ¿Cuál era el atractivo entonces? Algo muy sencillo y que se ha convertido en la razón de ser de esta categoría de mini smartphones: el escalado de la marca.
Supongamos que somos una gran compañía y todos los años hacemos un smartphone tope de gama. Sabemos que su precio será elevado, aunque puede que con los meses vaya cayendo, y que no será accesible a todo el mundo. Dicho de otro modo: será un producto aspiracional que lo querrá mucha gente.
¿Cómo hacemos para solucionar esa demanda sin comprometer las carteras de los usuarios? Lanzando un modelo más pequeño que se parezca por fuera pero que por dentro sus especificaciones sean más bajas. ¿El resultado? Un móvil que no parece lo que realmente es.
Pasan los años y varias marcas buscan el modelo de los mini pero de una forma más disimulada. Sony con el Xperia S y el U. HTC creando la gama Wildfire… Cada uno lo hizo a su manera pero se mantenía el denominador común de que la experiencia de estos pequeños terminales dejaba bastante que desear en comparación con los tope de gama.
El tiempo pasa y en 2012 cuando Samsung presentó el Galaxy SIII decidió que al Mini había que darle un empujón. Le puso la ansiada letra que le faltaba. ¿Un paso adelante? El diseño lo mantuvo desde luego pero una vez más las especificaciones y el rendimiento dejaban un poco que desear cuando comparabas uno y otro. Insisto, esto no es malo, pero sí lo es crear la sensación de que el producto es mejor de lo que realmente es.
En 2013 y 2014 la moda se fue expandiendo: Samsung sigue con su buque insignia en miniatura, LG G2 vuelve a lanzar un terminal tope de gama que luego escala de tamaño al año siguiente, HTC hace un movimiento curioso y además de sacar una versión más pequeña lanza también al mercado una más grande en formato phablet.
De entre todos esos fabricantes hay uno que se sale de la media. ¿Quién? Sony. Un fabricante que entendió que el concepto de pequeño no era simplemente coger el diseño, hacerlo más pequeño y meter especificaciones mediocres. Ellos hicieron un móvil potente, muy potente de hecho, que se trata (por fin) de una versión compacta del Sony Xperia Z1. De hecho, en algunos apartados le superaba.
Ya llevamos más de medio año y en ese mercado donde todos los focos iban a los tope de gama han surgido una serie de actores que han dado mucho de qué hablar: terminales de entrada y gama media que buscaban competir no sólo con el precio sino con especificaciones que sin ser tope eran más que suficiente para ser competitivos y buenas opciones a tener en cuenta cuando buscamos un buen móvil por poco dinero.
El paso del tiempo ha hecho también que los Mini, en su conjunto, ya no sean terminales de acceso sino de gama media. De este modo nos encontramos con los siguientes móviles de esta tipología lanzados este año: HTC One Mini 2, LG G2 Mini, LG G3 Beat y Samsung Galaxy S5 Mini. En Xataka Móvil hicieron una comparativa incluyendo a todos los móviles de características similares, minis o no.
Las diferencias se han ido estrechando y aunque todavía son evidentes entre unos y otros, resulta difícil llamar mini a terminales que ya superan las cuatro pulgadas de tamaño. En cualquier caso la estrategia parece seguir siendo la misma: ofrecer diseños parecidos a los tope de gama pero de forma más asequible para llegar a todos aquellos que no quieren pagar el precio de un buque insignia. En cierto modo, un quiero y no puedo.
Esto nos deja algunas dudas todavía: ¿qué estrategia es mejor? ¿Seguir aprovechando el rebufo de la gama alta y sacar terminales modestos? ¿Apostar por líneas diferentes donde no siempre se mantenga el diseño? ¿Ofrecer especificaciones punteras en tamaños pequeños? Cada uno lo hace a su manera pero lo que parece claro es que seguiremos viendo terminales de estas características.
Pequeños y potentes: queda entre Apple y Sony
Si bien es cierto que los minis se van acercando a sus hermanos mayores todavía hay mucho que salvar para llegar al peldaño más alto. Ahora bien, si la tendencia del mercado va a más grande en tamaño y en potencia, son sólo unos pocos los que ofrecen especificaciones técnicas punteras sin llegar a las cinco pulgadas, un tamaño que no es del gusto de todos.
Los únicos que resisten son Sony con su Xperia Z1 Compact, un terminal mejor que su hermano mayor, pero algo inferior a la siguiente generación. En el otro lado tenemos a Apple que tras siete años se mantiene irreductible con su política de tamaños. Creció un poco cuando dio el salto al iPhone 5 pero estos dos son las únicas opciones que quedan si queremos un smartphone de proporciones mini con garantías de llevarnos un terminal tope.
¿Qué pasará con Apple? Todavía es un misterio y aunque se habla mucho a través de los rumores, tendremos que esperar a otoño para saber si finalmente Cupertino decidirá aumentar el tamaño de su smartphone. Haga lo que haga, no dejará indiferente a nadie tanto para bien como para mal. Los problemas de estar en lo alto.