Uno de los inconvenientes que frenan el desarrollo de mejores baterías se debe a la densidad de las mismas. Nos estamos quedando sin margen de mejora. Las baterías se miden en miliamperios por hora (mAh), indicando la cantidad de carga eléctrica que son capaces de almacenar las celdas de una batería. En móviles, hemos pasado de viejas cargas de 200 mAh hace diez años a baterías de 3.400-3.800 mAh. Del mismo modo, los procesadores, aunque más eficientes, cada vez demandan más recursos, poseen mayor potencia y mueven más núcleos.
Ante este escollo, ASUS ha desarrollado su sistema de carga rápida Boostmaster en smartphones, además de la conexión USB Charger Plus en portátiles, para conectar periféricos, trayendo consigo un puñado de posibilidades y una solución importante: no quedarnos tirados cuando más falta nos hace la batería.
Carga rápida: unas cuantas verdades y mentiras
La limitación evolutiva de las baterías parece no tener una solución fácil a corto plazo. Se habla de azúcar, de chips evolucionados pero, en la práctica, el smartphone se nos sigue apagando cada pocas horas. Cada vez usamos más tiempo nuestros gadgets y cada vez consumen mayores recursos.
La mayoría de fabricantes están lidiando con este escollo mediante el uso de powerbanks: cargadores que suministran una gran cantidad de energía en menos tiempo, permitiendo, simple y llanamente, cargar antes la batería.
En cambio, esta práctica está preocupando a los usuarios. Si metemos más energía a los equipos, ¿no existe la posibilidad de que se degrade, de que pierda capacidad? Esto no es del todo cierto. Si bien un estudio de un usuario demostró que el uso de un turbocargador daña paulatinamente a los átomos de litio y manganeso de la batería, es sabido que todas las baterías tienen un ciclo de vida limitado, y el impacto de estos nuevos métodos no supone un perjuicio adicional. Dicho de otro modo: todas las baterías se deterioran con el uso.
Primeramente hay que tener claro que cada turbocargador está fabricado para su correspondiente gadget. Hay que utilizar las herramientas específicas. Usando cargadores de mala calidad en vez de los suministrados por el propio fabricante podemos acrecentar este problema. Y también hay que tener en cuenta que el desgaste habitual de las baterías se estima por ciclos de carga: cuanto más uso, más degradación. Además, aunque no está estimado a ciencia cierta, no se recomienda dejar que las baterías que vacíen hasta el 0%.
Una duda habitual que surge es, si nuestro aparato no está preparado para carga rápida, podremos cargarlo con uno de estos turbocargadores. Bien: estos cargadores especiales son capaces de suministrar mayor corriente, pero es el propio procesador el que gradúa la corriente que toma el dispositivo sin dañarlo. No es, como podría pensarse, como conectar un transformador de mayor voltaje a una placa que no soporte cierto nivel de potencia.
Algunas ventajas de la carga rápida
Una carga rápida es clave para los gadgets que requieran movilidad: tablets, smartphones, wearables, etcétera. Cuanta mayor eficacia menor dependencia de los cables y las tomas de corrientes. Además, cuando las baterías llegan a sus mínimos el rendimiento se resiente, por tanto, la función de carga rápida es ideal para tener siempre nuestros equipos a punto y a la máxima efectividad.
Como decíamos al principio, ASUS ha desarrollado grandes avances en cuanto a la carga rápida. Además, son el único fabricante que incorpora tecnología Intel en sus procesadores. La batería del Zenfone 2, por ejemplo, está entre los estándares: 3.000 mAh. Pero gracias a su tecnología BoostMaster, permite cargar un 32% de la batería en 15 minutos, un 60% en apenas 39 minutos, lo que supone una reducción del 50-60% respecto al tiempo de carga de otros terminales.
El adaptador BoostMaster de 18 watios, en apariencia un simple cargador de 9V, no es el responsable de todo el trabajo, sino el procesador del smartphone. El procesador ‘Intel Atom Z3580’ del Zenforce 2 —también presente en el ZenFone Zoom— posee un chip controlador que detecta el tipo de cargador y, si puede ofrecer mayor potencia, libera la función BoostMaster, permitiendo al teléfono recibir la potencia de esos 18W.
Transformer Book T100: un monstruo con 11 horas de autonomía
La phablet de ASUS se mantiene en el podio con una de las mejores duraciones de batería del mercado. Y esto se debe principalmente a una función: la tecnología ASUS Super Hybrid Engine II. Se trata de una aceleración dinámica de la CPU, aumentando el rendimiento de las tareas en un 15% cuando sea requerido y reduciendo su uso cuando están en reposo.
Esto recuerda al consumo de combustible de los vehículos en zonas urbanas, donde deben hacerse constantemente paradas y aceleraciones. La habilidad del Super Hybrid Engine II reside en minimizar el consumo durante la aceleración, regular ese plus de energía necesario en las aplicaciones más exigentes. Además, el sistema entra en hibernación automáticamente, con hasta 14 días en espera, y guarda los datos automáticamente cuando la carga de la batería baja hasta el 5%.
Y por último, como decíamos al principio, hace uso de la tecnología USB Charger Plus. Esta portátil convertible —se puede inclinar la pantalla del teclado hasta unos 100 grados— detecta y aumenta de manera inteligente la intensidad de carga al detectar un smartphone en el puerto USB. Así que no sólo disponemos de 11, incluso hasta 15 horas dependiendo del uso, sino que podemos sacrificar la energía para dársela a otros de nuestros dispositivos.
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