Tras el fugaz paso del 3D por nuestras vidas televisivas, en los últimos años han sido el 4K y la curvatura las características que más se han afanado los fabricantes en potenciar (y publicitar) en sus nuevas gamas de televisores. En un segundo plano parecía quedar el panel, concretamente la tecnología detrás de los mismos.
En ese aspecto la principal batalla que se libraba hace muy poco entre plasma, LCD y OLED, se ha quedado ya en cosa de dos: LCD y OLED. Y LG ya ha decidido que su apuesta será definitivamente la tecnología OLED. La compañía ha anunciado que para 2018 habrá invertido casi 9.000 millones de dólares para conseguir liderar el desarrollo de la tecnología OLED, independientemente de si como opinan otros fabricantes, el precio de la tecnología todavía presenta el principal obstáculo para su despegue. Máxime cuando a nivel técnico los paneles LED se han puesto muy serios este año con los nanocristales.
No solo televisores: también smartphones y todo lo que necesite pantallas
La elección de la tecnología OLED como baluarte de su división de pantallas no es algo que sorprenda en LG. Su gama de televisores está fuertemente basada en los paneles OLED, y en smartphones es de las compañías que más apuestan por este tipo de paneles. La flexibilidad, consumo y posibilidades a nivel de diseño son esenciales en un mercado como el del smartphone y ya también en el de los televisores. Desde la compañía ya trabajan a tope para conseguir poner en el mercado paneles OLED flexibles.
LG Display usará esos casi 9.000 millones en desarrollar tanto paneles de gran tamaño para televisores como pantallas flexibles para smartphones, coches y por supuesto wearables, con los relojes avanzados a la cabeza. Su principal objetivo es adelantarse al mercado y posicionarse de forma óptima tanto en cuota de mercado como en tecnología y fabricación para cuando este tipo de productos explote. Así tratará de compensar las pérdidas que ya está generando en las cuentas globales de la compañía la división de pantallas LCD.
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